La programación de las fiestas patronales de Tías en honor a La Candelaria y San Blas tiene entre sus contenidos un acto solidario. Será este jueves y viernes cuando la sala cultural la Ermita de San Antonio acogerá la segunda Gran Cata de Vinos Nacionales solidaria, organizada por el Ayuntamiento de Tías en colaboración con el reconocido sumiller Gustavo Palomo y más de veinte empresas y bodegas de toda España.
El acto, a beneficio de la Asociación Padres Unidos "Pequeño Valiente", fue presentado por el alcalde, Pancho Hernández, el teniente de alcalde, Amado Jesús Vizcaíno, el concejal de Fiestas, Francisco Javier Aparicio Betancort, el sumiller Gustavo Palomo, vecino de Tías, y el presidente de la Asociación Niños con Cáncer Pequeño Valiente, José Jerez. Los representantes municipales agradecieron "la gran aportación de todos los implicados y las empresas que colaboran para ayudar a estos pequeños y a sus respectivas familias".
"Desde el Ayuntamiento de Tías colaboraremos en todo lo posible para ayudar a estas familias y tenemos las puertas abiertas ante cualquier necesidad o proyecto", afirmó el alcalde, que animó a todos a asistir a este evento, que además se enmarca en las fiestas patronales de La Candelaria y San Blas.
Una cata de grandes vinos
Tal y como detalló Gustavo Palomo, mejor Sumiller de Canarias en el año 2013, "la cata se dividirá en dos días y se degustará cerca de una quincena de cavas y vinos blancos, rosados y tintos de importantes bodegas de varias zonas españolas".
El presidente de la Asociación Padres Unidos "Pequeño Valiente" agradeció al Ayuntamiento de Tías su "implicación" y "apoyo" al colectivo y a Gustavo Palomo su "entrega". Jerez detalló que Lanzarote es la tercera isla de Canarias con más cáncer infantil, "en la actualidad se diagnostican 10 casos al año, sin embargo, si hay una detección precoz el porcentaje de curación es muy elevado, en torno a un 80%".
La Asociación "Pequeño Valiente" en Canarias cuenta con dos pisos de acogida, uno en Gran Canaria y otro en Tenerife, para familiares y niños enfermos de cáncer que se tienen que desplazar desde otras islas, como Lanzarote, a los centros hospitalarios capitalinos para recibir tratamientos o para sus revisiones médicas periódicas. Además, trabajan codo con codo con las familias más necesitadas para prestar ayuda con fisioterapeutas o logopedas, así como para interceder en posibles desahucios o en la búsqueda de empleo.
