"No es que vayamos a tener una mala cosecha, es que viene un desastre para Lanzarote". Así de contundente se muestra el presidente del Consejo Regulador de Denominación de Origen Lanzarote, Javier Betancort. La semana pasada este organismo calculó una "reducción drástica" de la cosecha, de en torno a 60 por ciento con respecto a 2010. Sin embargo, los nuevos estudios han pintado un panorama aún peor, "muy negro". La cosecha podría reducirse en torno al 75 por ciento. Es decir, la isla no logrará superar los 500.000 kilos de producción de uva este año.
"Estaremos en torno a los 350.000 o 450.000 kilos", ha explicado Javier Betancort, que ha asegurado que será "una de las peores cosechas de los últimos 40 años". Además, esto podría afectar el paisaje de Lanzarote, ya que "el 75 por ciento de la superficie cultivada es viña".
Por ello, de momento el Consejo sólo ha hallado una posible solución: "Hay que articular medidas para que siga habiendo motivación para cultivar el campo y para preservar el paisaje a través de los sistemas de cultivo en hoyos".
Javier Betancort no ha querido detallar a qué medidas se refiere, pero ha indicado que este miércoles el Consejo Regulador las anunciará a través de una nota de prensa. "No vamos a pedir subvenciones, pero sí medidas activas en defensa del sector", ha señalado. Éstas podrían pasar por "mejorar la investigación, desarrollo e innovación en el campo" o por "proyectos de emprendeduría".
Posicionar el producto
Además, el Consejo Regulador intentará que las instituciones no paguen las subvenciones "cada dos años" al agricultor, sino que lo hagan "cada año". "El producto cada vez tiene mayor valor añadido, se está tratando de posicionar internacionalmente, como demuestran las botellas que se han vendido a la monarquía de Mónaco y, por ello, hay que cuidarlo", ha afirmado Javier Betancort.
"Cuando existe muy poca o mucha producción se generan shocks, que afectan tanto los viticultores, como a las bodegas", ha señalado, al tiempo que ha recordado que cuando ha habido demasiada cosecha, el agricultor "no ha sido capaz de vender toda la uva". "No tenían suficientes líneas de comercialización para vender toda la viña. Por eso estamos intentando abrir nuevos mercados", ha explicado el presidente del Consejo Regulador.
Así, en momentos en los que haya una "súper producción", se podrá "comercializar" el producto a través de nuevos mercados. "Con un producto bien posicionado, esto será más fácil", ha indicado.
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