LEA LOS CUENTOS GANADORES Y LOS OTROS SIETE FINALISTAS

"Infiltrados", "Memoria" y "La voz", ganadores del concurso de relatos cortos

Conozca los tres relatos ganadores en esta tercera edición del certamen literario de Radio Lanzarote-Ondas Cero  y los otros siete cuentos que llegaron a la final...

9 de octubre de 2013 (08:50 CET)

La tercera edición del concurso de relatos cortos de Radio Lanzarote - Onda Cero ya tiene ganadores. "Infiltrados", de Mei Morán, se ha hecho con el primer premio, consistente en una cena para dos personas en el restaurante La Tegala de Germán Blanco, en Mácher. El segundo premio ha recaído en José Aldeguer, con su relato "Memoria", que se llevará un bono spa para dos personas en el Centro Talasoterapia Costa Calero, en Puerto Calero. Por último, el tercer premio ha sido para "La voz", de Inés Francisco. En este caso, obtendrá una cesta de regalo de la perfumería Equivalenza, en el Centro Comercial Arrecife, que puede ser para hombre, mujer o niño.

Junto a los tres ganadores, otros siete relatos quedaron entre los diez finalistas y a las puertas de llevarse el premio. La Voz de Lanzarote, que durante todo el verano ha ido publicando los más de 150 relatos que han participado en este concurso, vuelve a reproducir ahora los cuentos ganadores y los finalistas.

 

PRIMER PREMIO


Título: Infiltrados

Autor: Mei Morán

No estaba muy fina, la resaca me tenía sitiada. Me tomé varios zumos de naranja y dos aspirinas. Había puesto la radio por estar acompañada. Pero descubrí unas voces, que provenían de la salita. Parecían muy reales. Arrellanado en el sofá del salón discutía con naturalidad el grupo que había estado oyendo en el programa. Los personajes que entrevistaban empezaron a moverse a su antojo en el comedor, también los nenes de la publicidad de refrescos. Asustada apagué el receptor. Cesó así el tráfico de gente pero a los que habían tomado asiento nunca más pude echarles de casa.

 

SEGUNDO PREMIO


Título: Memoria

Autor: José Aldeguer

Escucho pasos en la calle y no me atrevo a salir. No oigo tiros, pero no sé si vienen a por mí. Escucho la radio y no dicen nada, no hablan de la guerra; en su voz no hay rastro de alarma. Me pongo a temblar de miedo y de impotencia. Una niñita de mirada dulce y sonrisa tierna me mira desde el fondo del pasillo y me echo a llorar. Ella viene corriendo hacia mí y me abraza rodeándome con sus bracitos. "Tranquilo, abuelito, tranquilo"-me dice- "En la radio de ahora sólo ponen cosas bonitas".

 

TERCER PREMIO


Título: La voz

Autor: Inés Francisco

Siempre había vivido conforme a las reglas establecidas, una existencia lineal, sin pasiones ni sobresaltos, que engendró enormes vacíos, pero que le hacía aparentar la más cuerda entre los mortales; ahora, sin embargo, juraba haberse vuelto loca: …pensó en detenerse, pero no quería atender a razones, solo sentir, dejar que la magia hiciera de guía… ¿ y si al verlo se deshacía el hechizo?, su voz le tenía cautiva, tenía que verlo, ponerle cara, hacía un año que escuchaba su programa en la radio;…atravesando la puerta de la emisora un presagio en forma de escalofrío recorrió su cuerpo...

 

 

FINALISTAS


 

Título: 97.

Autor: Paula González Guillén

Encendía la radio, cada día un poquito más cansada, cada día con más dificultad. Dejaba que le amenizara la tarde aquella emisora, mientras se acomodaba en la silla de la cocina, un poquito más dura cada día. No recordaba cuándo había sido la última vez que sus hijos se habían acordado de ella. "No soy yo, es el tiempo, que hace que olvide las cosas un poquito más cada día", se repetía un poquito menos convencida cada día, mientras cerraba los párpados, un poquito más pesados cada día, hasta quedarse dormida. Un poquito más dormida cada día.

 

Título: Ondas de Felicidad

Autor: Nuria Lucía Ortiz Tornero

Faltaban noventa minutos para que empezara el programa. Aceleró el paso, quería llegar pronto a casa, ducharse, cenar y a oscuras en su habitación, acostada, escucharle, imaginarle…. Bendito aburrido día que sintonizó la emisora y lo escuchó. Su vida cambió, sus noches cambiaron y dos horas en semana se evadía de su soledad y sus penas. Un día se atrevió a llamar pero al pasarle en directo en antena, no pudo articular palabra y él se quedo diciendo: ¿sí? ¿Quién está ahí? ¿Me escucha? Sus días siguen siendo todos iguales, las noches dos veces en semana no.

 

Título: Música en la tragedia

Autor: Inés Francisco

Colgué el teléfono y flotando llegué al baño, hacía mucho calor y la blusa se negaba a abandonarme; desnuda al fin, y como hoy la noticia estaba en mi vida, sintonicé la radio en busca de música, subí el volumen a tope, abrí la ducha y millones de gotas de aguas cayeron como un torrente sobre mi cara; empecé a tararear primero, después un do de pecho tímido, y con el estribillo llegó el gritó: vomité todo el dolor por la boca.

 

Título: Un día cualquiera

Autor: Rosa Delgado Abreut

Aquella mañana Martín se despertó animado con el olorcillo del café. Se extrañó, no había oído el tintineo de las cucharillas en la cocina. Se acercó el reloj al oído y no emitía el tic-tac de siempre. Sorprendido, encendió la radio de la mesilla y no había sonido alguno. Desolado, llamó a su gato y no oyó su voz. Abrió la ventana desesperado, y gritó y gritó. Silencio. Sólo vio las caras aterradas que le observaban desde la calle. Se arrodilló y acarició a su gato con ternura.

 

Título: ¿Acaso no fue él?

Autor: Mario M. Relaño

Se abrieron las cortinas del gran teatro londinense y un gran aparato de madera, grande y con dos botones a los lados se situaba en el centro del escenario. Guillermo Marconi presentaba entusiasmado su "telegrafía sin hilos", en la cual llevaba tanto tiempo trabajando.

Al salir del recinto y en un descuido, dos personas que le esperaban le levantaron por las axilas. Al día siguiente, Tesla y Popov salían en los periódicos como los auténticos inventores de la radio. De Marconi nunca se oyó una réplica.

 

Título: Sintonización

Autor: Cristina Domínguez Peyronnet

Tomás decidía sobre las comidas, canales de televisión, coche, piso, barrio, la ropa de María y el largo de su pelo. Lo único que ésta sentía como propio era la radio, que él le permitió conservar como reducto de su exánime voluntad. La noche en que quemó la cena, Tomás secuestró la máquina y se la llevó consigo, tras cambiar la frecuencia, al cuarto de baño, a ritmo de tango. Ella le siguió al cabo, entró, estrechó entre sus manos a su verdadero acompañante y se reunió con Tomás en la bañera, dos inconciliables y un cortocircuito.

 

Título: La cita

Autor: Reyes Pintado Villa

Cruzó la puerta del bar quitándose el sombrero que cubría ojos, cabello e ideas. Paseó la vista buscando algo conocido, se fue al sitio más alejado y esperó. Aznavour se escuchaba en la radio. Alguien se acercó y el corazón palpitó rápido, los dedos se crisparon de nervios, las mariposas afloraron en el estómago, logró resistir. Pasaron minutos de conversación y las ideas andaban al descubierto, necesitaba aquel objeto que era parte de su persona. Se colocó el sombrero, suspiró. Se besaron apasionadamente. Cruzaron la puerta del bar y juntos, se perdieron tarareando la música de aquella radio.

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