El crédito cada vez más un lujo

Por César Miralles El difícil acceso al crédito junto con el elevado número de parados continua siendo el principal lastre para el consumo y la inversión en España y por ende en Canarias. Aunque queramos ver brotes verdes en el horizonte, la ...

20 de febrero de 2010 (01:44 CET)
Por César Miralles
El difícil acceso al crédito junto con el elevado número de parados continua siendo el principal lastre para el consumo y la inversión en España y por ende en Canarias. Aunque queramos ver brotes verdes en el horizonte, la ...

El difícil acceso al crédito junto con el elevado número de parados continua siendo el principal lastre para el consumo y la inversión en España y por ende en Canarias. Aunque queramos ver brotes verdes en el horizonte, la recuperación no vendrá hasta que el crédito fluya con normalidad y se comience a crear empleo de forma sostenida.

El crédito sigue siendo caro, a pesar de la bajada del Euribor, y de muy difícil acceso para la mayor parte de las familias, autónomos y empresas. Las dificultades de acceso al crédito parecen ser mayores en España que en el resto de países europeos. Prueba de ello, eta semana el Banco Central Europeo publicó los resultados de la encuesta que elabora semestralmente sobre las dificultades de financiación a las que se enfrentan las PYMEs. Como resultado, mientras en Francia únicamente el 7% de las peticiones de financiación son rechazadas por la banca, o en Alemania el 15%, en España el porcentaje alcanza el 25%. Además, el sondeo refleja que las condiciones de financiación en la segunda mitad del 2009 fueron algo menos duras que en el semestre anterior en el ámbito europeo. Sin embargo, en España la mejora es inapreciable, incrementándose el rechazo de las operaciones del 20% al 25% de las solicitudes. A nivel canario, la CEOE de Tenerife difundía los resultados de la encuesta que se ha efectuado a 240 pymes, emprendedores y autónomos. Como principal mensaje, el 70% perciben restricciones de crédito. Únicamente el 57% solicitó préstamos y el 40% de las solicitudes fueron denegadas.

¿Por qué no fluye el crédito con normalidad? En primer lugar, muchas empresas han pasado de ser viables a inviables desde el punto de vista económico por la brutal caída de sus ventas. Como consecuencia de las numerosas pérdidas, cierres empresariales, y más paro, las entidades financieras (Bancos, Cajas y cooperativas) temen que una escalada de la morosidad les acabe generando más perdidas y por tanto se mantienen cautas en la concesión de crédito. Estas pobres perspectivas del mercado de trabajo hacen que únicamente accedan al crédito aquellas personas con contratos fijos y/o suficientes garantías personales y especialmente hipotecarias. En segundo lugar, las entidades financieras tienen que devolver a su vez un monto importante de créditos que han recibido de las entidades financieras extranjeras. Dada la trascendencia, y la mala prensa internacional sobre las perspectivas económicas y políticas de España, para que los inversores extranjeros compraran activos españoles, el Gobierno de España tuvo que avalar las emisiones de bonos de las entidades financieras españolas. Por último, las entidades financieras, han optado por financiar y convertirse acreedores del sector público, que siempre paga. Además, los enormes déficits y nueva deuda se financian a precios bastante apetecibles desde el punto de vista del acreedor, pagando un sobreprecio por las abundantes necesidades de financiación del sector público.

En resumen, el grifo de la banca española no está cerrado del todo. El poco de agua que sale fluye hacia el sector público (financiación de déficits) y empresas y familias solventes con un colchón de garantías suficiente. Prueba de ello ha sido la exitosa colocación en el mercado de capitales de un bono del Tesoro a 15 años por importe 5.000 millones de euros. Del total, 1.650 millones de euros (el 33%) fue comprado con dinero fresco por inversores de nacionalidad española, en su mayoría bancos, gestoras de fondos y aseguradoras. Para el resto de los humanos, mientras el sector público no sanee sus cuentas, el crédito será siendo un lujo.

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