La gallera de Teguise vuelve a estar en el punto de mira. El Seprona ha recibido este jueves una denuncia que sostiene que desde febrero de 2017 está celebrando peleas de gallos "en una instalación ilegal y sin la presencia de un veterinario que asegure su bienestar", asegura la demandante, Remedios Alarcón. Ésta, miembro de la plataforma "No a las Peleas de Gallos en Lanzarote", también ha presentado un escrito al Ayuntamiento de la localidad para que se "precinte dicha gallera" y se "inicie el procedimiento sancionador". Esta plataforma ya consiguió que el Consistorio prohibiese las riñas en un espacio público, como es el complejo agroindustrial de Teguise.
La gallera cuenta ahora con una instalación, la Casa del Gallo, en La Villa de Teguise, concretamente en la calle Tazacorte, Nº 9. Según la denuncia se trata de "una construcción" cerrada de "15.000 m²", que hicieron en "verano de 2016". A ello, se añade el hecho de que procedieron a techarla "con planchas metálicas" y a colocar un "sandwich de porexpan", para acondicionarla a estas peleas de gallos, según se desprende de la denuncia presentada en el Ayuntamiento del municipio.
Por ello, afirma en el escrito que incurre en una infracción de la Ley de Protección Animal de Canarias, que establece en su ley 8/1991 como "legales las galleras que ya existieran anteriores a 1990". Igualmente, en la demanda al Consistorio, asegura que desconocen si "en los Estatutos Fundacionales de la Casa del Gallo contempla expresamente que puedan celebrarse riñas" o si el Ayuntamiento "le haya podido otorgar algún tipo de autorización".
Igualmente, la denuncia al Seprona recoge que "en las riñas no está presente un veterinario", que es una de las condiciones que establece la ley en su artículo 14. Así, Alarcón asegura que los animales que participan en las peleas llevadas a cabo por la gallera de Teguise "han sufrido la amputación de sus crestas y los espolones"; una práctica que está prohibida y que es considerada "maltrato animal".
"No tiene núcleo zoológico, ni licencia, ni está registrada"
Otras de las razones a las que alude para afirmar "la ilegalidad de la gallera de Teguise es que no cuenta con núcleo zoológico, ni licencia, ni está registrada como asociación". En este sentido, en la denuncia se señala la falta de licencia de "apertura municipal", que deberían tener puesto que "las riñas se consideran un espectáculo público". Igualmente, comenta que no le consta que la gallera esté inscrita en el "Registro de Explotaciones de Canarias", que también es condición que debe cumplir según la Ley de Protección Animal de Canarias.
Es por todo ello que en el escrito al Ayuntamiento, los representantes de la plataforma "No a las Peleas de Gallos en Lanzarote" instan "al alcalde Presidente de este municipio se digne a dar órdenes oportunas y de carácter inmediato para precintar dicha gallera e iniciar de oficio el procedimiento sancionador que fija el Reglamento que desarrolla la referida Ley de Protección de los Animales". Asimismo, solicitan una actualización de la ley para que "sean suprimidas legalmente las referidas riñas", que tan sólo siguen celebrándose en Canarias y Andalucía.
La decisión del equipo de Oswaldo Betancort de no permitir peleas de gallos en el espacio agroindustrial de Teguise fue tomada después de que la plataforma ciudadana denunciase el uso de espacios públicos para estas peleas. El debate sobre la celebración de estas riñas está especialmente en auge desde el año pasado, sobre todo, desde que la protectora de animales Sara impulsó una recogida de firmas pidiendo la prohibición de esta práctica.
La Ley de Protección Animal califica de "indeseable" el hacer "negocio lucrativo de los espectáculos basados fundamentalmente en el maltrato, sufrimiento y muerte de animales". Sin embargo, por "algunas tradiciones arraigadas en zonas de las islas" reconoce la ley que sí "pueden argüirse en su defensa los aspectos tradicionales y aún culturales", aunque, apunta el texto, "esta Ley propicia su desaparición natural". Entre los mecanismos que argumenta para ello es la prohibición de su expansión, no fomentando las peleas de gallos, no autorizando nuevas instalaciones o no favoreciendo la transmisión entre generaciones, prohibiendo su acceso a menores de dieciséis años"
