Jugarse la camiseta

25 de enero de 2021 (13:27 CET)

Pedro Arrupe y Gondra fue un sacerdote jesuita español que siempre decía que le espantaba dar respuesta de ayer a los problemas del mañana. Con este pensamiento tan claro se observa la obsesión de una de las mentes más destacadas del pensamiento del siglo pasado en no caer en la autocomplacencia, de revolverse ante la parálisis que nos invade.

Una autocomplacencia que hace que no se articule de forma adecuada el más que necesario equilibrio entre la realidad comunitaria y la respuesta institucional, preciso en la situación que actualmente estamos viviendo.

Aunque entiendo perfectamente esa autocomplacencia porque muchos de nuestros actuales dirigentes nunca se han jugado la camiseta y llegan a creer que lo que están haciendo es suficiente.  Muy pocos saben lo que es tener que hacer encajes de bolillos para poder cumplir con todos los modelos de impuestos que existen y que cada trimestre religiosamente hay que pagar. A algunos el 111, 115, 130, 220, 347, 420 les suena a chino pero aún así son los que intentan dar solución a las realidades de la sociedad.

Los que de verdad se hayan jugado la camiseta, los que de verdad hayan pasado noches sin dormir porque no hacen caja para poder pagar nóminas y seguridad social; esos sí pueden tomar decisiones por nosotros porque son capaces de ponerse en la piel del empresario o autónomo y entender su realidad.

No quiero políticos que su vida laboral sólo refleje que sus pagadores sean instituciones públicas, políticos que salen de la facultad y se afilien a un partido político y lo que mejor saben hacer es sacarse muchas fotos sin ensuciarse las manos ni arremangarse ni sudar la camisa y vender que hacen mucho e intentar engañar a la ciudadanía no vaya a ser que la sociedad se dé cuenta que en nuestro territorio existen áreas que no evolucionan favorablemente.

Me parece muy peligroso que en la actual situación no tengan solución al problema y sigan trabajando en proyectos caducos que al ritmo que ha evolucionado la sociedad ya no son eficientes. Si la sociedad evoluciona nuestros políticos y sus propuestas deben evolucionar.

 

 

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