Es el segundo asalto que sufre el C.E.O. Argana en 24 horas y el tercer ataque a centros educativos del barrio en lo que va de semana, bajo la firma de los mismos autores, un grupo de vándalos que se hacen llamar "Arganistán"

Otro asalto en un colegio del barrio de Argana Alta

Los pasillos y el hall del Centro de Enseñanza Obligatoria Argana han amanecido este 12 de octubre impregnados de polvo, el que desprenden los 13 extintores que un grupo de vándalos se ...

13 de octubre de 2007 (01:07 CET)
Otro asalto en un colegio del barrio de Argana Alta
Otro asalto en un colegio del barrio de Argana Alta

Los pasillos y el hall del Centro de Enseñanza Obligatoria Argana han amanecido este 12 de octubre impregnados de polvo, el que desprenden los 13 extintores que un grupo de vándalos se ha encargado de vaciar durante la noche después de asaltar por segunda vez en 24 horas el centro. Afortunadamente en esta ocasión no pudieron acceder a las aulas que por seguridad, la dirección del centro había cerrado a cal y canto.

La noche antes consiguieron llevarse del centro educativo dos radiocasetes, un reproductor VHS y varias raquetas y volantes que formaban el material con el que los alumnos practican bádminton, según explicaba a La Voz el director del centro, José Antonio Rodríguez González. Durante la noche del jueves al viernes en la que ha tenido lugar el segundo asalto, los vándalos no se han podido llevar nada, pero "se han vengado con los extintores" se lamentaba el director y es que, una vez más, los asaltantes han destrozado lo que han podido.

Este viernes, pese a ser fiesta, uno de los docentes acudió al centro y se encontró con los destrozos y un graffiti perfilado en una de las paredes de la zona de educación infantil, en el que podía leerse "Segundo asalto, mañana el tercero. Arganistán". Una pintada que ha llevado a la dirección del centro a comprender que fueron los mismos chavales que entraron en el centro el día antes, y que podrían volver a intentarlo durante la noche del viernes al sábado.

Esta pintada se une a la que apareció el pasado lunes, 8 de octubre, en el colegio público de Argana Alta, situado a pocos metros del C.E.O. Argana. Esa mañana de lunes muchos alumnos no la olvidarán porque su colegio había sido asaltado por octava vez y había sufrido un acto de vandalismo mayor que en esas otras ocasiones. Los asaltantes entraron en los módulos de Infantil, Primaria, música e inglés, arrasando con todo lo que encontraron a su paso. Puertas y ventanas destrozadas, instrumentos musicales rotos y material esparcido fue la estela que dejaron los gamberros tras su paso por el centro. Eso y una pintada en la que se podía leer "Arganistán vuelve a atacar".

"Hay que hacer un seguimiento estricto por parte de las fuerzas de seguridad" declaraba el director insular de Educación, Juan Cruz quien reconoce que la escalada de asaltos en los últimos días "empieza a ser preocupante porque los centros educativos son muy vulnerables". En concreto el C.E.O. Argana, situado en la parte trasera del Hospital General de Lanzarote, está totalmente vallado y cuenta con cámaras, pero eso no ha impedido a los gamberros romper la verja, hacer palanca sobre ella y entrar y salir casi a su antojo.

Al parecer la Policía Municipal, mientras hacía ronda por las inmediaciones del C.E.O. Argana vio como un grupo de chavales abandonaba el colegio saltando la valla. La Policía Judicial se personó por la mañana en el centro donde tomaron huellas, pero por el momento no se sabe nada acerca de los culpables de estos actos vandálicos. "Es muy probable que sean menores del barrio" afirmaba el director José Antonio Rodríguez González, "además es gente que sabe perfilar y escribe correctamente porque la pintada de la pared tiene buena ortografía".

"Estos chicos han tenido que llegar a su casa llenos del polvo de los extintores y sus padres, ¿no les habrán preguntado dónde han estado, qué han hecho?" reflexionaba el director del centro, "en los colegios se educa, pero si no participa la familia? es una pena la poca colaboración ciudadana, no podemos olvidar que un centro educativo es un bien común", reflexionaba José Antonio Rodríguez.

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