100% Juan Fernando

Por Damián Peña Un poco mas de sosiego, de tranquilidad, incluso, diría yo, de reflexión, es lo que hace falta en estos tiempos. La crispación, el enfado permanente como estrategia política, quizá no sean el mejor método para ganarse la ...

29 de enero de 2010 (04:01 CET)
Por Damián Peña
Un poco mas de sosiego, de tranquilidad,incluso, diría yo, de reflexión, es lo que hace falta en estos tiempos. La crispación, el enfado permanente como estrategia política, quizá no sean el mejor método para ganarse la ...

Un poco mas de sosiego, de tranquilidad,incluso, diría yo, de reflexión, es lo que hace falta en estos tiempos. La crispación, el enfado permanente como estrategia política, quizá no sean el mejor método para ganarse la confianza de la ciudadanía, ni tan siquiera de los militantes socialistas.

Algunas personas no paran de repetir que se ha querido echar a Juan Fernando de Canarias. Retirar de la vida política canaria, ponerle zancadillas para aburrirle. Quizá haya sido ese el deseo ferviente de CC, del PP, de Soria, de cierto sector empresarial, pero no creo que ningún militante socialista canario haya querido forzar la marcha de Juan Fernando. Más bien todo lo contrario.

La llegada de Juan Fernando a la política canaria generó una ilusión enorme, una esperanza tremenda. La posibilidad de que otro estilo de hacer política en Canarias no era solo una reivindicación utópica e irreal sino factible y viable se unió al nombre de Juan Fernando. Transparencia, honestidad, buena gestión y defensa de los interés públicos conformaban una suma que suponía en su conjunto el leitmotiv de la oferta política de López Aguilar.

No gobernar a cualquier precio, no gobernar con cualquiera, eran otros de los pilares básicos de la línea estratégica de Juan Fernando. Y considero que tenía razón. En política no todo vale, no todo es justificable para gobernar. No todo se puede ir vendiendo por ahí a la ciudadanía. Pero sobre todo lo que no se puede o, por lo menos, no se debe, es decir hoy una cosa y mañana justamente lo contrario. Eso se paga, tarde o temprano.

Todos estábamos de acuerdo, todos apoyábamos esa nueva línea. También estábamos de acuerdo en la necesidad de una oposición seria, contundente, que fuera interpretada por los ciudadanos como un proyecto que aspira a gobernar, que quiere transformar lo prometido en hechos.

Una vez descartada la posibilidad de gobernar a pesar de haber vencido el PSC-PSOE con unos resultados realmente abrumadores, teníamos el convencimiento de que Juan Fernando López Aguilar iba a ejercer de líder de la oposición, iba a ser la alternativa visible a un gobierno de derechas desgastado. Estábamos ilusionados con la presencia de Juan Fernando en el Parlamento de Canarias.

Personalmente, estaba seguro de que Juan Fernando conseguiría, si no ya en el 2007, si en 2011, conducir al PSC nuevamente al gobierno de Canarias. Tengo que confesar que su decisión de dejar su escaño en la cámara regional y optar por el acta en el Congreso de los Diputados, me decepcionó enormemente. Lo necesitábamos aquí, en el día a día, dirigiendo la oposición parlamentaria y el partido. El reto que tenía por delante el PSC era grande y necesitábamos un líder disponible al 100%.

Se había sacrificado por nosotros al venir a Canarias, nos llegó a decir en una ocasión que estuvo con nosotros en Lanzarote, en la nave del empresario constructor e inmobiliario Salatín, que fue hasta hace pocas semanas sede del PSC lanzaroteño. Pienso que nadie esta en política sacrificándose por nadie. Una cosa es la vocación, la disposición a servir al interés general pero sacrificio no creo que lo sea. En fin, considero que venir a Canarias para ser secretario general del PSC-PSOE, para ser diputado autonómico, no puede ser interpretado como sacrificio. Dirigir y liderar a los socialistas canarios es más bien un privilegio y un honor. Así lo veo yo.

Juan Fernando López Aguilar como secretario general del PSC-PSOE teníatodo el derecho del mundo a decidir sobre su carrera política. Pero lo que no podía es exigir que cualquier decisión que tomara al respecto contara con el entusiasmo y aplauso de la militancia. Evidentemente, no tenía patente de corso para hacer lo que le venía en gana.

Muchos socialistas canarios no estábamos de acuerdo con su decisión de compaginar la secretaria general con la condición de europarlamentario. Los que discrepábamos estábamos en nuestro derecho de hacerlo porque para eso estamos en el PSOE. Primero es el partido y luego la carrera de cada uno. Lo curioso es que no estábamos en contra de Juan Fernando sino precisamente a favor, queríamos tenerlo aquí en Canarias al 100%. Por otra parte, los que deseaban dirigir el partido en su nombre no veían inconveniente alguno en la lejanía ni la acumulación de cargos. Alguno quizá incluso pensaría en ese dicho popular: "cuanto mas lejos mejor".

Un partido no puede ser dirigido desde el móvil, y sometido a los vaivenes e inclemencias de la cobertura telefónica, ni los fines de semana y festivos. Ni los ciudadanos canarios, ni los socialistas canarios somos de segunda clase preferente como para tener que conformarnos con esa situación. Lo que necesitamos es que el principal partido canario tenga un líder con plena disposición y entrega. Y eso nadie se lo ha dicho excepto Jerónimo Saavedra.

En el PSC nadie le hizo la vida imposible a Juan Fernando, nadie le obligó a marchase. Nadie le obligo a dejar el escaño en el Parlamento de Canarias, nadie le obligo a aceptar la candidatura al Parlamento Europeo. Comprendo que para su carrera política particular la actividad europea le suponga un mayor interés y gratificación personal, pero también nos tiene que comprender a nosotros, nuestros argumentos y motivos, cuando decíamos que el secretario general tiene que estar aquí.

Tiene que estar aquí para convencer, para transmitir sus criterios, y no siempre ha sido así. Hasta hoy nadie me ha podido convencer de que el pacto del PSC con el marqués de la Oliva o el pacto con DimasPIL en Lanzarote estuvieran en consonancia con el principio del no gobernar a cualquier precio y tampoco con cualquiera. Aquí se ha perdido mucha credibilidad. Las palabras no siempre han ido mano a mano con los hechos. Quizá sean realidades como éstas, que se sitúan en abierta y total contradicción con el mensaje de Juan Fernando, los verdaderos motivos de su retirada de Canarias. Cuando uno empieza a no ser coherente y a justificar lo injustificable, pierde la confianza de la gente. Ya por mucho que repitas tu mensaje, ahí están las obras para demostrar lo contrario.

La proximidad de un congreso extraordinario no debería ser motivo de nerviosismo y de una progresiva pérdida de las formas. Creo que calificar a un socialista como "ideólogo del PP", como se ha hecho recientemente por parte de un miembro de la actual Comisión Ejecutiva regional, no esconde otra cosa que un deseo mezquino de insultar. Jerónimo Saavedra ha podido equivocarse muchas veces, pero creo, sinceramente, que a lo largo de su trayectoria política ni ha estado al servicio de nada que no fuera el PSC-PSOE ni ha tenido que insultar a compañeros o trepar a costa de ellos.

*Damián Peña,

militante del PSC-PSOE Lanzarote

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