Crónica de la Travesía a Nado, vista con preocupación desde el muelle de La Graciosa: "Todos se convirtieron en héroes"

"Hay muchas maneras de vivir la Travesía a Nado de La Graciosa. Como si de una película se tratara, están los protagonistas, que son los nadadores y, están los secundarios, entre ellos los que esperamos en el muelle a que lleguen ...

26 de septiembre de 2011 (14:17 CET)
Crónica de la Travesía a Nado, vista con preocupación desde el muelle de La Graciosa: "Todos se convirtieron en héroes"
Crónica de la Travesía a Nado, vista con preocupación desde el muelle de La Graciosa: "Todos se convirtieron en héroes"

"Hay muchas maneras de vivir la Travesía a Nado de La Graciosa. Como si de una película se tratara, están los protagonistas, que son los nadadores y, están los secundarios, entre ellos los que esperamos en el muelle a que lleguen nuestros amigos y familiares.

Desde hace 10 años siempre he sido la secundaria por decisión propia. Sé nadar, pero el tremendo respeto (llámese miedo) que le tengo a la mar, puede más que las ganas de tirarme y participar como protagonista.

Nunca antes he tenido la sensación de este año. Mi sitio predilecto es el espigón del muelle, en los pilones. Desde allí, con ayuda de unos prismáticos y mi cámara fotográfica puedo seguir perfectamente la travesía. Allí espero a que crucen mis familiares y amigos y me hagan unas señas para echarles un par de fotos.

Sabíamos que este año iba a ser dura. Nos lo confirmaron el martes de esa semana nuestros amigos del barco La Biosfera cuando viajábamos hacia La Graciosa.

-"Este año vienen preparadas ¿verdad?" (Recuerdo su semblante serio).

- "Bueno, como otros años más o menos".

- "Pues cuídense porque, como se retrase la organización los más perezosos van a pasarlo bastante mal".

- "¿Y eso?" (Nuestra cara era de preocupación; los habitantes de la isla conocen mejor que nadie las mareas del lugar.

-"Cambio de mareas" -nos dijo nuestro amigo- "es mes de mareas fuertes, mareas del Pino, y encima en la hora prevista para la salida, se espera el cambio de marea alta a baja, es cuando arrastra la corriente con bastantes fuerza hacia Famara".

Allí nos quedamos mirándonos, mientras nuestro barco se iba acercando al muelle de La Graciosa, y pensando en la travesía de hace dos años, la más dura de las travesías realizadas, cuando la corriente arrastraba hacia Famara.

Así pasamos la semana, hasta que llegó el día. Un día de nubes y claros, al menos este año no hay calima, nos decíamos, mientras de reojo mirábamos la marea. A nuestra cabeza retornaban las palabras del marinero del barco.

Yo, como protagonista secundaria, igualmente me preocupaba. Este año más gente que nunca, 700 personas. Vale, sé que hay unas medidas de seguridad muy buenas, pero 700 personas, son 700 personas.

Hora de embarcar la gente, en ese momento arranco corriendo al espigón del muelle. Allí me acomodo y empieza mi "travesía" particular. Con mi cámara sigo haciendo fotos, sale el primer barco, lleno hasta la bandera de gorros verdes. La gente grita, están eufóricos, pero yo sé que es hasta que salen del muelle. A partir de ahí se oye un murmullo, que se va alejando a medida que el barco avanza en su camino, la gente mira la marea...

Desde mis prismáticos los veo ya en la playa, los tres barcos que transportaban a los nadadores, están parados esperando a por el helicóptero del SAR. Me fijo que tienen el motor virado hacia Famara, primer indicio de hacia dónde tira la corriente.

Llega el helicóptero y suena el bocinazo del barco. Comienza la travesía. Aquella mancha verde (los gorros) comienzan a correr hacia la marea. Hora de salida aproximada 13:40.

Por experiencia de otros años, sé que el primero suele llegar en 30 minutos como mucho, así que calculo que sobre las 14:00 habrá llegado. Desde mi posición, los nadadores quedan a mi izquierda y las boyas a mi derecha. Por segundo año consecutivo han puesto boyas, claro, no vaya a ser que pase como hace dos años que la gente se desorientó y se fueron a parar a. . .

Allí estoy yo, con mis prismáticos viendo a los nadadores. . .boya 1. . .Van bien, boya 2, siguen nadando casi todos a la par,. . . boya 3. . . la espuma blanca de los nadadores se nos van acercando progresivamente . . . boya 4. . . buen ritmo. "Perdona, ¿por dónde van?", me pregunta una chica sin prismáticos. "A la izquierda de la boyas, por ahí es por donde tienen que ir para que no les arrastre la corriente", le digo yo.

Boya 5. . . algunos nadadores se empiezan a quedar rezagados, normal en una travesía la gente lleva su ritmo, boya 6. . . los que me acompañan en el espigón sin prismáticos empiezan a vislumbrar a los nadadores. Siguen por la izquierda de las boyas , boya 7... ummm boya 7...pero. . . ¿Dónde están los nadadores? No los veo, desplazo mis prismáticos hacia la derecha de las boyas. Allí están todos, la misma espuma blanca pero por el otro lado de la boyas.

Miro la hora, 14:05, llevan nadando 25 minutos y todavía no divisaba al primero. Me viene a la cabeza las palabras de nuestro amigo del barco. Está claro, la corriente se los estaba llevando.

En la siguiente hora y media, estuvieron luchando como jabatos contra la corriente, desde mi ventana los veía claramente. Una travesía que se hace en 45 minutos aproximadamente, se había convertido en una de dos horas, de 2.600 metros pasaron por lo menos a una de 5.000 metros.

Allí estaban, gorritos verdes y blancos a la deriva, nadando, nadando, nadando, pero sin avanzar, luchando contra una corriente que no les dejaba avanzar, y unas boyas. . . cada vez más lejos. Unos levantaban la mano para que los recogieran, otros se agarraban a las piraguas a ver si cogían resuello para seguir luchando, otros salían por la playa del Salao y otros nadaban hacia la bahía.

Parece ser que se tomó la decisión de recoger a todos del agua, al final aquello parecía la procesión del Carmen, tanta embarcación llena de gente, todos devotos a los de los gorros verdes.

Está claro, en esta travesía todos se convirtieron en héroes, todos llegaron y eso es lo importante. Atrás queda si la organización tenía que haber adelantado la salida, si los habitantes de la isla lo sabían, ellos tendrían que haberlo sabido. Un 10 para todos los que colaboraron en sacar a todos los nadadores del agua y por supuesto un 10 a todos los actores principales que tienen la valentía de participar en una travesía tan bonita como ésta.

Nos vemos el año que viene".

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