Si bien es cierto que nadie pone en duda las bondades de la actividad física regular, decidirse a adoptarla en la rutina diaria es más difícil de lo que cabría esperar. Por eso, refrescar el tema de las ventajas puede ser fundamental para finalmente decidirse o inclinarse por alguna disciplina que sea satisfactoria en ese sentido.
Desde jugar al fútbol con amigos, practicar tenis en una academia o buscar alguna buena sesión o rutina de entrenamiento físico para hacer en casa o al aire libre, sea montar en bici o utilizar una máquina de correr, la actividad física regular está asociada a infinidad de ventajas, por lo que tomar la decisión e incluirla en la rutina de todos los días puede llegar a representar un elemento transformador desde la motivación, la salud física y mental de la persona.
El peso y los niveles de azúcar, bajo control
Las grasas y azúcares representan el primer escollo a vencer cuando se habla de la salud y del papel de la alimentación en la misma. Si bien el descanso y las rutinas diarias también influyen en eso, con temas como la ansiedad y la falta del sueño y su relación con los niveles de glucosa en la sangre, mantener el peso y los niveles saludables de estos valores es mucho más fácil cuando se realizan ejercicios regularmente.
La actividad física siempre quemará la grasa excesiva, los azúcares y las calorías que están de más en el cuerpo. Por eso, si la ingesta diaria de alimentos y el ejercicio físico coinciden en valores, mantener el peso ideal será muy sencillo y eso influirá en la salud pero también en la autoestima.
Reducción notable de riesgos de salud graves
La cantidad de enfermedades graves que están asociadas a la falta de ejercicio físico -con el fenómeno del sedentarismo como principal protagonista- son suficientes como para preocuparse y optar por un cambio de hábitos en la vida diaria que impulsen a una mayor actividad física.
Evidentes son los casos de enfermedades como la diabetes y la presión arterial alta, además del síndrome metabólico, referenciadas en su relación con el punto que se detallaba anteriormente.
Pero también tiene mucha relación con las enfermedades cerebrovasculares, la depresión, la propia ansiedad, y la pérdida de facultades y capacidades físicas notorias, lo que hace que el cuerpo sea más vulnerable a fracturas, enfermedades y padecimientos como artritis, artrosis y diferentes variantes reumáticas.
Ánimos y energías
La actividad física regular está directamente asociada con mejores estados de ánimo y sensaciones acerca de cómo afrontar las actividades diarias. No en vano es una de las prácticas habituales de las mañanas de todos los millonarios y famosos, ya que al liberar endorfinas y otras sustancias químicas que el cerebro asocia como positivas, permiten ganar perspectivas con mejores pronósticos y estados de ánimo que su contraparte, la de comenzar el día tarde, con prioridades sin resolver y cargados de estrés.
Pero además, indirecta y directamente el ejercicio físico hace ganar más energía para el día a día. En primer lugar, porque es un suministro extra de oxígeno y un dinamizador de los procesos de repartir nutrientes en todos los tejidos del cuerpo, mejorando la actividad de todo el organismo y la salud cardíaca y pulmonar en gran sentido. No obstante, a largo plazo, dado que los músculos y los huesos aumentan su resistencia, sentirse fatigado será cada vez más difícil, lo que en el desarrollo de las actividades diarias puede notarse enormemente.
Cualquiera vale, mientras que se haga
La actividad física puede ir desde el yoga y la meditación hasta entrenar para maratones o triatlones. En el medio, una gran escala de posibilidades da lugar a elegir de acuerdo a los gustos o a las capacidades físicas actuales. Elegir cualquiera de las disciplinas está bien, porque lo importante es incluir el entrenamiento físico en el día a día, ya que puede representar un antes y un después para la salud y la calidad de vida.
