El pasado 23 de junio Miguel Camacho sufría un accidente de coche mortal en la carretera de Nazaret. Sus padres hablan de este joven de 19 años, amante del deporte y muy querido en la isla

En recuerdo de Miguel Camacho

"Era una personal especial". Sentencia su padre. Lo cierto es que todos los hijos son especiales para sus padres y, a veces, apenas damos importancia a estos halagos que se nos antojan exagerados. Pero, en este caso, la ...

3 de julio de 2006 (12:16 CET)
En recuerdo de Miguel Camacho
En recuerdo de Miguel Camacho

"Era una personal especial". Sentencia su padre.

Lo cierto es que todos los hijos son especiales para sus padres y, a veces, apenas damos importancia a estos halagos que se nos antojan exagerados. Pero, en este caso, la cantidad de mensajes de apoyo y las muestras de cariño que la familia de Miguel Camacho ha recogido estos días, indican que no se trata sólo del amor incondicional de su padre.

Miguel Camacho dejaba huella allí por donde su entusiasmo por el fútbol, las vacaciones familiares o sus estudios de informática le llevaban. Pero la huella que Miguel dejó el pasado 23 de junio es ya imborrable en la memoria de todos los que le conocieron. En la tarde del último viernes de junio, regresaba de casa de unos amigos por la carretera de Nazaret en dirección a Arrecife, cuando perdió el control del Wolkswagen Polo Blanco de su madre y chocó frontalmente con un Opel Corsa. El choque de los dos vehículos trajo los peores avatares del destino. El accidente fue mortal para Miguel. El conductor del otro vehículo en estado grave y otros dos heridos leves fueron trasladados al hospital.

Miguel era como cualquier chico de 19 años, pero con algo que lo hacía especial. Sus padres aseguran que "era un chico bastante abierto, tenía muchos amigos y era muy querido por todos". Dejaba grupos de amigos y gente que agradecía su compañía porque era un chico abierto y extrovertido que recibía con sonrisas los nuevos encuentros. "Con cualquiera se relacionaba", nos cuenta su madre. Eso sí, tenía su grupo íntimo de amigos, con los que compartía una de sus aficiones, los videojuegos. Muchas tardes si no iba a El Charco de San Ginés a compartir esas inolvidables charlas de juventud se quedaba en casa, a veces, con algunos amigos, y disputaban partidos de fútbol virtuales. Un entrenamiento más que luego convertía en realidad, porque su pasión era el fútbol.

Desde pequeño ya corría detrás de la pelota o la pelota corría detrás de él, porque cuenta su padre que lo recuerda siempre por el pasillo de casa simulando hazañas deportivas de las grandes estrellas. Con 19 años, ya tenía un modesto pero destacado recorrido futbolístico. Comenzó en el club Arrecife hasta que se marchó a Lanzarote como benjamín. Pasó también por el club Torrelavega y en esta última etapa jugaba de nuevo en el Arrecife de juvenil y de regional, como centrocampista. Lo de él era el fútbol. Lo de él era el deporte. No es de extrañar porque ya le venía de casta. Su primo era un conocido luchador de lucha canaria. Caprichos del destino, la misma tarde que comenzaba un viaje infinito, su primo, también fallecido recientemente, recibía un premio a título póstumo en la localidad de la que era natural, Haría. Juan Antonio Martín Montelongo, policia local y figura de la lucha canaria, obtuvo varios triunfos bajo el nombre de "el Pollo del Puerto". Aquellas tarde era reconocido con uno de los premios Haría 2006 por dedicar toda su vida al deporte. Miguel también disputaba partidos en la localidad donde veraneaba, Famara. Allí jugaba torneos que organizaban entre amigos. En los equipos donde participaba se mostraba como el líder. Cuando el equipo estaba a punto de desintegrarse, él los convencía para empezar otro año. En juvenil era capitán. Su padre afirma que él reunía a la gente, que todo giraba en torno a él y que todo el mundo pendiente de él. "Movía a los chicos", se enorgullece el padre cuando habla de su hijo.

A Miguel Camacho le gustaba lo que a cualquier chico de 19 años. Su familia, sus amigos, sus pasiones y su novia estaban por encima de todo lo demás. No era de salir. Ni pedía nada... era conformista, señalan sus padres. Era conformista porque, según se desprende de las palabras de sus padres, tenía lo más deseado: el respeto y el cariño de todos los que le conocían. En Famara, localidad donde veraneaba con su familia, era también muy conocido. Como cualquier chico de su edad dudó sobre su futuro profesional. "Nunca me llamaron para decirme que hizo alguna gamberrada. Lo único que me decían es que era vago; inteligente pero vago. Él sabía que podía, aunque le costaba. Siempre le decíamos: 'Miguel estudia para tu bien` Él tiene a la novia estudiando fuera. Y yo le decía que estudiara para irse con su novia", cuenta su madre. Primero pensó en hacer Economía, pero decidió no salir de la Isla a estudiar. Contempló también la posibilidad de trasladarse a Las Palmas donde su novia cursa estudios universitarios. Finalmente, decidió estudiar un módulo de informática; los ordenadores eran otra de sus pasiones.

Como cualquier chico de 19 años soñaba y, sobre todo, vivía. Lo demuestra el que fuese tan conocido allí por donde le llevaban los azares del camino. En cambio, como a cualquier chico de 19 años no le debería ocurrir, Miguel realizó un viaje sin retorno el pasado 23 de junio, dejando un vacío inconmensurable en todos aquellos que le conocían.

Los mensajes de pésame y recuerdo a Miguel Camacho recibidos en la redacción son una muestra del impacto que la noticia ha causado en la Isla:

"Cómo es la vida. Tony recibiendo un homenaje aquí en la tierra, y en el cielo recibiendo a su primo Miguel. Descansa en paz Miguel. Ánimo animo a tu s padres" (Amigo)

"Mi más sentido pésame a su familia. Es una pena no poder echar más partidos en el colegio. TE ECHAREMOS DE MENOS. (El primo de Tony y Nandi)

"Mi más sentido pésame a la familia ... Miguel, tu pueblo de verano te recordará y te llevará en el corazón"

"Mis mas sentido pésame a la familia. Perder a una gran persona como lo eras tú, y lo sigues siendo, allá donde estés. Va a resultar difícil de olvidar porque siempre estarás en el corazón de muchos de nosotros y sobre todo en el de tus padres. Siempre estabas alegre y riéndote. Eras y seguirás siendo una bellísima persona y ¡un ejemplo a seguir! ¡Ánimo a esa Familia! Y un Saludo para ti, compañero, ¡allá donde estés!"

"No me lo creo. No puede ser. Para un buen amigo que tengo y lo pierdo. Miguel no te olvidaré. Esos partidos en el colegio son inolvidables. Mi más sentido pésame a la familia y a esos colegas que siempre estaban con él" (Jose)

"Tu gente de la Caleta nunca te olvidará Miguel. Descansa en Paz"

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