HA CERRADO RECIENTEMENTE POR LA AVANZADA EDAD DE SU DUEÑO

San Bartolomé y los dueños del molino de José María Gil buscan alternativas para reabrirlo

Era la última molina que quedaba en el municipio, pero la avanzada edad de su dueño le impedía seguir con la actividad y ha cerrado. El Ayuntamiento y sus dueños tratan de dar con la forma de "mantener vivo el arte de hacer gofio"...

8 de septiembre de 2016 (15:31 CET)
San Bartolomé y los dueños del molino de José María Gil buscan alternativas para reabrirlo
San Bartolomé y los dueños del molino de José María Gil buscan alternativas para reabrirlo

El Molino de Don José María Gil, la última empresa de molienda de grano para hacer gofios y harinas en el municipio de San Bartolomé, ha cerrado sus puertas. Su propietario tiene ya 87 años y, con cierta lástima, reconoce que está "cansado y la maquinaria requiere de fuerza, precisión y mucho esfuerzo para sus manos". Así lo ha explicado el Ayuntamiento de San Bartolomé, que trata junto con los dueños del molino de dar con una alternativa para que permanezca abierto y pueda "mantenerse vivo el arte de hacer gofio". 

La alcaldesa del municipio, María Dolores Corujo, el primer teniente alcalde y concejal de Comercio y Actividades Clasificadas, David Rocío y la concejal de Patrimonio, María Dolores Fernández, han mostrado la "enorme preocupación por la pervivencia de este espacio", que une la antigua molina y el molino que ha estado activo hasta estos días. Así se lo trasladaron a su propietario, Esteban Gil, y a su hermano, en una reciente reunión. 

 

Un Bien de Interés Cultural construido en 1870


La molina, que fue construida en 1870 y adquirida en 1919 por don José María Gil, está considerada Bien de Interés Cultural. Consta de una torre circular de piedra, barro y cal. El espacio interior se distribuye en tres pisos, uno bajo que servía de almacén, el segundo con la salida del gofio o harina y el superior, donde se volcaba el grano. En 1920, la molina se cerró y siguió hasta la actualidad en desuso, al ser sustituido el sistema de molienda por un motor de fuel-oil. Actualmente, "necesita una restauración profunda", explica el Consistorio. La parte que se construyó posteriormente ha seguido funcionando y produciendo un gofio de gran calidad hasta hace bien poco.

"El Ayuntamiento de San Bartolomé, que siempre ha tenido presente el valor patrimonial del conjunto, lleva mucho tiempo tratando el tema con la familia, para que no se diera esta situación, presentando distintas propuestas, como podrían ser la rehabilitación del espacio entre distintas administraciones, teniendo en cuenta que la antigua molina es un BIC de enorme valor etnográfico", explica la institución, que señala su intención de dar con "la forma de seguir manteniendo vivo el arte de hacer gofio, de la molienda de los granos".

Así, se han barajado distintas opciones, teniendo en cuenta el grado de protección de la edificación antigua. Entre ellas, estarían las actuaciones sobre el molino y molina "diferenciando los criterios de explotación". Así, explica el Ayuntamiento, podría ser explotado por una empresa, arrendarse y una tercera posibilidad sería la de comprar el conjunto de la propiedad.

"El Ayuntamiento desea que este inmueble de enorme valor patrimonial e histórico y el arte de hacer gofio tan arraigado a nuestra tradición gastronómica, perviva más allá de sus actuales propietarios, conservando así nuestras tradiciones, su memoria y el duro trabajo de tantos años. Por ello, se han mantenido varias reuniones esperando concretar soluciones lo antes posible, teniendo presente también que sin la ayuda del Cabildo y Gobierno de Canarias difícilmente se podrá ejecutar la restauración del inmueble", concluye el Consistorio. 

LO MAS LEÍDO