SEIS POLICÍAS NACIONALES DE ARRECIFE SE SIENTAN EN EL BANQUILLO

La presunta tortura en Comisaría vuelve a juicio un año después de suspenderse la primera vista

Seis policías nacionales de Arrecife se sientan en el banquillo, con una petición de entre 12 y 15 años de cárcel. Las presuntas víctimas, dos hermanos que habían sido detenidos, también están acusadas...

14 de septiembre de 2016 (17:50 CET)
La presunta tortura en Comisaría vuelve a juicio un año después de suspenderse la primera vista
La presunta tortura en Comisaría vuelve a juicio un año después de suspenderse la primera vista

Los seis policías nacionales de la comisaría de Arrecife acusados de torturas y lesiones a dos detenidos volverán a sentarse en el banquillo el próximo lunes. El juicio comenzó a celebrarse hace mas de un año, en mayo de 2015, pero en ese momento la Audiencia decidió suspenderlo. El motivo fue que uno de los abogados de los policías solicitó que cinco de los testigos que iban a declarar mediante videoconferencia lo hicieran de forma presencial en la sala, ya que así podrían visionar la grabación de las cámaras de la comisaría que registró la agresión y que se presentará en el juicio.

En principio, la Sección Primera de la Audiencia fijó una nueva fecha para septiembre de ese año, pero nuevos retrasos han terminando demorando más de 16 meses su celebración. Finalmente, está previsto que la vista oral se celebre la próxima semana, entre el 19 y el 22 de septiembre, en Las Palmas de Gran Canaria.

Los agentes están acusados de torturas y lesiones a dos hermanos que habían sido arrestados por participar en una agresión en un parque de la capital lanzaroteña y por atentar contra los agentes el 28 de abril de 2010. Para los funcionarios policiales, entre los que hay un subinspector, la pena solicitada por la Fiscalía es de 15 años de cárcel para dos de ellos y 12 años de prisión para los otros cuatro por dos delitos de lesiones y dos de torturas. En cuanto a los dos detenidos, supuestamente agredidos por la Policía, se exponen a una pena de multa por una falta de lesiones y a dos años de cárcel por un delito de atentado contra la autoridad. 

 

"Castigaron" al detenido con "puñetazos y golpes"


Los hechos ocurrieron sobre las 12.30 horas del 28 de abril de 2010, cuando los hermanos Y.D.L.M. y N.J.L.M. acudieron a un parque situado en la calle Alcalde Ginés de la Hoz, en Arrecife, y comenzaron a golpear a una tercera persona, Y.E.M.  Dos agentes de la Policía Nacional acudieron para detener la agresión. Sin embargo, los dos hombres hicieron "caso omiso" a sus requerimientos y se encararon con los agentes, propinándoles "patadas" y "puñetazos, relata la fiscal en su escrito. Así, hicieron falta otros cuatro policías nacionales para reducirlos. También en el momento del arresto, N.J.L.M. "forcejeó" y "propinó una patada en la boca" a otro agente.

Los dos hermanos que denunciaron la agresión, y que también están imputados.

Ya en la comisaría, el subinspector de Policía Nacional y otros cinco agentes condujeron a este detenido a los calabozos. Allí, mientras N.J.L.M. se encontraba descalzo y esposado, "con evidente ánimo de castigar al detenido por su actuación previa", un agente "le agarró por el cuello, haciéndole retroceder y asestándole un golpe en la rodilla, haciendo que el detenido cayera al suelo", expone la Fiscalía.

Fue el subinspector quien entonces cerró "la puerta de acceso a los calabozos", para después presuntamente golpear al detenido. Según el escrito del Ministerio Público, él y los otros cinco policías le propinaron "diversos puñetazos en la cara y múltiples golpes en la espalda y en la pierna, haciendo uso para ello de la defensa reglamentaria". Para curarse de las heridas que le causaron, el joven necesitó 211 días, "todos ellos impedido para el desempeño de su profesión habitual y restándole como secuelas un perjuicio estético ligero".

Seguidamente, según ese mismo escrito de acusación, los seis agentes acusados trasladaron al otro detenido, Y.D.L.M. a los calabozos. "Igualmente, como represalia por su actuación previa en el parque y con idéntica intención de menoscabar su integridad física, obviando sus más elementales deberes de salvaguardia de la integridad física de los detenidos, encontrándose el detenido esposado, le propinaron diversos puñetazos en la cara". También le golpearon "con la porra en la espalda y en el abdomen". Sus heridas tardaron en curar 30 días y estuvo un día hospitalizado.

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