Los diez obreros que trabajan en la construcción de 164 viviendas de lujo en la Avenida Fred Olsen, frente a la playa del Reducto, en Arrecife, han decidido parar las máquinas para protestar por sus derechos. "Sufren un retraso en el pago de su nómina que, en algunos casos llega a los tres meses. A esto hay que sumarle que, desde junio de 2008, las empresas "les deben dos horas extras diarias", según explica el portavoz del Sindicato Obrero Canario (FSOC), José Morales, que apoya en su lucha a estos empleados.
Estas viviendas comenzaron a construirse en 2003 y hace dos años y medio debían haberse entregado a los propietarios, que han pagado entre 250.000 y 500.000 euros por piso. Retrasos, huelgas y problemas con el salario han sido la tónica general de la edificación de esta infraestructura. Marlape pretende entregar estas viviendas en cuatro meses, algo que, según los empleados, es del todo "improbable".
Los trabajadores, además de convocar la huelga, ya han empezado a actuar poniendo una denuncia en la Inspección de Trabajo para que se "les devuelva lo que es suyo". El pasado día 24, inspectores se acercaron hasta el edificio para comprobar la versión de los obreros, que esperan una resolución inmediata para poder seguir luchando por sus derechos. Asimismo, emprenderán acciones judiciales ante los juzgados de Arrecife, donde reclamarán los casi 22.000 euros que, según calcula el FSOC, les debe la empresa.
Las conversaciones no prosperan
Las conversaciones entre los trabajadores y la empresa no están siendo demasiado fructíferas, según Morales. En este mismo sentido, Carlos Alberto Aguilar, representante de los empleados, asegura que la incertidumbre de los obreros es "total", ya que no tienen ninguna propuesta de la empresa sobre la mesa. "No sabemos ni siquiera qué hacer, quizá la empresa, de repente, deje de construir, no sabemos nada", lamenta Aguilar.
Según Morales, los trabajadores han conseguido ponerse en contacto con el dueño de Construcciones Marlape, José Prado Gay, quien le ha manifestado "que no tiene voluntad de solucionar el conflicto". "Alega que tiene pagarés que no ha cobrado, por lo que no puede pagar a los trabajadores", afirma, al tiempo que lamenta que no vislumbra una salida rápida.
La situación está parada y los empleados afirman que son escasas las ocasiones en las que logran comunicarse con la empresa, por lo que empiezan a ver la vía judicial como la única salida para resolver sus problemas tanto con Marlape como con A Piunca.
Una situación agravada por la crisis
La difícil situación por la que atraviesan los diez trabajadores contratados por estas empresas, que no cobran su salario, se ha visto agravada, además, por la crisis económica. "No pueden pagar su alquiler, su hipoteca y cada vez están más desanimados", asegura Morales. Además, las constructoras han contratado a personas autónomas para minimizar el impacto de esta huelga.
Según cuentan Morales y Aguilar, ambas empresas han protagonizado conflictos parecidos en otros puntos de España. Fuerteventura, Madrid o Lugo son algunos de los lugares donde se han abierto pleitos contra las constructoras. Y, algunos contratistas, tienen su historia personal y su propia experiencia "horrorosa" en su trabajo para estas firmas.
Una historia personal
Hermenegildo Melián, dueño de la empresa Verde Esmeralda Trading, formalizó un contrato con Marlape el día 1 de junio de 2006. "Hicimos casi toda la obra, sólo quedaba por terminar algo del portal 9 y 10", explica Melián, quien asegura que la deuda contraída con las empresas asciende a casi medio millón de euros, además de la deuda con la Seguridad Social y con Hacienda.
"Tenía 50 personas trabajando en la obra, pero había problemas con el pago y con las horas administrativas, es decir, las extras, querían que se las regalásemos. Marlape y A Piunca no me pagaban, y entonces yo no tenía dinero para pagar la Seguridad Social de mis trabajadores. Tuve que pedir dinero a mi familia y amigos, me he quedado en la ruina", asegura Melián, quien el próximo día 6 de mayo se enfrentará a un juicio en Arrecife con los dueños de estas constructoras.
Este contratista terminó de trabajar para estas empresas en noviembre de 2007. "Me rompieron de repente el contrato que, además, incumplía un montón de normas", denuncia. Las constructoras alegan ahora que la obra que realizó Melián y sus trabajadores "está llena de desperfectos", mientras que este hombre asegura que lo dejó "todo reparado". "Encima de no pagarme, ahora quieren quitarme 150.000 euros por los supuestos fallos", lamenta.
Ahorrarse dinero en la obra
"Intentan ahorrarse dinero como sea, abaratando la mano de obra y utilizando otro material de menos calidad al que prometieron a los propietarios", señala Melián, quien asegura que de "viviendas de lujo no tienen nada de nada". "Está a años luz de lo que ellos prometen como edificio de lujo, porque no cumplen las alturas establecidas en la normativa. Les dijeron que les iban a instalar mármol en las escaleras y tienen granito, el hidromasaje es muy débil y lo han traído de China. Los materiales no tienen nada que ver con lo prometido", critica.
"Quieren vender gato por liebre. Ahora nos dicen que somos nosotros los que tenemos la culpa, parece una mala broma", matiza Melián.