En su última despedida al Decano Veterinario de Lanzarote

Por Remedios Quintana Reyes Un Domingo a primera hora de la mañana, el veterinario José Leyva,abandonó este mundo y dada su religiosidad y la rectitud de su vida, se entregó alPadre Celestial para la dicha Eterna.Fue Pepe Leyva, como le ...

23 de enero de 2013 (14:02 CET)
Por Remedios Quintana Reyes
Un Domingo a primera hora de la mañana, el veterinario José Leyva,abandonó este mundo y dada su religiosidad y la rectitud de su vida, se entregó alPadre Celestial para la dicha Eterna.Fue Pepe Leyva, como le ...

Un Domingo a primera hora de la mañana, el veterinario José Leyva,

abandonó este mundo y dada su religiosidad y la rectitud de su vida, se entregó al

Padre Celestial para la dicha Eterna.

Fue Pepe Leyva, como le llamábamos los amigos, persona amigable, serio,

trabajador, honrado. Durante la segunda mitad del siglo XX, se asentó en la isla

de Lanzarote para siempre, no volvió más a su tierra natal, Córdoba.

En Lanzarote echó raíces profesionales. Gran conocedor de los animales

de la tierra, camellos, gallos de pelea, cabras, etc. Se dedicó con ahínco a

proteger

nuestra

cabaña

ganadera.

Aún recuerdo verlo por San Bartolomé a castrar los cerdos, cosa que

también hacía al lado del Mercado de Arrecife y los gruñidos de los animalitos se

oían con estupor en las escuelas de Enseñanza Primaria adyacentes de la

Marina. Trabajó como veterinario Municipal, que compartió con el cuidado de los

animales en el Cuartel Militar de Arrecife, de Profesor en la Escuela Media de

Pesca, en las fábricas sardineras, en la harinera, todo un cúmulo que le

granjearon gran respeto profesional.

Se sintió como padre de las nuevas generaciones de veterinarios. Les

orientaba, colaboraba, a mí me daba la impresión que estaba orgulloso que una

pléyade lanzaroteña eligiese su profesión, que él, amaba profundamente.

Amigo de casa, orientó siempre con mucho entusiasmo y cariño a una de

mis hijas, veterinaria.

Tuvo la suerte, que a pesar de estar sólo en el mundo, una de estas

veterinarias le tendió, en sus últimos tiempos, la mano amiga, Ana Sofía y le

procuró una atención cariñosa en todos los sentidos, sintiéndose arropado y

querido.

He sentido la necesidad de dar mi testimonio a este veterinario que formó

parte de la historia de un Arrecife, que ha quedado atrás, ya no tenemos fábricas

de sardinas, ni de harina, ni Recoba, ni Escuelas Primarias en su cercanía, ni

cabaña

animal.

Tenía la necesidad de dar mi testimonio, pues fue parte de la Historia de un

Arrecife, que quedó atrás. Todo es historia y Pepe el "veterinario" fue parte de esa

Historia. Gracias José Leyva, por tu amistad y tu buen quehacer, no solo has

entrado en nuestros corazones sino también has entrado en la Historia de

Lanzarote. D. E. P.

Hasta siempre.

Remedios Quintana Reyes

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