Los vecinos escribieron sus deseos y los depositaron en la mochila del muñeco

El Golfo dio la bienvenida al verano con la quema de Juan Pardelón

El Golfo celebró la llegada del verano en la víspera de San Juan con un pasacalle, tambores y la quema del muñeco que encarna a Juan Pardelón, un popular personaje que va camino de ...

25 de junio de 2013 (13:26 CET)
El Golfo dio la bienvenida al verano con la quema de Juan Pardelón
El Golfo dio la bienvenida al verano con la quema de Juan Pardelón

El Golfo celebró la llegada del verano en la víspera de San Juan con un pasacalle, tambores y la quema del muñeco que encarna a Juan Pardelón, un popular personaje que va camino de convertirse en leyenda.

Los vecinos escribieron sus deseos y los guardaron en la mochila de Juan Pardelón, que emprendió un camino por las calles del pueblo hasta llegar a El Morro, donde todo estaba preparado para su quema. Así, se fueron incorporando al cortejo a lo largo del pasacalle para ver y acompañar por un rato el encendido de la hoguera y luego compartir un asadero.

Cuentan en El Golfo que Juan Pardelón era un conocido vecino del pueblo del siglo XVIII. Le llamaban Pardelón por su adoración a la naturaleza, pero sobre todo a las pardelas. Aunque en ciertos momentos era objeto de burla por su particular fijación, Juan Pardelón terminó siendo un personaje queridísimo por su entorno.

Pardelón se ganó la admiración y simpatía de los chinijos por contar historias y adivinanzas. También dicen que de vez en cuando asustaba a los peques disfrazándose con pico y alas de tela. La leyenda cuenta que la tragedia visitó la vida de Juan Pardelón cuando una enorme columna de fuego surgió del negro volcán y los vecinos volvieron a pensar que la tierra se había abierto.

Sin embargo, descubrieron que el fuego venía de la cueva de Juan Pardelón y fueron hasta allí para salvar a este personaje. Al ver que era imposible, empezaron a pedir deseos en un intento desesperado de ponerlo a salvo, pero no lo consiguieron.

Los vecinos regresaron al pueblo cabizbajos, cantando una malagueña que, según la leyenda, fue interrumpida por un aullido lejano y una risa terrorífica. Ese día era luna llena y los vecinos se percataron de que Juan Pardelón estaba cumpliendo su costumbre de asustar a los niños.

Desde entonces, se celebra en la fecha de San Juan la quema de Juan Pardelón. Los vecinos depositan los deseos en su morral para conmemorar la alegría de descubrir que su amigo estaba a salvo.

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