Fotos: Sergio Betancort
La plaza de Los Dolores de Mancha Blanca se convirtió este domingo en un gran santuario para dar cabida a los cientos de fieles que se acercaron a honrar a la patrona de Lanzarote.
A las 19 horas el repicar de las campanas anunciaba a los fieles que Nuestra Señora de los Dolores ya había traspasado el pórtico de la ermita, arropada por sus discípulas, el clero y autoridades civiles y militares. Lentamente, entre vivas y aplausos, se acercó hasta las inmediaciones del escenario, donde ya estaba todo preparado para la celebración de la eucaristía, la cual estuvo presidida por el obispo de la Diócesis de Canarias, Monseñor Francisco Cases Andreu, que estuvo asistido por onces sacerdotes.
Antes del comienzo de la eucaristía, el obispo comunicó a los fieles allí presente los cambios que se iban producir en algunos de los sacerdotes para el nuevo curso que ahora se inicia, dando la bienvenida al único sacerdote que se incorpora a la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe de Teguise, Matías Gula. Por su parte, Nicanor Bermúdez será el nuevo párroco de las parroquias de San Antonio Mª Claret en Altavista y Nuestra Señora del Carmen en Valterra y Juan Antonio Gallego será el encargado de atender la parroquia de Nuestra Señora de los Remedios en Yaiza.
Posteriormente comenzó la eucaristía, que fue seguida con muchísimo recogimiento por los cientos de fieles que llenaron la plaza. Los cantos para esta celebración tan especial fueron interpretados por un coro de hombres y mujeres de varias parroquias de la isla, a los que también se les unieron las voces de los fieles.
Una vez finalizada la eucaristía, se procedió a la multitudinaria procesión, encabezada por la Banda de Música de Tinajo Peña de San Roque, dirigida por el profesor Orlando Morales Duarte, y seguida de las discípulas de la Virgen. Tras la imagen iban el obispo Monseñor Francisco Cases, los sacerdotes celebrantes y las autoridades civiles y militares, seguidas por los fieles, los cuales piropearon y aplaudieron a la Virgen durante todo el recorrido llevado a cabo alrededor del la ermita.
Una vez situada la imagen en el pórtico, la Banda de Música interpretó en su honor una composición musical que fue muy aplaudida por todos los presentes y de nuevo se volvieron a escuchar en toda la plaza los fuertes aplausos y vivas a la Virgen, mientras la imagen traspasaba el pórtico de la ermita, finalizando así una jornada que puso el broche final a las fiestas grandes de Lanzarote.
