Un desconocido tendrá que pagar 9.000 euros por haber abandonado en un solar amurallado en Tías un vehículo y un bidón de pintura, materiales que la Agencia de Protección del Medio Urbano y Natural ha catalogado como "residuos ...
Un desconocido tendrá que pagar 9.000 euros por haber abandonado en un solar amurallado en Tías un vehículo y un bidón de pintura, materiales que la Agencia de Protección del Medio Urbano y Natural ha catalogado como "residuos peligrosos". Además el inconsciente ciudadano, en un alarde de civismo estoico dejó abandonados un colchón, un termo, mangueras, maderas y hierros que ya no le servían para nada. Todo eso en un solar de titularidad desconocida, donde un señor de titularidad desconocida pensó que era el mejor lugar para que sus pertenencias más roídas pasaran desapercibidas, como si de objetos de titularidad desconocida se tratase.
Ahora bien, este hecho presenta una falta de concienciación hacia la protección del paisaje urbano y natural, de la cual el ciudadano en cuestión ha demostrado un astuto y poco efectivo desprecio. Pero no sólo este señor, poniéndonos en el caso de que el sancionado sea varón, representa el rechazo hacia el civismo y el código del buen ciudadano conejero. También las instituciones tienen mucho que ver en el fomento de las malas costumbres de las gentes que ven en un abandono la forma más fácil de quitarse de encima los "arretrancos" que han ido acumulando en el uso de su vida cotidiana. Lanzarote muestra en innumerables lugares el abandono. Son bastantes los solares, que ni siquiera están amurallados, donde podemos encontrar coches abandonados, escombros y basuras de todo tipo. Y ya ni siquiera en los solares. La carcoma de muchos vehículos se ha comido también las líneas que marcan el aparcamiento que ocupan desde hace meses o años. En Arrecife ya es común ver calles donde hasta tres aparcamientos están ocupados por coches esqueléticos y de vida extinta. ¿Y eso no es paisaje urbano? El Ayuntamiento de la capital, por poner un ejemplo, hace una semana aprobó en su pleno un plan de retirada de vehículos abandonados que serán entregados a la única empresa que se dedica a deshacerse ecológicamente de la chatarra en la Isla. Pues todavía no se ha visto evolución alguna porque los cadavéricos coches siguen dando un toque rústico a la ciudad y a esas plazas ocupadas por hierros.
9.000 euros son una exageración porque es posible que ese señor, y seguimos en la suposición de que sea varón, a lo mejor depositó inconscientemente esos materiales peligrosos por carecer de dinero para su retirada legal. No es una defensa hacia el denodado infractor. Es una forma de hacer notar que la chatarra no sólo se encuentra en solares amurallados de la Isla, sino en lugares y espacios comunes de los que deberían hacerse cargo de una vez por todas las instituciones competentes.
