La declaración del último testigo deja el juicio visto para sentencia

El médico que atendió al jefe de la Policía Local de Tías asegura que "sufrió una hipoglucemia, aunque olía a alcohol"

"Sufrió una hipoglucemia, aunque daba olor a alcohol". Así se ha manifestado ante la sala el médico del jefe de la Policía Local de Tías, durante la continuación del juicio al que se ha enfrentado ...

31 de mayo de 2011 (21:05 CET)
El médico que atendió al jefe de la Policía Local de Tías asegura que sufrió una hipoglucemia, aunque olía a alcohol
El médico que atendió al jefe de la Policía Local de Tías asegura que sufrió una hipoglucemia, aunque olía a alcohol

"Sufrió una hipoglucemia, aunque daba olor a alcohol". Así se ha manifestado ante la sala el médico del jefe de la Policía Local de Tías, durante la continuación del juicio al que se ha enfrentado Francisco Domingo Hernández, acusado de un delito de atentando a agentes de la autoridad y otro contra la seguridad vial.

El juicio comenzó el pasado miércoles, pero ha continuado este martes a falta de la declaración de este testigo, tras la cual el juicio ha quedado visto para sentencia.

El médico del jefe de la Policía de Tías ha declarado que atendió al acusado aquella noche tras ser requerido por su mujer. "La mujer fue a mi casa, me dijo que se encontraba mal, que lo habían llevado varios compañeros y que creía que había bebido alcohol", ha manifestado ante la sala Manuel Rueda, quien ha precisado que recuerda "vagamente" lo ocurrido.

Rueda ha afirmado que cuando acudió a la casa de Francisco Domingo, éste estaba "agitado" yera víctima de "una bajada de azúcar", aunque "daba olor a haber tomado alguna copa". "Estaba desorientado, sudoroso y decía cosas no inteligibles, pero le dí un vaso de agua con azúcar y en diez minutos se recuperó", ha asegurado el médico.

Manuel Rueda ha explicado ante la sala que el acusado se encontraba en tratamiento médico "desde hace bastante tiempo", ya que sufría problemas de próstata y ansiedad, así como una gastroenteritis "desde hacía unos cuatro o cinco días". Tras lo sucedido, decidió bajarle la dosis ya que, a su juicio, pudieron ser los medicamentos los que provocaron la hipoglucemia. Eso sí, ha añadido, "doy por hecho que una persona no debe mezclar la medicación con bebidas alcohólicas, pero quizá fue mi error no habérselo dicho".

"Sus facultades mermadas"

Precisamente, éste ha sido el argumento de la defensa de Francisco Domingo Hernández, quien ha pedido su absolución, al considerar que queda acreditado que el acusado fue "víctima de una hipoglucemia", que dejó "mermadas sus facultades" y que le produjo "una alteración mental transitoria"

"El acusado no ha negado que se tomó una copa de whisky, pero sí que sufrió un episodio de hipoglucemia y queda acreditado que los síntomas se parecen y se pueden confundir", ha señalado su abogado, haciendo referencia a los distintos testimonios que así lo han referido. "Todos han coincidido en señalar que estaba fuera de sí, como un loco, tanto los agentes, como la propietaria del vehículo, como el hermano del alcalde", ha añadido.

Asimismo, la defensa ha señalado que no está acreditado que el acusado fuera en estado de embriaguez, ya que los agentes "no le realizaron la prueba de alcoholemia" y, aunque aseguran que le hicieron el ofrecimiento al acusado, no consta que así fuera "ni en la denuncia que presentaron en el Ayuntamiento ni en el borrador del atestado" que hicieron, y que no llegó a ser entregado en los Juzgados."El atestado sólo dice que el olor a alcohol no era notorio ni fuerte, sino a poca distancia, y sólo hace falta una cerveza para la alitosis etílica".

"Cuando el fiscal ve que su caso está decayendo y pide un informe al forense, que le dice que la embriaguez se puede confundir con los síntomas de una hipoglucemia, es cuando la policía dice que le hizo el ofrecimiento de la prueba de alcoholemia. Justo un año después de lo sucedido, y nunca en sus declaraciones anteriores", ha señalado. La defensa ha añadido además que, en caso de que el acusado se negase a la prueba, era obligación de los agentes "advertir que la negativa es un delito y un agente manifestó que no se hizo así".

Por todo ello, la defensa considera que este hecho "no le es imputable" al acusado. "Hay que respetar la presunción de veracidad de los agentes, pero en ese caso existen elementos subjetivos que hacen dudar, ya que además fue el PP quien presentó esta denuncia en el propio Ayuntamiento y hay que tener en cuenta que el número dos de la lista de otro partido es sobrino de uno de los agentes", ha afirmado el abogado.

En cuanto al delito que se le imputa al acusado de atentado contra agentes de la autoridad, la defensa considera que tampoco queda probado que así fuera y alega que, en caso de que ocurriera, el acusado tenía "sus facultades anuladas o gravemente afectadas", por lo que pide que se tenga en cuenta como eximente.

"El acusado reparó además el daño y sufragó al Ayuntamiento la supuesta rotura de la chaqueta del policía", ha añadido en su alegato final la defensa, que ha señalado que le "repugna" y "repele" en este caso que se hable de atentado contra agentes de la autoridad. "Un atentado es pegar un puñetazo o un tiro a alguien y aquí los agentes hablan de que lo sacaron a la fuerza del vehículo, cuando lo que tenían que haber hecho es tranquilizarlo, ya que no hubo iniciativa violenta por parte del acusado".

"Si olía a alcohol es porque había bebido"

Por su parte, el Ministerio Fiscal mantiene la petición de pena de cuatro años de prisión para el acusado, al considerar que si no se le hizo la prueba de alcoholemia fue por "prohibición del alcalde de Tías, que en ese momento se erigió como el jefe superior de la Policía". "Este señor no se tomó sólo un whisky, porque el propio alcalde les dijo a los agentes que habían estado toda la tarde bebiendo, hasta el punto que mandó a su hermano para que le siguiera", ha manifestado en sus conclusiones finales.

Además, ha señalado la fiscal, "en un caso de alcoholemia no hay que tener sólo en cuenta si se ha realizado la prueba, sino los síntomas externos que presenta". "El médico forense manifestó que los síntomas se pueden confundir", pero explicó que en el caso de la hipoglucemia, el aliento te huele a manzana, por lo que si olía a alcohol, según la fiscal, "es porque había bebido".

La fiscal cree asimismo que el acusado no pudo presentar una "alteración mental transitoria", ya que en todo momento él se acordaba de que era el jefe, de manifestarlo y de decir al que se encontraba de jefe se servicio esa noche que le iba a abrir un expediente. "Una persona que está como loca no se acuerda de eso", ha añadido la fiscal, considerando por tanto que "no se tienen que dar atenuantes ni eximentes por incapacidad mental".

El Ministerio Fiscal ha reconocido que "hubo irregularidades" en el proceso, pero porque los agentes "no pudieron hacer su trabajo". "Recibían órdenes del alcalde de Tías, quien no ha salido imputado, al no creer que hubiera prevaricación", ha manifestado la fiscal haciendo referencia a José Juan Cruz Saavedra, quien en un principio estaba llamado a declarar en el juicio, pero no lo hizo después de que la defensa renunciase a su testimonio.

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