Agentes de la Policía Nacional, en el marco del Plan Policial contra la Trata de Seres Humanos, han liberado a dos mujeres que eran explotadas sexualmente en clubes de Lanzarote, de Valencia y de Mallorca. En la operación han sido detenidos cuatro miembros de un "clan familiar", de nacionalidad rumana, que "obligaba a las jóvenes a ejercer la prostitución y a que les entregaran todas sus ganancias", ha explicado la Policía. Todos los arrestos se han producido en Palma de Mallorca, aunque una de las jóvenes seguía siendo explotada en Lanzarote cuando fue liberada.
Según relata la Policía, la investigación comenzó con la denuncia de una de las chicas, que había sido "drogada, golpeada y violada durante años por los miembros del clan y, cuando se cansaron de ella, la vendieron a otra red de origen albanés, que continuó con su explotación sexual". Fue la denuncia de esta joven, que logró escapar, la que permitió dar también con otra víctima, que estaba siendo explotada en Lanzarote. A esta última la habían fotografiado ejerciendo la prostitución y "la sometían amenazándola con enviar las fotos a su familia y a su ex pareja, para que le quitara la custodia de su hija de tres años".
El pasado mes de mayo, la primera denunciante relató a la Policía cómo había sido captada por un clan familiar de ciudadanos de nacionalidad rumana para venir a España, ofreciéndole la posibilidad de trabajar en el país, donde "ganaría suficiente dinero para mejorar las condiciones de vida tanto suyas como de sus familias". Una vez en nuestro país, había sido obligada a ejercer la prostitución en clubes de alterne de distintas localidades como Valencia, Palma de Mallorca y Lanzarote, relata la Policía.
Allí, debía realizar los servicios sexuales que le encomendaban y una vez terminada su jornada tenía que entregar a los tratantes la totalidad del dinero recaudado. "Para doblegar su voluntad, los miembros del clan no dudaron en amenazarla, agredirla, drogarla, violarla y humillarla durante años", señala el cuerpo policial. Más tarde, se "cansaron de ella", pues "consideraron que ya no iban a obtener suficientes beneficios de su explotación", agregan. Fue entonces cuando se deshicieron de la joven vendiéndola a otra organización de origen albanés que la llevó a Alemania, donde continuaron explotándola sexualmente.
Otra víctima explotada en Lanzarote
Según explica la Policía, dos años después, la víctima logró escapar de esta organización y regresó a España, donde fue atendida por una ONG especializada en la atención a víctimas de trata de seres humanos. El cuerpo policial ha explicado que cuando finalmente consiguió escapar, esta joven, "por el miedo a posibles represalias por parte de los tratantes" y a las "condiciones" en las que ha vivido los últimos años, tuvo que ser internada en un centro de asistencia psiquiátrica, debido al síndrome post-traumático que presentaba.
Posteriormente la chica decidió denunciar y los agentes, después de ofrecerle "todas las medidas de protección y asistencia previstas en la legislación", pusieron en marcha una investigación, con el fin de comprobar la veracidad de los hechos denunciados, llegando así a localizar el clan ahora desarticulado.
Las investigaciones llevaron a la Policía a averiguar la existencia de otra víctima del mismo clan, que estaba siendo explotada en Lanzarote, por lo que "inmediatamente hicieron las gestiones necesarias para su localización".
Fotografiada, chantajeada y golpeada
Según ha narrado la Policía, la joven también había sido captada en Rumanía, en este caso por la "matriarca" del clan, con "falsas promesas de trabajo en España". Además, esta mujer vivía en una "situación de necesidad", apunta el cuerpo policial, pues tenía una hija de tres años a su cargo, por lo que finalmente aceptó la propuesta. Una vez en España, el clan la obligaba a ejercer la prostitución y a entregarles todo el dinero que obtuviera a cambio de sus servicios, "no dudando en golpearla si se negaba a hacerlo".
"Además, la habían fotografiado mientras ejercía la prostitución y la amenazaban con enviar las fotografías a su familia en Rumania, así como a su ex pareja, asegurándole que con ello, le quitarían la custodia de su hija de tres años, que había dejado allí al cuidado de su abuela", explica la Policía.
Tras obtener todas las pruebas necesarias, los agentes, pertenecientes a la Brigada Central contra la Trata de Seres Humanos de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras, los agentes de las UCRIF de Mallorca y de Madrid y agentes de la UFAM de Arrecife (Lanzarote), procedieron a la detención de los cuatro personas de origen rumano, todos ellos pertenecientes a mismo clan familiar por delitos de trata de seres humanos, explotación sexual y otros.