INMIGRACIÓN CERO (por Mario Pérez)

Alemania, uno de los países más importantes del espacio comunitario europeo, exigía hace unos días al gobierno español una necesaria consulta al resto de sus socios comunitarios en caso de querer emprender en adelante cualquier ...

31 de octubre de 2006 (12:35 CET)

Alemania, uno de los países más importantes del espacio comunitario europeo, exigía hace unos días al gobierno español una necesaria consulta al resto de sus socios comunitarios en caso de querer emprender en adelante cualquier ...

Alemania, uno de los países más importantes del espacio comunitario europeo, exigía hace unos días al gobierno español una necesaria consulta al resto de sus socios comunitarios en caso de querer emprender en adelante cualquier otro proceso de regularización en sus fronteras. Por su parte, el ministro del Interior francés, Nicolás Zarkosy, repetía sus llamados a la tolerancia cero y el tente tieso con los inmigrantes y con la inmigración en su país como fórmula para afrontar el fenómeno. Por el contrario, la postura del gobierno presidido por José Luis Rodríguez Zapatero combina, de un lado, una satisfacción nada disimulada sobre el efecto que para las arcas de la Hacienda y Seguridad Social estatales está generando los recientes procesos de regularización de inmigrantes y, de otro lado, los quebraderos de cabeza que le supone el flanco sur de esa inmigración llamada irregular, entiéndase Canarias.

Parece lógico, pero no disculpable ni asumible, el enfado franco-alemán con esa sensibilidad inmigratoria teñida de intereses mercantiles del gobierno español. Al fin y al cabo los galos y germanos piensan que mientras a ellos se les están pidiendo fondos para subsanar los efectos de tanta solidaridad española, el pastel de ingresos extras está quedando en las arcas españolas tras esas masivas regularizaciones. Como relativa disculpa para el ejecutivo español y recordatorio para los ricachones de la Unión, habría que recordarles a esos países del denominado triángulo del oro europeo que, si se es Europa común para los grandes negocios, también se deberá ser para los grandes problemas sociales sobrevenidos como consecuencia del colonialismo de ayer y el éxodo masivo de hoy.

Unas posturas y otras dejan patente que, a lo que nosotros respecta, los parámetros de análisis siguen alejados de nuestra realidad más inmediata, la que nos interesa de verdad a los canarios. Nos percatamos nuevamente de que para la búsqueda de soluciones a los problemas que nos afectan, una vez más es necesario mostrar nuestros propios puntos de vista, poner los temas sobre la mesa con análisis propios, los nuestros, los canarios. Seguimos observando cómo en los ministerios, secretarías y comisiones implicadas se sigue viendo nuestra realidad con más de una hora de retraso. Canarias sufre las consecuencias del éxodo africano y son otros en Europa los culpables históricos del mismo. Las islas reciben a miles de latinoamericanos que huyen de las penurias y la miseria y son otros los que tienen una responsabilidad moral en ese éxodo masivo.

No nos cansaremos de repetir desde Coalición Canaria que el fenómeno migratorio que vive Canarias requiere de políticas de afrontamiento mucho más ambiciosas, globales y racionales que las que se han venido acometiendo hasta ahora desde el gobierno español. No pararemos de repetir que esas políticas deben acometerse desde organismos supranacionales como la Unión Europea y Naciones Unidas. No cejaremos en nuestro empeño de hacer comprender que la inmigración será reducida a cero, a su mínima expresión, cuando quienes desde Europa tienen una deuda histórica que saldar con África y América Latina pongan manos a la obra de verdad en el desarrollo económico y social de esos continentes; cuando las penurias y los dramas humanitarios que se viven como consecuencia de la pobreza y la miseria desaparezcan y hagan innecesario un cayuco o un billete de solo ida a cualquier parte.

La Unión Europea tiene que concienciarse de una vez de que la inmigración no va a acabar porque se controle a las mafias, no va a terminar porque se sellen las fronteras marítimas con planes como el Frontex. La inmigración dejará de responder a los efectos llamada cuando deje de tener sentido la huída. Nadie pone en juego su vida por una camisa de marca o un móvil de última generación. Nadie cambia su vida junto a los suyos por un sueño, sino porque le obliga una verdadera y dramática necesidad.

Se equivocan gravemente los Sarkosy y los Rajoys si realmente creen que el bienestar de todos está mejor asegurado llenando kilómetros de alambradas y millas marinas de flotas de la Armada. Se equivocan igualmente quienes no miden suficientemente de qué manera se puede combinar regularizar con racionalizar, solidaridad con bienestar de propios y afuereños. Se equivocan quienes piensan que los canarios vamos a tener una paciencia eterna con quienes quieren tener en exclusividad competencias que simplemente no ejercen o cuando haciéndolo nos dejan vendidos, condenados a sobrellevar en solitario y en precario el drama humano de miles de personas.

A la inmigración difícilmente se le podrán poner barreras que la contengan pero sí que es posible convertirla en un proceso más racional, más organizado, más digerible para el sistema, para Europa en general. No es de recibo que se siga esgrimiendo que la inmigración está generando superávits recaudatorios al Estado y al mismo tiempo se rateen fondos para la sobrecargada sanidad canaria. No es de recibo poner excusas para un reparto solidario de las cargas que está suponiendo este drama humanitario en Canarias y sí haya consensos para mandar soldados a Líbano o Afganistán. No es de recibo que los líderes políticos de Europa sigan mirando para otro lado o incluso esté dejando asomar su rostro menos edificante ante este drama. Habrá inmigración cero cuando la deuda histórica deje de ser tal.

Por Mario Pérez Hernández

Presidente de Coalición Canaria en Lanzarote

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