El legado cultural del PP

Por Andrea Betancort En los últimos 20 años de historia reciente de Lanzarote el panorama cultural de la isla ha ido retrocediendo alarmantemente, hasta casi rozar, a día de hoy, la nada más absoluta: el desierto total. Sólo el talento personal de ...

20 de mayo de 2011 (14:31 CET)
Por Andrea Betancort
En los últimos 20 años de historia reciente de Lanzarote el panorama cultural de la isla ha ido retrocediendo alarmantemente, hasta casi rozar, a día de hoy, la nada más absoluta: el desierto total. Sólo el talento personal de ...

En los últimos 20 años de historia reciente de Lanzarote el panorama cultural de la isla ha ido retrocediendo alarmantemente, hasta casi rozar, a día de hoy, la nada más absoluta: el desierto total. Sólo el talento personal de algunos creadores y el empuje de promotores y/o empresas privadas (bares de copas, artistas plásticos, grupos musicales, agrupaciones culturales,...), han logrado salvar a la isla de la atonía.

En cambio, en el ámbito de la administración pública, la evolución es clara e inequívoca: caída en picado. En esto las responsabilidades se reparten entre todos los partidos políticos que han gobernado en las instituciones en estas dos últimas décadas: PSOE y PIL (principalmente), PP (en menor medida) y CC (casi anecdóticamente).

Pero el punto más bajo ha llegado en el último año y medio, coincidiendo con el gobierno de dos cargos del Partido Popular: Lorenzo Lemaur en el ayuntamiento de Arrecife y Francisco Cabrera en el Cabildo de Lanzarote.

No sólo ninguno de los dos ha sido capaz de retomar y recuperar exitosos proyectos del pasado reciente de la isla ?como los Screenings, el Festival de Música Visual, el Festival Costa de Músicas, el Museo Arqueológico, etc.?, sino que además durante su mandato no han logrado poner en marcha proyectos nuevos, ni los existentes y ya iniciados por otros.

En Arrecife siguen cerrados, o sin contenido, espacios propiamente culturales o que son susceptibles de ser utilizados como tales: la Casa de la Cultura Agustín de La Hoz, la Casa de la Juventud, el Parque Islas Canarias, el Islote de la Fermina, el Centro Cívico de Arrecife, el Castillo de San Gabriel... Además, ha desaparecido la Escuela Municipal de Música, se ha cancelado la Feria del Libro, ha estado a punto de desaparecer el TEA, ha peligrado el Festival Malpaís, y no se sabe si sigue funcionando el Archivo Histórico y qué se hace en él. Se ha entregado de nuevo los Centros Socioculturales, cual propiedades privadas, a presidentes de asociaciones de vecinos y se ha perseguido y acosado a trabajadores municipales, entre otras muchas "lindezas".

Y en el Cabildo siguen cerrado El Almacén ?y con él el Cine Buñuel y todas las salas de exposiciones del Cabildo? el Teatro Insular, los Jameos del Agua o la antigua sede del Cabildo, en la calle Real, al igual que la sala de exposiciones de Los Aljibes de Tahíche. No se sabe nada sobre el Museo de Sitio de Zonzamas, la puesta en marcha del Museo Arqueológico, o el tan cacareado y ahora olvidado Museo del Mar. Ha desaparecido la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión y nadie recuerda si sigue funcionando el departamento de Publicaciones. O por qué Lanzarote sigue sin entrar en el siglo XXI y en pleno 2011 seguimos sin poder comprar entradas por Internet.

Y lo último es ver cómo Francisco Cabrera nos vende a todos, justo antes de las elecciones, un Plan de Acción Cultural ?que nos gustaría saber cuánto ha costado? en el que han intervenido ¿10? ¿15? personas para decirnos una enorme retahíla de obviedades.

Y por supuesto, y no podía ser menos en el político que más adora el Photocall junto a Cándido Reguera, la enésima apertura/inauguración/visita/puesta en marcha del Teatro Insular. ¿Se puede tener menos vergüenza?.

Y aunque el PP ha retirado a un segundo plano a Lemaur, ha mantenido a Francisco Cabrera como segundo en la lista al Cabildo y cabeza de lista en San Bartolomé.

Como para estar orgullosos.

Andrea Betancort

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