EL FALLO SE HARÁ PÚBLICO A FINALES DE SEPTIEMBRE O PRINCIPIOS DE OCTUBRE

Radio Lanzarote cierra su VI Certamen de Microrrelatos con más de 100 obras participantes

Las historias han llegado en un goteo constante desde el 1 de julio y hasta el último minuto de plazo. El fallo se hará público en los últimos días de septiembre o los primeros de octubre... Lea aquí los últimos relatos recibidos

2 de septiembre de 2016 (14:02 CET)
Radio Lanzarote cierra su VI Certamen de Microrrelatos con más de 100 obras participantes
Radio Lanzarote cierra su VI Certamen de Microrrelatos con más de 100 obras participantes

El Certamen de Microrrelatos de Radio Lanzarote-Onda Cero cerró este miércoles su plazo para presentar obras participantes. Y lo hizo con más de 100 relatos. Las historias han llegado en un goteo constante a la redacción de la emisora, desde que comenzara el plazo el pasado 1 de julio y apurando hasta el último minuto de plazo. El jurado decidirá ahora los tres ganadores y los diez relatos finalistas, que en esta sexta edición del concurso debían versar sobre amores o desamores y mencionar en algún modo la radio. El fallo se hará público en los úlitmos días de septiembre o los primeros de octubre. 

En esta edición, el ganador se llevará un fin de semana en el hotel Natura Palace de Playa Blanca para dos personas, mientras que el segundo clasificado recibirá un Mezze para dos personas en el restaurante Sebastyan, de la misma localidad turística. Por último, el tercer clasificado se llevará dos entradas para el cine 6D del Centro Comercial Biosfera de Puerto del Carmen.

Lea aquí los últimos relatos recibidos, entre el 26 y el 31 de agosto:

 

 

Muerta de amor


Qué blanco mi vestido cuando me casé y qué blanca es ahora mi mortaja.

 Dijiste que me querías hombre sin alma ¿por qué entonces me mataste sin compasión?. Mi tumba la cubren flores, las mismas que me regalabas. 

Me besabas todas las noches y ahora son las estrellas las que me acompañan. 

Y en la radio suena mi esquela, pronuncian mi nombre con dolor, tus manos que me acariciaban apuñalaron con fuerza mi corazón, el mismo que te quería el mismo que murió por tu amor. 

Llora, llora, maldito enamorado, llora pues nunca sentiste verdadero amor. 

 

La última manía de mi abuelo Guillermo


-Abuela, cuéntame más cosas del abuelito. 

-Cielo, tú no lo conociste. Era un hombre con mucho carácter, muy original. Mira, en esta carta dejó su última voluntad: 

"Esposa mía: perdóname por no haberte amado todo el tiempo. Te digo tarde cuánto te quise. Entiérrame con la vieja radio encendida. Ponla sobre mi pecho dentro del ataúd para que recuerdes mi amor hacia ti". 

El 20 de julio de 1937 se dio sepultura a Guillermo Marconi. Quienes visitan el camposanto aún hoy creen percibir los espectros de aquellas ondas. 

 

Lloro porque me duele


Lloro porque me duele, duele demasiado este adiós inesperado y me pregunto si algún día dejará de doler…en la radio suena tu canción favorita mientras te acompaño hasta ese espacio minúsculo que guardará tu cuerpo para siempre. Una parte mía se recuesta a tu lado y te abraza para siempre mientas manos que no distingo bien, nos colocan una pesada tapa de madera marrón cubriéndonos por completo…cierro también los ojos y aprovecho para decirte en silencio lo mucho que te amo y te necesito papá…. 

 

Para ti 


Disfrutaba la tarde conmigo, su amor. 

Yo, aún satisfaciendo sus deseos, soñaba con aquel que últimamente había asaltado mi corazón 

¿Pueden amarse dos hombres a la vez?: yo lo estaba haciendo. 

Juanjo sacó su móvil: "¿va a hacerme más fotos?", me pregunté…pero no; se limitó a sintonizar una emisora de radio que dedicaba canciones y mensajes de amor… 

"Esta canción de Juanjo para Elisa" 

¡Me la había dedicado y nos comimos a besos! A continuación dijo el locutor: 

"Con mucho amor, de Elisa para Román" "¡Mira, Elisa como tú!", se sorprendió Juanjo; 

"¡Te amo, Román!", pensé yo. 

 

Sin título 


Ayer, por fin, pude apagar la radio.

Dejó de darme miedo oír lo que se oye cuando sólo quedo yo. 

Hoy vuelvo a oler la canela sin que me recuerde al café que compartíamos. Miro en el espejo mi desnudo sin que el recuerdo diseñe tus manos sobre mis manos. 

Y camino. Camino sin que importen tus pasos. No voy a mentirte, aún echo de menos descubrir constelaciones uniendo a besos tus lunares. Pero ya duermo. Y cuando despierto, ya no me haces falta para hilvanar mis sueños. 

Acabo de encenderla de nuevo. Pero esta vez es para bailar conmigo. 

 

Sin título


Aquél día bailaron por última vez su primera canción. 

Sonaba en la radio What a wonderful world y él la descubrió tan bella como en su primera coincidencia. No hizo falta pedirle bailar, ella ya había prometido concederle todos sus bailes. Tomó su mano de piel fina y manchada con la dulzura con la que se tocan las orquídeas. Y jugaron a ser jóvenes, pero con la sonrisa de quien aprendió a aceptar que la canción terminaría. 

Bailaron como quien se despide sin hablar y acordaron verse allá donde naciera la música. 

 

Aunque tú no lo sepas


 Al verte, mi alma cautivada enmudeció.

Solo un breve roce de tu dedo por mi rodilla bastó para enervar mis sentidos y desbocar mis latidos. Tu mano por mi nuca retirando mi cabello, tú aspirando mi aroma...quebraron mis cimientos. La radio nos regaló melodías que aún escucho. Tus miradas furtivas prendieron mi fuego...y ahora tus ojos de caramelo están prohibidos. 

Anhelo tu presencia...solo el viento lo sabe. Guardo silencio y sonrío entre recuerdos. Me conformo con mirarte a lo lejos, inaccesible e inalcanzable...aunque tú no lo sepas, te quiero. 

 

El nardo en la palabra


Todos los días acudo al hospital y entro en tu habitación en silencio. Me enfrento a tus ojos cerrados. Tus dedos de ámbar permanecen inertes como los sarmientos de una vid. Peino tu cabello y las hebras caen como estopa apolillada de muñecas. Entonces te pongo la radio porque sé que la oyes. Sé que un día las ondas te despertarán. Sé que serán como un nardo en la palabra. 

Ahora, mientras sueñas, te dejo mis caricias: tomo tu pulso y acerco mi cara al latido de tu pecho. 

 

Flores de papel 


Construíamos flores artesanales, usando el cilindro restante del papel higiénico, días de amigos y sueños, aquél evento, salió publicitado en la radio, y sacamos el tercer premio a la mejor carroza primaveral. 

Nuestro romance duró lo que duró el concurso, poco y nada, al principio, todo era genial.....música, chocolates y besos. 

De un día para otro, aquella performance deliciosa se esfumó; nuestra mejor amiga, comenzó a ver lo increíble que tu eras. 

Así que fue por ti y yo me quedé con aquella primavera. 

 

Sueños incumplidos 


Como cada día se levantó muy temprano y, mientras sonaba una radio de fondo, preparaba su desayuno. Pero ese no era un día cualquiera, hablando entre dientes se repetía sin cesar "hoy se lo digo, sí…hoy se lo digo". Los fantasmas que atormentaban su conciencia eran ya demasiado grandes. Desafortunadamente, el amor se había esfumado como el paso irremediable del tiempo. Así que, cuando él se levantó, se lo dijo. Atrás quedaron un sinfín de sueños y esperanzas rotos e incumplidos. 

 

Matrimonio a la vista 


Las lágrimas brotaban sin cesar de sus ojos y se deslizaban lentamente por sus sonrojadas mejillas. Aunque las secaba con un pañuelo lo único que conseguía era arrastrar rímel por su rostro. No podía evitarlo, la felicidad le embriagaba como nunca lo había hecho antes. Pocos minutos antes su novio le había pedido matrimonio a través de un programa de radio que ella siempre escuchaba en su trabajo. Su amiga y compañera también lloraba como una magdalena; ella había sido la cómplice del romántico novio 

 

Nunca lo entendiste


Hoy en día me conformo con poco, con encender la radio y que al escuchar tu canción favorita no me entren ganas de ir a buscarte, o que al escribir, mis manos no caigan en el error de recordarte. Recuerdo esas tardes en las que aparcaba los libros porque en tus ojos podía leer la literatura más pura. Recuerdo también cuando me dijiste: - Léeme tu poema favorito. Y yo me quedé en silencio mirándote. Nunca lo entendiste. 

 

Se busca 


El me buscó entre la gente, fue a la plaza, besó a tres chicas. Siguió buscando..... Viajó, me confundió con una azafata y ésta, se le quedó en el aire. Se casó con la panadera, se dio cuenta de que yo no era, se divorció. Puso un anuncio en la radio, pero no concretó con ninguna de las oyentes. Buscando, buscando, fue a un restaurante chino, y no le gustó el zongzi. El día que dejó de buscar, nos presentaron y por fin se enamoró. 

 

Rabia


José, sintió que sé moría. Lloró, pataleo, revisó cada uno de sus recuerdos. Resumiendo frases y momentos, mientras tanto, reaviva las llamas de su chimenea. En un momento dado, el silencio se hizo intenso, intentó mover el dial y lograr con manotazos que el aparato funcionara. Pero loco por su rabia, arrojó la radio al fuego, gritándole enfurecido. -Ahora tu también me fallas? 

 

El precio de la astilla 


–¡Cuánta fuerza y qué poca puntería! –, pensaba aquella mujer, viendo a través del visillo como su marido intentaba sacar astillas a hachazo limpio de aquel tronco de madera. Tras la comida, espera pacientemente hasta que el cansancio le rinde en el sofá; entonces, sale al jardín contoneándose ante el zagal de la casa vecina, mientras de su radio vuelan los acordes de Love me tender. Entre picaros e insinuantes guiños, consigue que, con menos fuerza pero con más puntería, le parta unos troncos; unos pocos, para que su marido no haga después incómodas preguntas. 

 

Aylan -In memoriam


En la radio daban la noticia. –"Un niño kurdo de tres años ha aparecido ahogado en una playa de Turquía" – Sentí cómo mis ojos enrojecían. Miré a mi mujer, y vi cómo por sus pómulos se deslizaban pequeñas y brillantes lágrimas. Estreché su mano y, sintiendo todo su amor, desvié la mirada hacia el moisés en donde plácidamente dormía nuestro primer hijo. 

 

Amor eterno 


Mi niña Carmen, mi niña, susurra mi abuelo a mi abuela y ella eterna enamorada, le da un beso. Él tiene 90 años y ella 83 y juntos de la mano caminan cojeando para abrir la puerta; es su nieto Iván, les dice que rompió con su novia, llora, ¡le duele tanto el corazón!. Quisiera ser como sus abuelos, vivir la vida entera junto a su amor y mientras en la radio suena una vieja canción: "Toda una vida, estaría contigo......... Sus abuelos, mirándose a los ojos sienten suya esa canción, pues ellos también poseen un eterno amor. 

 

Adiós amor


Y esta soledad que me aplasta tanto, pues ya no te tengo, ni estás a mi lado. ¡Tanto nos quisimos, tanto nos amamos! y ahora estás en brazos de otro enamorado. ¿Por qué ríes luna, si no está mi gran amado, no ves que sus besos los llevó hacia otro lado?. Ya no nos verás mirarte enamorados, ni caminar por la playa cogidos de las manos, ni escuchar la radio bajo el manto estrellado. ¡Qué triste, qué triste estoy mi bella luna! Llévate mi dolor esta misma noche corre y dile adiós a mi ser amado. 

 

Morir de amor 


De pronto un día la escuché y en ese instante declaré, que la locutora de la radio sería mi mujer. La despertaría con lindas melodías, bailaríamos bajo versos musicales y entre acordeones afianzaríamos nuestro amor. Ese amor que un día nació y silencioso quedó, ya que a pesar de mis continuas llamadas pidiendo canciones para ella… nunca las escuchó. Su capacidad auditiva no le permitió reconocer, que aquel loco de amor que marcaba cada día subiendo el ranking de sintonía, era el mismo que por ella ofrendaba su vida y, días mas tarde en su bohemia… moriría. 

 

Vive 


Liana aceleró con rabia, ignorando el límite de velocidad. Los neumáticos derraparon sobre el asfalto. Apenas veía, no sabía si por la lluvia o por las lágrimas que nublaban su vida desde hacía meses. 

La radio emitía, mortificante, el que fue su programa musical favorito. Irónica banda sonora para el final. 

—Esta canción es para Liana, de Eric —sonó. 

El chirrido de los frenos engulló las primeras notas de su "Right here waiting". Delante de a curva que se llevó a Eric, Liana lloró abrazada al volante. Seguiría su camino. 

Porque él la esperaba allí, en el otro lado. 

 

Entre los menos nueve 


Radioserial 

Mi nombre Nadatalica©. 

Imaginaros desde el mundo que me manifiesto. 

Mis 5 sentidos, etéreos e inexplicables, ya están a tope. 

Junto a la herencia genética, por doquier, voy recopilando información y encadenando células. 

Me empapo de conocimiento telepáticamente. 

Desconozco el tiempo… Cuentas MaSaraiga© lleva, mi engendradora amada. 

En silencio… sus efluvios escucho, se perturba y sonroja. 

"…Tranquila y confiada…". Le doy una patadita fascinada por la Naturaleza. 

Maravillada se siente mujer, natural. 

Oceano, Papulpo©, ¡"pelma"!, y mi hermanito Piedritochokon©... Alegres chapotean y zambullen, ilusionados me esperan, Lanzarote. 

"¡Cuidadla quiero disfrutar de ella…!" 

 

Un amor diferente 


Las gotas de sudor caían sin parar. La música de la radio le animaba a seguir adelante, sufriendo por alcanzar un objetivo, por alcanzar la gloria. No podía pararse, no quería rendirse, quería seguir. Este es un amor diferente, es el amor por el deporte. 

 

Sin título 


Te he querido durante años pero tú siempre me has rechazado. Cada día escuchaba la radio con la esperanza de poder escucharte hablar. Todas las noches soñaba contigo, con tu mirada, con tu sonrisa. Y ahora, después de tantos años, soy yo el que te rechaza, porque no te odio, pero tampoco te quiero. 

 

Padre


Esperaba que la radio le trajera el sueño: como cada noche desde que te fuiste, madre. 

No era tan fuerte, ni le daba lo mismo contigo que sin ti. 

Desde mi cuarto, sumido en la oscuridad, entre anuncios y resultados deportivos, creo haber oído también algún suspiro, algún sollozo…¡la soledad de padre! 

Cuando el cansancio me vencía, su vigilia me daba seguridad, arrullándome el runrún de su transistor. 

Nunca sabré si las cuatro esquinitas de su cama guardaban sus sueños o desgarraban su alma, consumida por el amor o el desamor, pero todo era menos triste contigo, mamá. 

 

Sin título 


Me acomodo en el sofá para escuchar Las cuatro estaciones en Radio Clásica, acoplándome los auriculares para no despertarla. 

La Primavera empieza, y entre el gorjeo de las aves y la suavidad del viento siento su respiración por el rítmico movimiento de sus pechos blanquecinos. 

Entra El Verano, y bajo el ardor del sol me siento cansino; apoyo suavemente mi cabeza en su hombro. 

El Otoño despierta en mi ganas de gozar; mis manos se deslizan entre sus piernas. Abre los ojos y me sonríe. 

Ya está aquí El Invierno; hacemos el amor bajo la atenta mirada de Baco. 

 

Amar


Lo que más le apenaba al terminar una relación era sentir que le había cedido sus canciones favoritas a aquel que ahora se iba de su vida. Decidió que no iba a ocurrir de nuevo lo mismo. A él le extrañaba que ella no sugiriera ir a algún concierto, que no pusiera música estando ambos en casa...; sabiendo que era una constante en su existencia. Una noche, mientras paseaban en coche por La Geria, ella extendió instintivamente su mano hacia la radio y sintonizó su emisora preferida. Segundos después comprendió la causa de su error: se había enamorado. 

 

¡¡Amor, eres una frecuencia!! 


Hola, soy Mario Thompson, soy culto, estoy cuadrado y por qué no… tengo una buena antena. 

Me conocen como Mario la radio. Se preguntarán, ¿Qué me hace destapar mi corazoncito de litio? Y respondo, ¡el AMOR! amigos… 

Cada mañana despierto temprano, y ella, ya está ahí, suspirando ardiente, derramando todo su ser… ¡grugluglugushhhhh! 

Ella es Vera, la cafetera. Un perfecto trasero, curvas de escándalo y ufff… todo el día caliente. 

Total, por un amigo común, Amador el despertador, concertamos una cita y… - de repente- ¡¡ CLACK!! Mario se ha ido. Descansa hasta el próximo amanecer… 

 

Noche fría de noviembre 


Conducía mi coche, absorto en mis pensamientos, de repente, la radio llama mi atención.

 -¿Qué es el amor?- Preguntaban. 

En ese momento, los cristales se empañaron, detuve el coche en el arcén y me dispuse a limpiarlos. 

Mientras limpiaba, mi mente se trasladó 5 años atrás… estaba allí con ella, en una ladera contemplando el horizonte con las estrellas como techo… 

-Volví al presente- inmóvil, entendí que, como una ventana brillante se empaña, así el amor se opaca… 

Continué limpiando, ¡quedó rutilante! 

Ahí entendí… a veces después de empañarse un cristal, es cuando más brillo desprende. 

 

Se transforma 


El amor es una semilla, que en circunstancias adecuadas, se acaba abriendo, lentamente. 

Con el paso del tiempo, este hilo, acaba agarrando la tierra y dando lugar a una preciosa flor, de pétalos blancos, y brillos rojizos a la luz del atardecer. 

La flor alegra al mundo, como una melodía de radio, se siente dichosa. 

Un día, la exultante flor empieza a languidecer, el viento, roces, el tiempo… hasta que acaba marchita y confundida ya con la hojarasca. 

Pero no se muere, aquí no se acaba el bosque… sabe que puede dar lugar a un milenario drago. 

 

Té con sal 


Nos conocimos a través de un programa de radio, después de algunas citas, quedamos en su casa. Con el deseo de conquistar, me puse aquel vestido rojo de pronunciado escote.

 Luego del recibimiento protocolar, nos sentamos en la sala y me ofreció algo para tomar, con movimientos simpáticos, le pedí un té. 

Fue ahí, cuando me di cuenta de que me había excedido en mi provocación. 

Hoy en día, cada mañana, también me ofrece un té y siempre le recuerdo que lo prefiero con azúcar y no con sal. 

 

Amor tóxico 


Según expresaba con contundencia, "la quería". 

- ¿Quien te va a querer mas que yo?, "le repetía". 

-¿Era una pregunta o quizás una amenaza? 

La radio se oía a lo lejos cuando por primera vez la empujó, daba la noticia de una mujer muerta por arma blanca. 

- Se acabaron los quijotes, algo habrá hecho, te lo digo yo. Dijo él. 

Pasados los años, con paciencia, el veneno para ratas a pequeñas dosis fue haciendo su efecto.

 

Agonía 


Con un beso sellaron su último adiós, una promesa de un amor para siempre, que su vida no soportó. En el puerto lo vio surcar, llevando consigo su otra mitad. Todos dijeron que lo esperó, porque cada día allí acudía, añorando su regreso, pero el pirata nunca volvió. Años después, faltó por primera vez a su cita con el panorama, a ver si por fin a ese ingrato hombre divisaba. Y mientras en la radio anunciaban, que aquel barco de nuevo en sus playas atracaba, ella moría, en medio de su amarga y cruel agonía. 

 

Teguise


 Teguise, pero ya no te quiero.

 Como un hallo que trae el mar llegaste hasta mis faldas. 

Como una voz de radio que se cuela en la mañana adentrándose en mi alma. 

Adoquinaste mis senderos y me protegiste de tus miedos. 

Me regaste de ilusiones y vendiste tú mis flores. 

Tierra sin jugo donde hoy aparcan coches. 

Huiste como un pez entre Arrecifes de coral. 

Te dejaste querer allí donde el mar baña los pies. 

Creíste tus verdades y le engañaste de verdad. 

Construyeron un imperio de sal y mar, pero el horizonte de nuevo te vio marchar 

 

Pérdida


Al final del día casi había perdido la esperanza. Después de utilizar Facebook, Twitter y que un amigo me consiguiera un espacio en la prensa y televisión local, me dirigí a la emisora de radio, estaba convencida que si existía algún medio de comunicación que todos oyéramos era ese: "orejas grandes, pelo negro azabache, collar rojo...". 

Regresé por la alameda para comprobar que el cartel de "Se Busca" con tu foto estaba en todas las farolas; el vecino del quinto, ese al que tanto gruñías , también estaba allí ,miraba tu foto con una leve sonrisa. 

 

Reencuentro 


Durante los últimos 10 años no supe nada de ti, pero hoy nada ni nadie nos va a separar. Me senté a escribir una nota a mis hijos, no quería que se sintieran culpables y que entendieran mi decisión. Sereno, me acerqué a la ventana, había una ligera llovizna, a ti te encantaba la lluvia, era sin duda el mejor día para volvernos a ver. Con ayuda del bastón llegué a mi cama, puse nuestra música en la radio, tomé las pastillas, me recosté sobre la blanca colcha con tu foto sobre mi pecho y salí a tu encuentro. 

 

Rutina 


Cuando Hugo terminó de leer la nota que le había dejado su mujer diciéndole que lo abandonaba, le entró una risa histérica que precedió al llanto; descargada la autocompasión, puso música en la radio y se acostó en la cama en posición fetal abrazando un cojín. Continuó llorando hasta que quedó dormido. 

Ana, sentada frente a la puerta principal de la estación, había dejado escapar el tren de la una y reflexionaba sobre cuándo su matrimonio se había convertido en una crisis sostenida en la conveniencia, mientras esperaba que Hugo, nuevamente, llegara a buscarla acompañado de rutina y comodidad.

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