Pedro Almodóvar, junto a los actores de "Los abrazos rotos", ha presentado en Madrid el inicio del rodaje de su 17ª película. Una historia de pasión que tendrá la isla como un "importante escenario"

Preparados para desembarcar en Lanzarote en busca del "misterio" de El Golfo

POR LAURA FERNÁNDEZ PALOMO (MADRID).Es el cuarto guión que ha escrito para dar sentido al "abrazo" de una pareja que fotografió en la "Playa de El Golfo", el Charco de Clicos, hace nueve años. Una ...

10 de mayo de 2008 (00:04 CET)
Preparados para desembarcar en Lanzarote en busca del "misterio" de El Golfo
Preparados para desembarcar en Lanzarote en busca del "misterio" de El Golfo

POR LAURA FERNÁNDEZ PALOMO (MADRID).

Es el cuarto guión que ha escrito para dar sentido al "abrazo" de una pareja que fotografió en la "Playa de El Golfo", el Charco de Clicos, hace nueve años. Una imagen que le ha intrigado hasta el punto de intentar encontrar el "secreto" que no sabe si ha descubierto en "Los abrazos rotos". "A lo mejor todo este misterio lo descubrimos ahora en Lanzarote", ha manifestado Pedro Almodóvar en la rueda de prensa que ha ofrecido este viernes en la Casa de América de Madrid junto a los protagonistas de la película, en la que participa por cuarta vez Penélope Cruz. Comienza así el rodaje de su 17ª cinta el próximo 26 de mayo en la isla.

Pedro Almodóvar llegó "mal dormido" al photo call previo, pero eso no le impidió posar y hasta besar en la boca a los protagonistas de su próxima película ? Penélope Cruz, Blanca Portillo y Lluis Homar ?. La pasión que subyace en el filme debió llegar con los ensayos que llevan practicando desde hace tres meses para dar forma a lo que él mismo ha reconocido que es la historia más novelada que ha escrito. Quizá en la línea en la que describe los paisajes del sur de la isla, en los que grabará a finales de este mes de mayo: "ficticios pero no artificiales".

Cientos de periodistas han intentado sonsacar durante más de una hora de rueda de prensa algunas pistas sobre su próximo proyecto, pero el director apenas ha aportado más datos de los que ha publicado en su blog. "He prohibido a los actores que hablen de la historia de la película", ha reconocido al comienzo del encuentro con los medios. Quiere que se sepa lo menos posible, aunque ha dado pie a cada uno de los actores para que perfilaran públicamente su personaje.

Y así, el director manchego se ha comportado como un periodista más, quizá para esquivar las preguntas que pusieran sobre la mesa alguna pista sobre su próximo proyecto ante el que está "absolutamente excitado". Será el filme "más largo y más caro" de todos los que ha rodado, que "participa de varios géneros" como es costumbre en su filmografía. Pero tendrá especial fuerza el drama en las secuencias ambientadas en 1994, en Lanzarote, y la historia de Penélope Cruz y José Luís Gómez, que es "básicamente un thriller".

Los personajes

"Los abrazos rotos" es una historia "fabulada" que se desarrolla en el mundo de "los negocios y el cine". José Luís Gómez será un broker "con pocos escrúpulos", "depredador paciente", "cazador", en el más amplio sentido de la palabra. Blanca Portillo interpretará a una productora de una "generosidad sin límites y una ilimitada culpabilidad".

Penélope Cruz dará vida a una madre soltera y como actriz tendrá que superar el reto de actuar "mal" en varias secuencias. Con una peluca blanca platino se enfrentará así a "una de las partes que más le asustan". El otro protagonista masculino, Lluis Homar, lleva meses aprendiendo a ser "invidente".

Las relaciones entre padre e hijos y madre e hijos también marcarán el hilo argumental de la película. Para ello Rubén Ochandiano y Tomar Novas darán vida a dos personajes construidos sobre el halo de dos historias desgarradoras que conmocionaron a Almodóvar. Una, la fatídica muerte del hijo de Ernest Heminway, que fue repudiado por su padre por travestirse y que a la muerte del escritor se cambió de sexo. El segundo despropósito, la vida del hijo de Arthur Miller, que fue rechazado por su padre porque tenía síndrome de dawn. Le sorprendió el choque entre el compromiso social de Miller y su actitud personal.

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