Iberia, continúa el disparate

En este diario nunca hemos querido posicionarnos ni a favor ni en contra de la huelga que mantienen los trabajadores de la compañía Iberia: por un lado, entendemos las quejas del sector turístico por lo que ha podido afectar y sigue ...

1 de noviembre de 2005 (14:43 CET)

En este diario nunca hemos querido posicionarnos ni a favor ni en contra de la huelga que mantienen los trabajadores de la compañía Iberia: por un lado, entendemos las quejas del sector turístico por lo que ha podido afectar y sigue ...

En este diario nunca hemos querido posicionarnos ni a favor ni en contra de la huelga que mantienen los trabajadores de la compañía Iberia: por un lado, entendemos las quejas del sector turístico por lo que ha podido afectar y sigue afectando a nuestra imagen que las maletas se queden en tierra o que no se entreguen en los hoteles, que se formen colas monumentales en la terminal que por obra y gracia de nuestros queridos competidores ya han dado la vuelta al mundo; por otro lado, entendemos perfectamente la postura de los trabajadores, que quieren que se cumpla con las cuestiones más elementales que rigen su pertenencia a una empresa que no regala nada y cuyo talante negociador ya comprobamos durante su obligada visita a nuestra Isla, donde vinieron sus dirigentes para hacer lo mismo que habrían hecho si se hubieran quedado en Madrid.

Pero lo mejor estaba por llegar. La gran sorpresa todavía nos la tenían reservada. Como informamos en nuestra última edición, la compañía ha solicitado a la Dirección General de Trabajo del Gobierno de Canarias que llame a comparecer a nueve miembros del Comité de Empresa y a los sindicatos USO e Intersindical Canaria a una conciliación obligatoria al objeto de que respondan con 1.055.988,42 euros en concepto de daños y perjuicios ocasionados por las jornadas de huelga de los servicios de asistencia en tierra realizadas en el aeropuerto de Lanzarote. Cuando llegó la nota de prensa a nuestro fax llegamos a pensar que se trataba de una broma. En el habitual consejo de redacción que se hace por las mañanas se debatió el asunto, una vez confirmado que la cosa iba en serio.

Todo el mundo coincidió en que se trata de un auténtico disparate. Para que nos entendamos, Iberia no sólo no ha mostrado un mínimo interés por resolver un conflicto que ellos mismos han provocado por no querer cumplir con parte o todo de lo que le reclamaban sus trabajadores sino que quiere más de un millón de euros en concepto de indemnización, que se supone que tendría que pagar como responsable subsidiario el Gobierno regional, es decir, todos nosotros, todos los habitantes de las Islas.

Si nos lo hubieran contado como un chiste en el que los protagonistas fueran los directivos de Iberia que llegaron a "negociar" a Lanzarote y se marcharon con las mismas o el hijo de Santiago Carrillo que vino por aquí simplemente para dejar más a sus "compañeros" de Comisiones Obreras (CC OO), habría tenido su gracia. Como no es ningún chiste, la cosa ya no es igual.

Insistimos en que no es la función de un medio de comunicación como este meterse en medio de un conflicto laboral. Ahora bien, lo que tampoco se puede hacer es permanecer al margen cuando se trata de un tema que nos afecta tanto, y del que es protagonista una compañía que no se ha portado precisamente bien con Lanzarote. Sólo tendríamos que visitar la fantástica hemeroteca de este diario para recordar la época -no tan lejana- en la que prácticamente se pedía de rodillas a los dirigentes de lo que antes era una empresa pública que pusieran más vuelos, que colocaran al menos un vuelo por la mañana a primera hora para que la gente pudiera viajar a ciudades como Madrid o Barcelona para hacer gestiones y poder regresar en el mismo día. Fue como predicar en el desierto. No hubo manera. Por eso ahora, por muy privatizada que esté Iberia, resulta complicado que la gente de Lanzarote sea comprensiva con su postura, y mucho menos si va pidiendo dinero que no le corresponde.

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