LA VOZ PUBLICA MÁS DE 30 CUENTOS RECIBIDOS EN LAS ÚLTIMAS SEMANAS

La IV edición del concurso de microrrelatos de Radio Lanzarote se cierra con más de 110 participantes

A la espera de conocer los cuentos ganadores, La Voz publica más de 30 microrrelatos recibidos en las dos últimas semanas, justo antes de cerrarse el plazo...

6 de septiembre de 2014 (10:24 CET)
La IV edición del concurso de microrrelatos de Radio Lanzarote se cierra con más de 110 participantes
La IV edición del concurso de microrrelatos de Radio Lanzarote se cierra con más de 110 participantes

Más de 110 microrrelatos se han presentado a la IV edición del concurso que organiza Radio Lanzarote-Onda Cero desde hace cuatro veranos. El plazo para presentar cuentos se cerró este domingo y ahora el jurado deliberará y dará un veredicto durante este mes de septiembre.

En esta ocasión, además de la radio, los micrrorelatos debían incluir también una trama de terror. A la espera de conocer los cuentos ganadores, La Voz publica más de 30 microrrelatos recibidos en las dos últimas semanas, y que se ajustaban a las bases del certamen.

 

Acordes de salvación


Urbano 

Caían por todos lados. No dejaban de estallar en el pavimento inerte, resonando en las paredes desnudas. Las bombas arrinconaban las almas de todos aquellos que se escondían ante el sino.

Estaba solo. Únicamente podía sentir la desolación del que lo había perdido todo. Un todo pulverizado, aniquilado por un proyectil cargado de pólvora y odio.

Él, bajo tablones de madera, no podía contener las lágrimas. De pronto, sonó una melodía extraviada entre las cortinas de humo. Una radio que expulsaba los acordes de Louis Amstrong transformando, por un instante, con su trompeta, el caos en armonía.

 

Escalofrío FM


Donnie Darko

Como cada noche Luis emprendía su rutinario camino hacia el mundo de los sueños, no sin antes disfrutar de su programa deportivo favorito. Comenzó a escuchar los resúmenes de la jornada, uno tras otro, hasta que sus párpados descendieron a la misma velocidad con la que el locutor bajaba de categoría. De un salto se levantó de la cama, no creía lo que llegaba a sus oídos: ¡vas a morir! ¡Hijo del diablo! ¡Sal de ahí! Entonces se percató de que seguía teniendo los auriculares puestos y de que el tenebroso programa de medianoche "escalofrío" había comenzado. 

 

Necrofilia 


Inés Francisco

Las tres y Morfeo ya me había abandonado; estaba en la segunda fase de tu pérdida: el llanto; sintonicé la emisora que nos acompañó los últimos 346 días para regodearme en tu recuerdo. Un trabajador de un tanatorio contaba con voz quebrada cómo tenía relaciones sexuales con los cadáveres que custodiaba. Me quedé helada, era tan macabro y oscuro que pensé cómo sería su vida diaria, me lo imaginé pulcro y educado, igual sería mi vecino, quizá compartiríamos el ascensor, la cola del súper o sería miembro de la funeraria que contraté para tu último viaje, subí el volumen.

 

Abuela


Inés Francisco

Mi abuela no salía de la cocina, aquel era su territorio. Cuando podía desayunaba con ella, la recuerdo con su delantal gris y la radio sintonizada en la emisora local, su "Guasa" como decía ella; allí llamaba para felicitarnos, dedicarnos canciones en cumpleaños, santos, comuniones o le servía para enterarse de casamientos, recetas o quién fallecía. Fue en la sección de esquelas cuando oí un nombre familiar, asustada pregunté: 

- ¿Dónde está abuelo? 

Me miró, remató la carne en la tabla y la metió en la olla, mientras, un involuntario y caliente líquido bajaba por entre mis piernas. 

 

Fin 


Inés Francisco

Iba a por un café cuando oí unas voces en la parte alta de la casa. Subí sigilosa y me estremecí al ver el amplio pasillo extrañamente iluminado y la puerta del desván de un blanco doloroso y lejano; crucé con lenta rapidez y miré a través de la cerradura: la antigua radio estaba encendida, y el locutor contaba historias de mi vida, como sacadas de mi recuerdo, las palabras brotaban por el altavoz y se abrían como abanicos por la habitación... noté un pellizco en el corazón mientras contemplaba la escena desde la altura.

 

Emisora lejana


Donnie Darko

Una noche Juan se despertó desconcertado por los gritos y llantos que llegaban a sus oídos. Al llevarse las manos a la cabeza se percató de que tenía los auriculares de la radio puestos y se tranquilizó. De nuevo se había quedado dormido con la radio puesta y estaba escuchando un triste y solitario programa de media noche…Se acercó al baño a lavarse la cara tras el pequeño susto y fue entonces cuando se dio cuenta, al mirarse en el espejo, de que los auriculares colgaban desconectados de la radio que yacía en la cama…

 

Vida Negra


Jairo López Gallardo

Un cuchillo se clava en los pulmones podridos de Gara cuando respira. Con los ojos irritados, la niña se arrastra como una zombi, pisando aves y peces putrefactos. Se para a contemplar la gran masa negra que la rodea cuando se encuentra una caracola viscosa y se la mete en el bolsillo. Al llegar a la casa enciende la radio y el programa está dedicado al pasado y a cómo los niños jugaban en la playa. Gara pone la caracola en una estantería de su cuarto mientras una lágrima, salada como el mar, le baja por el rostro. 

 

La Soledad 


Jairo López Gallardo

Mi nombre es Cristina- dijo con voz ronca, como si no tuviera aire- estoy en la montaña de Guanapay necesito a mi madre, estoy sola y…. 

Desde que se cortó la llamada, el locutor de la radio, aterrorizado, llamó a la policía. Al día siguiente, la encontraron semienterrada, con el cuello completamente rebanado y lleno de moscas por la sangre seca y la putrefacción. La autopsia confirmó que Cristina estaba muerta hacía un año, el mismo tiempo que había estado la madre buscándola por toda la isla. Estaban felices por estar juntas otra vez.

 

Obligada 


BLGI15 

Los espectros malignos de las películas no existen. O al menos eso creemos todos. Amo (amaba) la radio y la suelo escuchar casi todo el día. Antes lo hacía por hobby pero ahora es por obligación. ¿Por qué?-se preguntarán- porque un día se cortó la canción que emitían y una voz extraña me habló. No hice caso a su mensaje. Al día siguente aparecí con un texto grabado en mi brazo ensangrentado. Desde entonces, cumplo con todo lo que el locutor me ordena para evitar una, o varias, pérdida humanas, como él mismo me advirtió.

 

Esperando la señal 


Ernesto Lubina

Al poco de sintonizar la emisora que buscaban, tuvieron que huir deprisa de aquella casa abandonada en mitad de la sierra. A Laura nunca le gustaron los juegos de espiritismo, pero la insistencia de Raúl acababa por convencerla siempre. Lo terrible fue cuando al llegar a su piso, él se dio cuenta de que se había dejado el móvil en la maldita casa. Así que volvió allí, maldiciendo su suerte.

Raúl no regresó esa noche, ni la siguiente…

Ahora, aunque han pasado varios años, Laura sigue sintonizando aquella emisora de radio todas las noches.

Aún sigue esperando.

 

Noche 


Alejandro

Eran las 4 en una madrugada fría, las 3 en Canarias y el regreso de mis padres se demoraba. El temor que causaron en mí las noticias de ayer sobre butrones en la ciudad no me dejaba conciliar el sueño. Mi estado de alerta era máximo cuando percibo súbitamente algo parecido a sinfonías de radio. El miedo se había apoderado de mí. Acudo a la sede acústica y si, la caja fuerte forzada y vacía, No obstante, la angustia aun no había expirado, el ruido persistía de nuevo, esta vez en mi habitación.

 

Sueño 


Alejandro

Suena de nuevo. Imperecederamente gime como desagradable llanto de bebe. Pero en esta ocasión la radio no cesa con el habitual golpecito que solía propiciarle. Incomprensiblemente zumba el timbre. Abre. Dos cadáveres en el felpudo. La razón? La desconocía. Minutos posteriores resuena un tic-tac proveniente de la ventana. Esta vez, una tela bordada con las letras: MUERTE. Un chasquido a destiempo, alguna pronunciación accidental, todo en aquel instante era proclive a trance. Un escalofrío recorre su cuerpo. ¿Qué es? Su pensamiento se desvanece justo en el tiempo que su linterna ilumina un afilado haz de machete.

 

Oscuridad interior


José Aday Rojo Betancort

Cuando la oscuridad alimenta los cuerpos, extraños sucesos remueven conciencias y los pesares acontecen; se para el flujo del bien, arden pasiones ocultas y aparecen las tinieblas de la razón. La mente activa lo impuro, aquello ilícito para el público común, un espectáculo de emociones para el asesino.

Así, sus manos se abalanzaron sobre el cuello de ella, cortando su respiración para siempre. Sus manos eran la prueba, la señal de aquella muerte. Sus gritos resonarían en su mente para siempre, como el sonido de una radio, que a veces no escuchamos pero que sigue sonando. 

 

A sangre fría 


José Aday Rojo Betancort

Caminando por un callejón oscuro, apareció un hombre armado con un bisturí, entre las sombras del callejón. Se oía una radio a lo lejos, pero se escuchaban más altos mis latidos y mi respiración acelerados. Intenté escapar, pero sentía que caminaba a cámara lenta, mientras él se acercaba rápidamente. Luego, sentí cómo el instrumento de hierro me desgarraba la aorta y mi sangre salía disparada. Mi dolor duraría unos pocos segundos, en los que la sangre abandonaba mi cuerpo para no volver más. 

 

Tres y tres


Shadows

La radio en ocasiones como aquella era su única compañía. Le gustaba escuchar la desgarrada voz del comentarista. Doce. Siempre a la misma hora comenzaba aquel programa sobre extraños sucesos paranormales. Anónimos relataban desde quién sabe dónde misteriosos y espeluznantes encuentros con seres de otros mundos, fantasmas, extraterrestres. Él deseaba poder contar el infierno que sufría desde hace meses. En silencio cada noche. Tres y tres. Siempre a la misma hora. Su cuerpo permanecía inmóvil durante varios minutos. Sin poder ni siquiera hablar. Sin respirar. Sobre él, el demonio que lo atormentaba.

 

Muerte mojada


Carmen Mary

El cielo se oscurecía cada vez mas, el mundo entero se inundaba, las lluvias torrenciales convertidas en diluvio sentenciaban a la humanidad con su posible extinción, y en una pequeña isla cuya extensión iba menguando vivía seña Dolores, su sueño de morir en su propia casa la persuadió de no huir, de permanecer sentada en su silla mecedora con su café recién hecho y la radio que la conectaba aun con el exterior, escuchando al locutor, sentía que no estaba sola, cerró los ojos y en ese preciso momento los cristales estallaron y la muerte la mojó.

 

No soy ni yo 


L8V3rP

Mi voz exitosa encierra un pasado que prefiero olvidar. Primera en audiencia, el ranking no esconde esta agonía que ya me pesa demasiado.

Saludos, mensajes, comentarios, noticias e intervalos musicales me traspasan como balas invisibles que ya no pueden abrirme más heridas desde aquel episodio que marcó mi vida para siempre. Escondida en un seudónimo la gente me abraza. Escondida en mi nombre ya no sé ni quién soy, si es que soy alguien desde aquella vez que mi cuerpo despertó de aquel charco de sangre, entre gritos de dolor que todavía me persiguen.

 

Esquizofrenia 


Bravo 

"¿Cuándo acabará?" me pregunté aún conmocionado. El silencio respondió con una ligera brisa fresca que me llegó a los huesos haciéndome tiritar. Me levanté con torpeza, el golpe había sido certero y aún me dolía la cabeza, no había sangre, "por suerte" pensé. Caminé con lentitud por el pasillo no fuera a ser que mi acompañante volviera a cogerme por sorpresa. Llegué al salón y para atraer a mi adversario encendí la radio, se escuchaba ese ruido molesto que alguna señal lejana, me senté en el sillón frente a la chimenea apagada y esperé. "Aquí estás, amigo" me susurré.

 

Metro y medio 


Bravo 

A mi madre se lo quitaste todo, que sigue sin parar de llorar, y a mi padre, que ya no cuenta chistes. Le robaste medio corazón a mi novia, o quizá entero. Mis amigos ya no me llaman al móvil para verme, ahora vienen sin avisar, rotos. Me arrancaste la vida sin ni siquiera presentarte ni verte venir, por la espalda, como un cobarde. "Nace un precioso día" aventuró la radio, pero tú terminaste la copa y cogiste tu coche dispuesto a llevarle la contraria. Coincidimos por la misma carretera. Asesino y ciclista. Sangre. Muerte. Fin.

 

Sedienta


Shadows

Caminaba a paso veloz por las calles solitarias. El viento jugaba con sus mechones de pelo que le caían sobre los hombros. Cada día realizaba la misma rutina, salía del trabajo y andaba deprisa hacia su hogar con el sonido de la radio en sus oídos. Cuando el reloj marcaba las doce de la noche, sus ojos se volvían rojos, sedientos de sed, hambrientos de carne humana. Cuando el reloj marcaba las doce, las bestias de la noche se apoderaban del silencio de la ciudad. 

 

Lo que no se ve 


NPG

Oía como abrían la puerta de casa. Me dio un vuelco el corazón.

Empecé a temblar sin parar, estaba ya dentro, que podía hacer? Llamar a la policía? Me protegerían..?

Mi cabeza y mi cuerpo estaban paralizados del miedo. No podía dejar de temblar y lloraba sin parar. EL terror se apoderaba de mi, que incluso me impedía apagar la radio que sonaba en el salón. Pensé quizás así creería que no estaba en casa y se iría. Se iría ese ser tan cruel... MI MARIDO.

 

"El Paseo" 


Fatking

Prometía un día estupendo, pero llevo una hora, tirado sobre el picón, gritando sin que nadie me oiga ni vea.

Una radio ,de mi mountainbike, se me ha clavado en el hueco ocular sin afectar al globo, ya que puedo moverlo, nó sin muchísimo dolor. Intento tocar la varilla, y sólo el roce, me hace retorcerme más. Notó cómo un pequeño hilo tibio de sangre resbala por mi mejilla, sigo gritando

Desperté en el Hospital con el ojo vendado y a salvo, y un periodista de la Radio que quería entrevistarme.

 

'Desliz' 


Ginés Vera

Escuché de fondo música, mi programa favorito de radio me animó a abrir los ojos. Lo hice despacio, venciendo la pesadez y el escozor. Traté de mover la cabeza, los brazos; por alguna razón mi cuerpo no me obedecía. Luego oí dos voces, Una exigía a la otra que apagase la radio. Cuando se hizo el silencio vi dos figuras con bata y mascarilla. Pobre, dijo uno. Es ley de vida, repuso el otro. ¿Qué está pasando? ¿Qué van a hacerme?... Ningún sonido salió de mi boca. Lo último que recuerdo fue: Acabemos de una vez con esta autopsia. 

 

Sin Título


Soledad

No dejad las puertas abiertas aconsejaron por la radio,las carcajadas de mi padre que estaba en la cocina cenando estremecieron las paredes. Aquí-se dijo-en este erial donde ni los pajaros se vislumbran,ni los gatos maúllan.Se acostó como siempre sin cerrar la puerta soñando con una brisa de aire para mitigar el horrible calor.

Cuando se levanto por la mañana volvió a gritar pero esta vez de terror,la puerta estaba herméticamente cerrada y la llave sobre su mesilla de noche con una nota que decía escuetamente."Hacedme caso que la próxima vez será tarde"

 

Arrecife 


Yoel Ley Solá

A las tres y media de la madrugada sonó mi teléfono y me puse en marcha enseguida. En el coche, repasaba una y otra vez la extraña llamada que me había sacado de la cama. No tenía sentido, pero cuando llegué al Charco, y vi a la gente correr hacia la avenida marítima, comprendí que algo extraordinario estaba sucediendo. En la emisora reinaba la confusión. Pero yo me senté frente al micrófono como siempre, y me enfrenté al difícil reto de contar que una semiesfera blanca, llena de luz, había emergido del mar aquella noche frente a Arrecife.

 

Un último adiós  


Luna Menguante

Sólo un presentimiento, un aterrador pálpito desbocó su frágil corazón. Un frío invernal recorrió su cien cuando miró con atención el espejo. En él, un reflejo conocido. Bajó la mirada con lágrimas en los ojos. Un dolor estremecedor le hizo luchar contra los malos pensamientos, los augurios de los que siempre fue culpable. Levantó la mirada nuevamente clavando sus ojos en aquel infernal instrumento. Miró atentamente logrando percibir la completa silueta que tras ella se erguía. Una voz, desde la radio recordaba fúnebremente: "Descanse en paz Doña...".

Sólo alcancé a decir: "Buenas noches, Abuela".

 

Malentendido


Gérôme Blue

Te duelen infinitamente las costillas. Huele a quemado. En la radio sigue sonando la canción… Ne me quitte pas, je ne vais plus pleurer… Guillermina se aparta de la guantera empujando con los brazos. Su cara es un mapa de sangre y daño. Apenas puede abrir un ojo. Te mira.

–¿Dónde está el niño? –pregunta

–Entró de repente una fiera por la ventanilla y se lo comió –explicas en un susurro

–¡Coño! –alcanza a decir

–Guilly, no tenemos niños –aclaras en vano. Te parece que ya estaba muerta cuando dices esto último.

 

"Empatía" 


Nerea Rodríguez Luis

"Según los informes, una de las supervivientes de la última matanza en Boston nos ha descrito al criminal como un hombre de mediana edad, corpulento, alto y con rostro tétrico". Esas palabras salían de la emisora de radio que había seleccionado Tom en aquel momento. No le prestaba demasiada atención a la noticia. Él, sin embargo, seguía envuelto en sus pensamientos.

-Jamás entenderás a las víctimas si nunca has formado parte de ellas- profirió una voz a sus espaldas

Antes de que pudiera girarse, una daga se hundió en su cuello, desgarrándolo mientras la sangre descendía.

 

"El espejo" 


Nerea Rodríguez Luis

La cuchilla de la hojilla afeitaba con gran precisión la pierna cubierta de pelos minúsculos. De fondo, se podía escuchar la canción "El espejo" de Sergio Contreras desde la radio. Helena tarareaba la melodía al mismo tiempo que se terminaba de depilar la pierna. De pronto, tras la frase "no mires el espejo", la chica se extraña y apaga la radio. Esa oración no estaba antes en la letra. La luz parpadea. Helena inhala aire y se sitúa enfrente del espejo. Se queda sin aliento, petrificada. La luz se extingue y Helena desaparece del cuarto de baño.

 

¿Real o Ficción?


Saida Ferga

Bajé a la playa temprano, sentada en la orilla contemplaba el horizonte y el vaivén de las olas, respiré hondo y perdí la noción del tiempo.

Escuchaba la radio, cuando algo rozó mis pies.

Una botella de cristal, quedé perpleja, aparentemente guardaba un dedo con un anillo algo misterioso.

Permanecí inmóvil e inerte, sin apenas poder pronunciar sonido alguno.

Quise levantarme, algo tiraba de mi mano hasta quedar sepultada de arena.

Ring!! el despertador, uff era una pesadilla.

Voy a ducharme y mientras el agua recorre mi cuerpo percibo que mi mano esta marcada por cuatro dedos.

 

Sin Título 


Soledad

Tumbado en la cama escuchaba al locutor decir que una voz anónima dedicaba discos a sus vecinos pero que al día siguiente aparecía la esquela del dedicado en los Periódicos y como no fallaba nunca cada homenajeado se revolvía en la cama pensando en el día siguiente y me quede helado cuando tras unos anuncios escuche con horror que el homenajeado esa noche era yo.

Angustiado,tartamudeando,lloroso busque el teléfono a tientas porque encima se fue la luz cuando unas enormes manos como tenazas me apretaron la garganta mientras una voz lúgubre y tenebrosa me pregunto. A donde vas?.........

 

Gritos del silencio


Inés Francisco

Saltó de la cama, no quería llegar tarde, toda la noche dando vueltas en la cama, ansiosa, deseando que amaneciera, el aire acondicionado a tope y su mente vagando por su pasado universitario : amigos, exámenes, alcohol.... la vida al filo. Hoy, por fin, llegaba su gran oportunidad con un original proyecto en la radio. Frente al espejo, mientras se aplicaba máscara en sus pestañas , carraspeó el miedo y ensayó su presentación, inesperadamente un sonido afónico y quebrado salió de su boca, asustada gritó pero solo escuchó un atronador silencio mientras se desvanecían sus ilusiones.

 

TU


Saida Ferga

Sueño con tu voz en cada instante una y otra vez, más que un sueño es una adicción, respiro tu indignación, tu talante, tus idas y venidas, te noto al otro lado, sé que estas ahí, tan cerca e imposible de palpar, quiero seguir escuchando esa dulce melodía que se ha alojado en los poros de mi piel, te noto, noto esa respiración agitada y frágil, percibo tu cuerpo cada noche y son tus besos los que aún me despiertan. Aunque digan que estoy enloqueciendo y que tu nunca volverás, sé que estás ahí...buenas noches kusky, hasta mañana.

 

Mascota


Brisa marinada con aromas de petroleo

Estoy esposada al cabecero de mi cama. Mamá, papá y los cabrones que intentaron robarnos, están muertos por toda la casa... El primer día al menos escuchaba la radio del salón.

El vacío que siento en el estomago es a la vez de hambre, frío y angustia. Pero lo peor es temer al ser que más he querido, mi perra Lassie, no la veo desde es primer día.

La oigo gemir toda la noche. Tengo ganas y miedo de verla. Oigo sus pasos, sus gruñidos...No sé si se ha comido ya a alguien, pero sé que tiene hambre.

 

Footing


Brisa marinada con aromas de petroleo

Voy corriendo por la avenida, con la radio como banda sonora de mi deporte nocturno. Siento que me siguen...Giro entrando en una calle y me escondo entre dos coches. Cuando me empiezo a sentir más ridícula, oigo a dos yonkis gritandose el uno al otro- ¿DÓNDE ESTÁ LA ZORRA?-¡LA HE VISTO POR ALLÍ! - me deslizo temblando debajo de un coche y espero...espero...espero...

Me despierto cuando arrancan el coche... grito. El conductor está más asustado que yo y me llama drogadicta y vagabunda. No soy capaz de darle explicaciones, sólo salgo de allí corriendo y llorando. 

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