Los Centros lo defienden porque "provoca una llamada de atención"

El proyecto del contenedor del Castillo costó 15.867 euros y en su primer día abierto "se notó un aumento de ventas"

Tras meses esperando, finalmente los Centros Turísticos han aportado los datos sobre el contenedor convertido en tienda y taquilla del Castillo de San José. El contenedor no fue adquirido por los Centros, porque ya ...

19 de julio de 2013 (15:48 CET)
El proyecto del contenedor del Castillo costó 15.867 euros y en su primer día abierto se notó un aumento de ventas
El proyecto del contenedor del Castillo costó 15.867 euros y en su primer día abierto se notó un aumento de ventas

Tras meses esperando, finalmente los Centros Turísticos han aportado los datos sobre el contenedor convertido en tienda y taquilla del Castillo de San José. El contenedor no fue adquirido por los Centros, porque ya pertenecía al Cabildo, y el diseño, la obra y la adaptación del mismo ha costado 15.867 euros. El delegado de los Centros, José Juan Lorenzo, ha asegurado que en su primer día de funcionamiento, este mismo jueves, ya se ha percibido "un aumento de las ventas".

La directora del Museo Internacional de Arte Contemporáneo (MIAC), María José Alcántara, ha explicado que el "contenedor no ha costado nada", porque pertenecía al área de Educación y Cultura y se desconoce cuánto costó la infraestructura en su momento. Así, se logró que este contenedor pasara a formar parte del inventario de los Centros Turísticos. "El montaje se ha hecho con el personal del Cabildo", ha señalado Lorenzo.

En este sentido, ha defendido esta infraestructura, cuyo proyecto lo iniciaron en anteriores legislaturas y ahora se ha finalizado. "El Castillo tiene una pequeña puerta y hay una cierta barrera a acceder, a saber qué hay aquí dentro. Una de las soluciones era sacar la tienda y la taquilla fuera del espacio. El proyecto responde también a la inquietud de que el museo empiece fuera y no dentro. Provoca una llamada de atención", ha valorado el delegado de los Centros. La tienda que hasta ahora estaba dentro del Castillo, no volverá a funcionar.

"Contenta y satisfecha" con el resultado

El contenedor, en un principio, iba a ser más grande e iba a estar ubicado en otro espacio dentro del entorno de El Castillo de San José. Sin embargo, la Comisión insular de Patrimonio, decidió recortarlo y cambiarlo de ubicación y dio así su visto bueno al proyecto. La directora de obra y diseñadora del proyecto, Blanca Fajardo, se ha mostrado "contenta y satisfecha" con el resultado, aunque ha reconocido que "quizá la dimensión es un poco pequeña".

"Como elemento temporal creo que es un buen proyecto. Las cuestiones estéticas son subjetivas pero es un recurso muy utilizado en entornos patrimoniales. Es una forma de introducir una arquitectura contemporánea efímera, que no daña al entorno patrimonial", ha defendido. Blanca Fajardo ha explicado que recibió un encargo por parte del Cabildo en 2009, un "contrato menor con todas las garantías". Este proyecto no se llegó a ejecutar, y finalmente Fajardo hizo uno nuevo.

"Entendemos las críticas"

Sobre las críticas que ha recibido este proyecto, José Juan Lorenzo las ha "entendido y respetado". "Es muy opinable y fácilmente calificable. Pero es una cuestión estética y no me siento con autoridad para opinar sobre un tema que tiene que ver con la estética. El mejor criterio es de la Comisión insular de Patrimonio, que creó un grupo de trabajo para esto. Se valoró el proyecto y se dio el apoyo unánime", ha insistido.

Lorenzo también ha tenido que responder a por qué no se ha informado sobre este contenedor durante meses, pese a las peticiones de los periodistas. "Por un hecho claro, porque la obra no estaba terminada. Contaba con todas las autorizaciones y la bendición de la Comisión insular de Patrimonio pero no estaba terminado. Dimos la información que entendíamos que podíamos dar sobre una obra sencilla y polémica. Antes de terminar la obra no iba a entrar en un debate estético. Opinar no tenía ninguna relevancia", ha señalado José Juan Lorenzo. Sin embargo, al menos desde La Voz, nunca se le pidió una opinión sobre la estética del proyecto, sino sobre lo que había costado el proyecto y cómo se había adjudicado.

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