"Beben alcohol, gritan y hacen sus necesidades delante de tus ojos"

Vecinos denuncian que la zona del Adolfo Topham se ha convertido en un céntrico lugar para hacer "asaderos" los fines de semana

Noemí Ramírez quiere denunciar lo que, a su entender, está afectando a la "calidad de vida" de los vecinos de los alrededores del CEIP Adolfo Topham. En especial, a los que viven cerca del antiguo ...

13 de marzo de 2012 (15:25 CET)
Vecinos denuncian que la zona del Adolfo Topham se ha convertido en un céntrico lugar para hacer "asaderos los fines de semana
Vecinos denuncian que la zona del Adolfo Topham se ha convertido en un céntrico lugar para hacer "asaderos los fines de semana

Noemí Ramírez quiere denunciar lo que, a su entender, está afectando a la "calidad de vida" de los vecinos de los alrededores del CEIP Adolfo Topham. En especial, a los que viven cerca del antiguo campo de fútbol del Torrelavega. Cada fin de semana, según relata en su queja a La Voz, se junta en este lugar una multitud de personas para jugar al voley, al rugby o al béisbol. El problema es que cuando "se cansan de jugar, hacen un asadero, en pleno centro de Arrecife, con música".

En este momento, "empieza la fiesta" para estas personas y comienza "el infierno para los vecinos". "Beben alcohol, gritan, hacen sus necesidades delante de tus ojos y esto hasta bien entrada la noche. No podemos abrir las ventanas de nuestras casas porque se te llena de humo y olvídate de una tarde de sábado o domingo tranquilamente en tu casa, porque solo oirás lo que esta gente quiera que oigas", denuncia Noemí.

Esta mujer se queja también de la basura que se queda en el lugar. "Es un olor nauseabundo, a meados, hay latas y cristales en el suelo? Realmente es vergonzoso que esto pase en cualquier lugar, pero en el centro de Arrecife es aún más incomprensible", critica.

Noemí asegura que es "imposible" que ningún político se haya percatado de esta situación, puesto que sucede todos los fines de semana. Por ello, recuerda que en Arrecife existe una normativa para que los dueños de los solares los tengan limpios y vallados. "¿No hay otra que regula las actividades molestas o ruidosas en la calle? No lo entiendo, porque está justo frente a la estación de guaguas, por la que pasan turistas y a mí me da vergüenza ajena", lamenta.

Esta vecina de Arrecife recuerda que todo esto está ocurriendo detrás de un colegio. "Este criadero de ratas e infecciones está a un paso de los niños y padres que van por ahí a diario", insiste. Además, asegura que de lunes a viernes este solar también se convierte en un cagadero de perros. "No entiendo cómo Arrecife puede estar sumida en esta dejadez, es incomprensible", señala.

Denuncias sin respuesta

Noemí Ramírez cuenta que presentó una denuncia el pasado mes de diciembre ante la Policía Local de Arrecife, pero aún no ha recibido respuesta. "Las denuncias no han puesto solución, sino que el problema cada vez se agrava más", indica. Además, asegura que sintió una "desazón" cuando al interponer esta denuncia, la Policía Local de Arrecife le dijo que "no podían hacer nada al respecto, que si el Ayuntamiento no toma medidas, ellos no pueden hacer nada".

"Y digo yo, si el Ayuntamiento entonces no actúa, ¿a quién acudimos? Espero que alguien lea esto y se digne a poner alguna solución como, por ejemplo, vallar el solar. Bastante sencillo desde mi punto de vista y que acabaría con los problemas de una multitud de vecinos que aquí vivimos", señala.

"Martirizados para que ellos disfruten"

Además, La Voz ha recibido la queja de un segundo vecino de la zona, que también asegura que este lugar se ha convertido en "botellón con permiso del Ayuntamiento". Vive en la calle Vicente Vila y asegura que "desde el viernes al domingo los vecinos sufren la música a todo volumen, que proviene del campo de fútbol".

Al igual que la queja de la vecina, Juan Luis Bardallo afirma también que hay un grupo de personas que juegan al béisbol, pero eso no debería implicar "la venta de comida o los meados por las esquinas". "Se llama a la Policía Local, pero la mitad de las veces no viene. Cuando viene, desde que se marchan, estas personas vuelven a hacer lo mismo y tenemos que estar los vecinos martirizados para que ellos disfruten", denuncia.

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