Objetivos para Arrecife: hacer reales sus posibilidades

Por Cándido Reguera Díaz Cuando se deja de lado las actitudes demagógicas, y se es capaz de ver un poco más allá de lo que estamos acostumbrados y resignados a contemplar a fuerza de tantos años de parálisis e inacción, uno puede darse cuenta de las ...

15 de abril de 2011 (00:59 CET)
Por Cándido Reguera Díaz
Cuando se deja de lado las actitudes demagógicas, y se es capaz de ver un poco más allá de lo que estamos acostumbrados y resignados a contemplar a fuerza de tantos años de parálisis e inacción, uno puede darse cuenta de las ...

Cuando se deja de lado las actitudes demagógicas, y se es capaz de ver un poco más allá de lo que estamos acostumbrados y resignados a contemplar a fuerza de tantos años de parálisis e inacción, uno puede darse cuenta de las grandes oportunidades que encierra Arrecife y de la ciudad bonita, próspera y de prestigio en la que se puede convertir. Me encanta esta ciudad y creo profundamente en ella. Es más, estoy plenamente convencido de que podemos hacer realidad su enorme potencial.

Considero que la base principal sobre la que debe cimentarse el futuro de la ciudad de Arrecife consiste en crear las condiciones para que se genere empleo. En este sentido es absolutamente necesario culminar, de una vez por todas, aquellas infraestructuras básicas que son de una importancia vital para la ciudad de Arrecife, en orden a abrir nuevos nichos de mercado y nuevas oportunidades de riqueza, que finalmente revertirán en el objetivo más importante que vertebra todo el programa de gobierno del Partido Popular: el bienestar de las personas y la calidad de vida del conjunto de los arrecifeños.

De este modo, en primer lugar, es preciso construir y terminar el Palacio de Congresos, porque supondrá un importantísimo revulsivo para convertir a Arrecife en la capital de un tipo de turismo específico que atraiga encuentros nacionales e internacionales de muchos y diferentes sectores profesionales. Asimismo, otro de los objetivos se centra en convertir al nuevo muelle de cruceros de Arrecife en puerto base, es decir, punto de salida y regreso de las navieras, a fin de que los cruceristas puedan pasar varios días en Lanzarote, disfrutando de nuestros hoteles, nuestros restaurantes, nuestros comercios y nuestros atractivos singulares.

Igualmente prioritario es culminar el muelle deportivo, con la creación paralela de infraestructuras anexas generadoras de nuevas actividades que contribuyan a diversificar la economía capitalina. Entre otras, la construcción de un astillero destinado a los denominados megayates, podría no sólo suponer una importante fuente de riqueza y de abundantes beneficios para la ciudad, sino que convertiría a Arrecife en un lugar estratégico, exclusivo y único en esta zona del Atlántico donde embarcaciones de lujo pudieran elegir varar en Lanzarote en medio de sus largas travesías entre océanos.

Y por supuesto, es necesario apostar decididamente por realizar una intervención de gran altura de miras en el Islote del Francés, dejando un 90% del suelo para uso público, y el 10% restante para la construcción de un icono que, diseñado por uno de los mejores y más reputados arquitectos internacionales, como Herzog, se convierta en el sello distintivo de la ciudad de Arrecife, a lo largo y ancho del mundo. Junto a esta actuación, también cabría la construcción del futuro Museo del Mar y la recuperación de las salinas.

No obstante, junto a lo anterior, debe acometerse también una adecuada intervención que dinamice el Charco de San Ginés, además de la finalización de la Casa de la Cultura y del Museo de la Historia, en el Castillo de San Gabriel, y sobre todo debemos llegar a acuerdos con el sector comercial de Arrecife de forma que, al igual que ocurre en grandes ciudades turísticas como Londres o Roma, los comercios y negocios capitalinos permanezcan abiertos los sábados y domingos, e incluso en horario nocturno. Parece inconcebible que la capital de una isla donde nos visitan anualmente cerca de 3 millones de turistas al año, paralice completamente su actividad comercial los días festivos.

Del mismo modo, otro de los objetivos fundamentales es culminar el Plan General de Arrecife, que permita crecer en altura y disponer de suelo para diseñar la ciudad a fin de dotar a Arrecife de las infraestructuras deportivas, culturales, sanitarias, de tercera edad y comerciales que necesita imperiosamente para su propio despegue y desarrollo. Un modelo de inversión por otra parte que debe ir ligado a la estrecha colaboración de la iniciativa público-privada.

Lo importante es que todo ello podrá permitir alcanzar diversos objetivos en este momento trascendental para Arrecife: por un lado, impulsar el dinamismo económico y el movimiento empresarial necesarios para crear riqueza y empleo, repercutiendo y generando actividad en toda la ciudad de Arrecife. En segundo lugar, todas estas iniciativas nutrirán a las arcas municipales de importantísimos recursos económicos que revertirán en más y mejores infraestructuras y servicios públicos para los ciudadanos, quienes podrán beneficiarse de más alumbrado, más presencia policial, mejores centros educativos y mejores dotaciones culturales, entre otras. Y en tercer lugar, actuaciones como las del Islote del Francés o el futuro muelle deportivo, podrían colocar a Arrecife la altura de la singularidad y belleza de las que goza el resto de la isla y, sobre todo, dotaría a nuestra capital de un prestigio internacional fuera de toda duda.

Renunciar a estos objetivos no solamente es un acto de demagogia, sino que es un acto de tremenda irresponsabilidad política si queremos, de forma auténtica y con generosidad, pensar verdaderamente en el bienestar de las futuras generaciones que nos sucederán. Estas son las propuestas del Partido Popular. En democracia afortunadamente no todos pensamos igual: propongamos otras opciones si se considera que pueden ser mejores. En todo momento, pero especialmente en tiempos de crisis, y con más de un 30% de paro en Arrecife, los partidos políticos debemos enfocar todos nuestros esfuerzos en construir, buscando beneficiar a todos los ciudadanos, y no en destruir, buscando perjudicar a los que son nuestros adversarios políticos.

Por Cándido Reguera Díaz

Alcalde de Arrecife y candidato del PP a la Alcaldía de Arrecife

LO MAS LEÍDO