La insultante ausencia de la presidenta del Cabildo

Por Lorenzo Lemaur Santana En Lanzarote, el día 15 de septiembre de 2009, día de la Patrona de Lanzarote, acordado así por el excelentísimo Cabildo Insular de Lanzarote, del que es ilustrísima presidenta doña Manuela Armas Rodríguez; después de ...

16 de septiembre de 2009 (11:30 CET)
Por Lorenzo Lemaur Santana
En Lanzarote, el día 15 de septiembre de 2009, día de la Patrona de Lanzarote, acordado así por el excelentísimo Cabildo Insular de Lanzarote, del que es ilustrísima presidenta doña Manuela Armas Rodríguez; después de ...

En Lanzarote, el día 15 de septiembre de 2009, día de la Patrona de Lanzarote, acordado así por el excelentísimo Cabildo Insular de Lanzarote, del que es ilustrísima presidenta doña Manuela Armas Rodríguez; después de pasar, en silencio, aunque en ocasiones se lo he contado a los amigos de confianza que me acompañaban, vergüenza ajena, por omisión de presencia, por falta de hospitalidad y cortesía, por arrogancia sobrada; no he podido aguantar más y los dedos se me han puesto, casi solos, a teclear en el ordenador esta carta de denuncia pública de la insultante ausencia, creo que alevosa, de la Presidenta del Cabildo de la acogedora isla de Lanzarote. La generalidad de sus vecinos lo son. La Presidenta me da que no.

Manuela Armas no está en la portada de Canarias 7 de hoy, martes día 15 de septiembre. No fue a recibir al Ministro del Interior, en visita oficial a la isla de la que es presidenta de su máxima institución. Manuela no estuvo durante la Romería a la Virgen de Los Dolores. Llegó presidiendo a una amplia comitiva de autoridades, estuvo un ratito y desapareció.

La presidenta del Cabildo de Lanzarote cortó la cita inaugural de la XXI Feria Insular de Artesanía de Lanzarote, que desde 1989 organiza el Cabildo Insular de Lanzarote, que ella preside, acompañó un ratito al Presidente del Gobierno de Canarias en la tradicional, obligada, razonable visita de cortesía a todos los puestos de artesanos y, a mitad de camino, se largó con algún amiguito del PSOE y dejó a Paulino Rivero con al Alcalde de Tinajo, siempre muy atento y en su sitio, y con la entregada consejera de Bienestar Social y Vivienda del Gobierno de Canarias, Inés Rojas, y otro séquito de educados acompañantes.

Cuando viene a la hospitalaria isla de Lanzarote cualquier autoridad de superior o igual jerarquía protocolaria de la presidente del Cabildo, Manuela Armas no está y, si asiste, a las primeras de cambio se va, pero, en muchas ocasiones, simplemente, no acude. Claro que cosa distinta es si el ilustre visitante es el Presidente del Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, de quien no se despega, todo lo que la dejan, o cuando le toca sermonear en Lanzarote a su jefe de filas socialistas, seguramente por ser el único garante, junto a don Carlos Espino, de su anhelada continuidad en cabecera de listas del PSOE para la próxima convocatoria de mayo de 2011.

Quienes tengan don de gente, nociones de psicología o simplemente se fijen bien, podrán comprobar la arrogancia, altanería, desfachatez, sarcasmo e ironía que sus palabras delatan y sus gestos y miradas transparentan, cada vez que su voz llega, sea por radio o televisión, a quienes ella, estoy convencido, considera sus súbditos necesitados de su ilustración, altura de miras y demás, o su mirada, siempre por encima del hombro, es captada una fotografía o una cámara de televisión.

La persona que, acorde a las leyes electorales que rigen en España, preside nuestro Cabildo Insular, y por ello nos representa, para atender nuestras cosas cotidianas o de futuro y para representar la natural hospitalidad de los lanzaroteños, no está a la altura de las circunstancias.

La alevosa ausencia, en muchas ocasiones, su insultante falta de cortesía y su insolente, arrogante y sarcástica forma de hablar y de mirar no son, en modo alguno, representación de la forma de ser de quienes han nacido, se han criado o residen en esta maravillosa y hospitalaria isla de Lanzarote.

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