La importancia de los barrios de Arrecife

Por María Luz Fika Hernando En los últimos años una gran parte de las ciudades han venido revisando sus políticas de planificación e intervención urbana, olvidando, como es el caso de Arrecife, que la vida cotidiana se desarrolla en el ámbito más próximo, ...

15 de abril de 2011 (21:59 CET)
Por María Luz Fika Hernando
En los últimos años una gran parte de las ciudades han venido revisando sus políticas de planificación e intervención urbana, olvidando, como es el caso de Arrecife, que la vida cotidiana se desarrolla en el ámbito más próximo, ...

En los últimos años una gran parte de las ciudades han venido revisando sus políticas de planificación e intervención urbana, olvidando, como es el caso de Arrecife, que la vida cotidiana se desarrolla en el ámbito más próximo, donde los ciudadanos esperan encontrar los servicios básicos en el marco de una red social reconocible. Este ámbito lo conocemos como barrio y transforma a los habitantes en personas que tienen un vecino, que tienen una plaza y que tienen un espacio de la ciudad que les pertenece y lo sienten suyo.

Como ciudadanos, entendemos que las políticas de desarrollo urbano comunal deben tender a establecer un mejor equilibrio en el proceso de transformación de los barrios con una gestión en la debe participar activamente la comunidad.

La pasada semana, el candidato de Coalición Canaria, en una entrevista en La Voz de Lanzarote, hablaba de la importancia de los barrios en la ciudad. Hacía referencia a Titerroy, a las obras realizadas en La Vega, y son éstas últimas las que queremos reseñar.

Está bien que se amplíen las aceras siempre que se tengan en cuenta algunas normas básicas, como el acceso. Si alguien se da una vuelta por este barrio de Arrecife podrá comprobar que los bordillos tienen algo más de 20 centímetros de alto, lo que entraña una gran dificultad para las personas mayores, y que los "supuestos" desniveles para facilitar la viabilidad de los discapacitados o cochecitos de bebés, son pocos y tienen una altura que tampoco facilita el desplazamiento.

Sin olvidar esa especie de semicírculos que coronan los finales de las carreteras y que dificultan la circulación de los vehículos. Todo ello sin pensar en una "desgracia" como la un incendio, porque en ese caso el coche de bomberos no podría acceder al inmueble.

¿Qué va a suceder en el futuro?, ¿Se volverán a romper las calles para construir de forma lógica?, ¿Quedarán las obras como muestra de la falta de planificación y consenso dificultando la vida de los ciudadanos?

Desde esta visión, pensamos que el trabajo de futuro de los políticos debe centrarse en potenciar y proteger la vida de los barrios, haciendo de éstos espacios acogedores, lugares capaces de ofrecer infraestructuras y servicios adecuados a sus necesidades, siempre desde una perspectiva integral, tomando en cuenta las necesidades de los habitantes, asegurando la estructura productiva existente y sin olvidar el mantenimiento de la identidad de los mismos y la calidad de vida de sus vecinos.

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