Tres hijas de José Quevedo, dueño del barco, esperan desde Lanzarote noticias de su padre y del patrón, que debieron llegar hace días a Canarias. Al llamar a sus móviles se escucharon "voces que hablaban en árabe"

Crece la angustia entre los familiares de la tripulación del "Saulo", que temen que esté retenido por un grupo de árabes

La incógnita rodea la desaparición de José Quevedo y Cristo Herrera, los dos tripulantes de la embarcación "Saulo", de la que nadie tiene noticias desde el jueves 13 de marzo, cuando ...

24 de marzo de 2008 (12:38 CET)
Crece la angustia entre los familiares de la tripulación del Saulo, que temen que esté retenido por un grupo de árabes
Crece la angustia entre los familiares de la tripulación del Saulo, que temen que esté retenido por un grupo de árabes

La incógnita rodea la desaparición de José Quevedo y Cristo Herrera, los dos tripulantes de la embarcación "Saulo", de la que nadie tiene noticias desde el jueves 13 de marzo, cuando zarpó de Barbate, en Cádiz, rumbo a Gran Canaria. Dos de las hijas de José Quevedo, dueño del barco, residen en Lanzarote y una tercera, se ha trasladado estos días a la isla para acompañar a sus dos hermanas a la espera de noticias de Salvamento Marítimo y de la Guardia Civil, que les devuelvan la tranquilidad perdida. "Pensamos que están retenidos", comenta Roberto González, portavoz de la familia.

"Las hijas están? imagínese". No son necesarias más palabras para explicar el estado de ánimo de la familia de José Quevedo. La última vez que hablaron con él fue el jueves 13 de marzo por la mañana. "Dijo que estaba bien, que partían y que a 100 millas harían una llamada telefónica, pero nunca la hizo", explicaba Roberto González.

Durante todo el jueves y parte del viernes 14 de marzo, su hijo, que reside en Gran Canaria, intentó contactar sin éxito con José Quevedo, así que acudió a Salvamento Marítimo, iniciando una búsqueda que diez días después continúa sin éxito. Según Roberto González, Salvamento Marítimo realizó nuevas llamadas al móvil de Quevedo y escucharon "voces que hablaban en árabe".

La familia está convencida de que tanto Quevedo como Cristo Herrera, contratado para capitanear el barco en la travesía entre Cádiz y Gran Canaria, están retenidos. "Al ver el barco, que está bastante bien por lo que se dice, con dos personas mayores (superan los 60 años) que no opondrían resistencia? creemos que están retenidos", explica el portavoz de la familia.

En condiciones normales, la travesía hasta el Archipiélago no duraría más de tres o cuatro días según Roberto González, que no cree que se hayan podido perder, ya que el capitán de la embarcación es un hombre con experiencia, "que ha sido toda la vida patrón de barco", explica, y que ahora está jubilado. Por su parte Quevedo también tiene experiencia en el mar, aunque en labores de pesca de baja altura en Canarias.

Desviados en la ruta

José Quevedo decidió viajar a Alicante para adquirir una embarcación con fines de recreo que había visto por internet. Allí decidió comprarla y contrató a un capitán para llevar su nueva embarcación hasta Gran Canaria. Pero la experiencia con el patrón no fue buena, según explica la familia de Quevedo, ya que sin razón alguna, puso rumbo a Barbate en vez de ir directamente al Archipiélago. "No es necesario ir allí para nada, deberían haber bajado directos para Canarias, ¿a qué subió para arriba otra vez? Ésa es la gran duda", explica Roberto González, quien recuerda que el primer capitán contratado encalló el barco en Cádiz.

Esta situación enfadó a José Quevedo, que decidió despedir al capitán y a través de sus hijos, contactó con Cristo Herrera, un experimentado patrón, ya jubilado, vecino de Agaete, Gran Canaria, que viajó en avión a la Península para reunirse el miércoles 12 de marzo con Quevedo y partir a la mañana siguiente de vuelta a casa. Una vuelta que todavía no se ha producido.

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