El presunto pederasta que este miércoles se sienta en el banquillo de los acusados por un supuesto delito continuado de abuso sexual con agravantes hacia cuatro niños ha empezado resistiéndose a contestar a las preguntas del Ministerio Fiscal, pero ha terminado confesando que una de las víctimas dormía junto a él en el dormitorio, ambos desnudos: "Yo porque me gustaba, y el niño se quitó el pijama él mismo". No obstante, su supuesta víctima ha contradicho esto y ha afirmado que se sentía presionado no sólo a dormir desnudo, sino a mantener relaciones sexuales, tocamientos y felaciones, y que incluso en una ocasión tuvo lugar una penetración anal.
El fiscal acusa a Roland Figge, de nacionalidad alemana, de aprovecharse de una situación emocional desfavorable para los pequeños, que pertenecen a una familia conflictiva y padecían carencias afectivas. El primero de los menores llamados a declarar afirma que no le contó a nadie lo que estaba sucediendo porque "sentía miedo": "Pensaba que era yo el causante".
Según se ha puesto de relieve durante el juicio, en el domicilio del acusado se encontraron archivos de pornografía infantil y material de las supuestas víctimas en dos discos duros. Sin embargo, Figge ha asegurado que "no sabía" como había llegado eso a su ordenador. La presunta víctima afirma que, de haberse producido grabaciones, él no era consciente, pero sí que se había dejado fotografiar desnudo. Asimismo, confiesa que en una ocasión se enfadó con el acusado, al sumarse otros dos menores a la relación "de amistad" que mantenían, pero que posteriormente habían hecho las paces. "Era como una adicción", ha afirmado el menor durante el juicio.
Sentía "un impulso" hacia los niños
Figge ha confesado que tocaba los órganos sexuales de las supuestas víctimas y ha admitido que sólo se siente atraído sexualmente por niños. Afirma que ha estado en tratamiento psicológico para intentar remediarlo pero no lo ha conseguido. Una de las supuestas víctimas ha declarado que Figge había tenido relaciones frustradas con tres mujeres, puesto que padece fimosis y no podía consumar las relaciones carnales, pero el acusado ha declarado además que no le atraían y que sentía "un impulso" que le obligaba a tener relaciones con niños.
A pesar de ello, afirma que en ningún momento quiso causar daños físicos o psicológicos a sus presuntas víctimas. Incluso, ha relatado que les ayudaba con los deberes, enseñaba a cocinar y llevaba a la playa. Además, el presunto culpable acusa a la familia y los amigos de los pequeños de "influir" para hacerlos decir que "había más que tocamientos".
"Me dijo que tenía unos juegos en su casa"
Las agresiones sexuales se habrían estado sucediendo durante unos cuatro años, entre 2004 y 2008, según el primero de los menores llamado a declarar. Éste afirma que Figge le atrajo con la excusa de jugar: "Me dijo que tenía en su casa unos juegos de la Play, que si quería probarlos". La presunta víctima afirma que los encuentros sexuales "solían ser algo espontáneo", pero que a veces, cuando se negaba a practicarle felaciones y tocamientos, "él lloraba y entonces accedía".
El primero de los menores llamados a declarar fue también el primero en convertirse en presunta víctima de agresión sexual. Después, supuestamente, se unieron también otros tres menores. Dos de ellos que supuestamente participaban activamente de las perversiones sexuales del acusado, y otro que "sólo miraba".
Fue uno de los propios menores quien destapó este caso, confesando que Figge les mostraba pornografía. Poco después los menores confesaron las presuntas agresiones sexuales reiteradas y en el año 2008 se inició una investigación que ha terminado en el juicio que este miércoles se está celebrando en Arrecife
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