Aunque son algunas las voces que cuestionan la necesidad y efectividad de que las instituciones acudan a este tipo de ferias, para quienes conocen desde dentro lo que se cuece en ellas, no nos cabe ninguna duda de lo ...
Aunque son algunas las voces que cuestionan la necesidad y efectividad de que las instituciones acudan a este tipo de ferias, para quienes conocen desde dentro lo que se cuece en ellas, no nos cabe ninguna duda de lo absolutamente necesario que es estar y transmitir en ellas, cuáles son los objetivos y las líneas de trabajo que desde la primera corporación se proponen y emprenden para generar, o no, CONFIANZA.
De FITUR 2008 me quedo con dos cosas. Por un la lado, la impresión generalizada que traslada el sector ?al menos así lo han manifestado públicamente- de que la "clase política" ha entendido el mensaje del déficit de profesionalidad en que se había sumido en los últimos años la gestión, tanto de la promoción turística como de nuestro principal activo de ocio complementario, los CACT. El fantasma del temor a los cambios que, aparejados a la dirección política, podrían haberse producido tras las elecciones, en la dirección técnica incorporada en el pasado mandato, parece haberse disipado y no será casualidad. Y es que cuando el trabajo está bien planificado y dirigido con profesionales al frente como Jose Juan Lorenzo y Héctor Fernández -como referentes, que no los únicos- antes o después éste dará sus frutos por que disponemos de un magnífico producto turístico y todos lo sabemos. Por eso el mundo turístico empresarial respalda, sin fisuras aparentes, el trabajo que se viene realizando desde la primera corporación, cuyo mérito político no es de nadie en particular y de todos un poco en general, sin caer en inmerecidos triunfalismos ni la autocomplacencia. De unos por haber tenido el acierto de situar al frente de dicha responsabilidad a profesionales solventes y de otros por no caer en la tentación de defenestrarles simplemente por no haber sido colocados ahí bajo su mandato como venía siendo habitual, lo cual es igualmente plausible. Y es que ya lo decían nuestras abuelas "con las cosas de comer no se juega" y no está el patio para más frivolidades políticas con la industria turística que a casi todos nos da de comer de uno u otro modo. En ese sentido del examen externo, diría que "sí hemos aprendido la lección".
De otra parte, y en un terreno ya más particular en el que me mueve fundamentalmente la gratitud, aunque alguien pueda pensar que es sólo vanidad, en unos tiempos en que la crispación política y el enfrentamiento con frecuente pérdida de las formas parece ser la tónica habitual entre quienes nos dedicamos a esto de la cosa pública, me quedo con un gesto de reconocimiento del Consejero de los CACT, D. Carlos Espino, en la presentación y recepción en la sala de conferencias de FITUR 2008 del sello de Calidad en la Gestión Medioambiental ISO 14001, a la labor iniciada por quien escribe y concluida por él, gesto que le honra por atípico en política y, por tanto, agradezco y reconozco en su justa medida. La guinda a la elegancia en el gesto, la pusieron la Presidenta y el Consejero invitándome a estar presente en la foto final de recuerdo ante el pabellón de Lanzarote con los auténticos protagonistas materiales del logro, sin duda los trabajadores de los CACT, cosa que igualmente les agradezco.
Pues eso, que al Papa lo que es del Papa, Lanzarote a seguir trabajando en 2008 para posicionarse sin prisas ni pausas donde merece; a la dirección política felicidades por no defraudar al sector y tener la altura de miras que de nosotros se espera; al Consejero y la Presidenta, gracias por ese gesto plausible que ojalá por usual fuera una tónica inadvertible en política; y a todos en general -recesiones coyunturales aparte- un mensaje de optimismo porque a pesar de todo creo que tenemos razones de peso para pensar que el futuro es nuestro, si creemos en él.
Pd: Enhorabuena también por la presentación de los eventos deportivos y el potente proyecto de Enoturismo, y a las voces críticas a seguir criticando, que razones no les faltaran, y en definitiva también son muy necesarias para impulsarnos a mejorar cada día.
