por Efraín Gómez Bermúdez
Delegado del Área de Juventud Unión de Estudiantes de Canarias
Siendo Canarias una comunidad tan compleja, que cuenta con un territorio fragmentado, que soporta un aumento poblacional (con un gran porcentaje aleatorio), que administrativa y políticamente singulariza sus estructuras desde la insularidad, (etc.), se hace cada vez más importante que existan marcos jurídicos que definan las políticas que deben ser llevadas a cabo por el Gobierno a fin de dar respuesta a las necesidades de la sociedad canaria desde el punto de equilibrio que unifica las demandas de todos los canarios y canarias con independencia de su isla de procedencia.
En este sentido, la juventud como sector permanente de la sociedad es merecedora nata de contar con un marco legislativo que regule, a modo de coordinación, todas las políticas de ámbito (educación, empleo, vivienda, sanidad...) que si bien son dirigidas a toda la sociedad, deben ser reguladas con distinción para la juventud como colectivo sensible a situaciones de riesgo y exclusión social.
Una comunidad democrática, un Gobierno y un Parlamento comprometido con el bienestar presente y futuro de sus jóvenes debe ver necesario y prioritario el establecimiento de los cauces de coordinación y ejecución de las políticas que han de serles aplicadas en beneficio del desarrollo social, político, económico y cultural de Canarias.
Democracia en la Europa de hoy es sinónimo de participación política, de empoderamiento social, y es esta la concepción de democracia que el Tribunal Constitucional utiliza para interpretar el Artículo 48 de la Constitución Española - los poderes públicos promoverán las condiciones para la participación libre y eficaz de la juventud en el desarrollo político, social, económico y cultural.- y de esa interpretación mediante la Ley 18/1983 de 16 de noviembre, se crea el Consejo de la Juventud de España, organismo autónomo constituido en garantía constitucional para la participación libre y plural de la juventud y principal argumento de las asociaciones juveniles en las demandas de creación de los foros adecuados para el desarrollo integral de la juventud sin coacciones de los gobiernos.
A día de hoy Canarias sigue siendo la Comunidad Autónoma que no cuenta con un espacio de participación propio para la juventud de nuestras islas. Somos los únicos jóvenes en todo el país que no tenemos un organismo autónomo dirigido por jóvenes desde la pluralidad y la diversidad del tejido asociativo canario.
Es necesario que el Gobierno de Canarias priorice la aprobación de este cuerpo normativo ya concensuado con las organizaciones juveniles, es aún más importante que los grupos parlamentarios se comprometan a apoyar en el Parlamente el Proyecto de Ley Canaria de juventud y a no alargar en el tiempo y en legislaturas lo que por derecho merecemos como jóvenes y lo que por obligación política les vincula a cada uno de ellos.
Los y las jóvenes de Canarias queremos liderar nuestros propios espacios, las organizaciones juveniles de siglas, colores y ámbitos de actuación dispares hemos sido capaces de llegar al consenso y solicitar la aprobación de la Ley Canaria de Juventud. Sólo pedimos la oportunidad de demostrar que aún habiendo heredado una sociedad capitalista, de consumo irresponsable y de desarrollo insostenible somos capaces de aportar con habilidad nuevas y frescas ideas a una sociedad que si bien se ha desarrollado profundamente en veinte años, ha estancado su política bloqueando en su base al presente y futuro de Canarias, su Juventud.