Se ignora qué es lo que puede decir una madre que hace dos semanas hallaba a su hija de 18 años muerta después de haber estado cinco días desaparecida, pero Irma Altagracia quiere hablar. Persigue contar lo que siente porque así va aliviando el daño que le han hecho. Aunque asevera que "nunca" podrá aplacarlo.
Ahora está viviendo en casa de unos amigos en el centro de Arrecife. Unos amigos que se multiplican cada tarde. La puerta de la vivienda permanece abierta, y hay un trasiego constante de personas de la comunidad dominicana, que entran y salen. Se sientan junto a ella, frente a ella. Le rodean de apoyo, le hablan y le van cubriendo la herida. No sabe si volverá a su vivienda de Los Geranios donde convivía con su hija y su pareja, Antonio Ferreira, a quien todo su entorno, incluida ella, ha considerado sospechoso del suceso, pese a que la Policía no ha encontrado ninguna prueba que le inculpe.
La madre de Yuliza Antonia Pérez está esperando a que le devuelvan el cuerpo de su hija. No tiene "prisa", porque confía en que siguen analizándolo para encontrar al culpable de su muerte. Habla con el gesto vencido y la palabra derrotada, por el dolor y por los tranquilizantes que le ha recetado el médico para controlar unas circunstancias que superan cualquier conciencia, y sólo cuando afirma contundente que "la Policía va a coger al asesino", su gesto y su palabra se rehacen. "El caso de mi hija no quedará impune".
¿Cómo vivió que la gente inculpara a su pareja, Antonio Ferreira?
El se mostró muy frío en la búsqueda de Yuliza. No quería participar y él nunca era así. Siempre que ella salía estaba detrás de ella. Miraba el reloj para ver a qué hora llegaba, salía a la calle. Sospechábamos, porque no se le veía como a todo el mundo, que no era familia de ella, que no compartían con ella pero salían a buscar a los descampados.
¿Y a usted le extrañó esa actitud? ¿Se lo hizo saber?
Sí. A mí me extrañó mucho. Yo tenía que decirle "ve", "ve a buscarla". Él no decía nada, siempre estaba callado. Nunca miraba de frente, siempre tenía la cabeza agachada.
¿A día de hoy siguen considerando que es sospechoso, a pesar de que la Policía no haya encontrado pruebas?
Siempre mis sospechas están sobre él. Es de la persona que más sospecho. Porque nos decía una cosa y luego la otra. No coincide. Me decía que Yuliza salió con pantalones vaqueros de lacitos y esa ropa estaba en casa.
¿Está satisfecha con el trabajo de la Policía? ¿Le informan?
La Policía sí está trabajando bien. Eso téngalo por seguro. Todavía no me informan nada, pero entiendo que no lo hagan.
¿Sabe cuándo se va a repatriar el cuerpo de su hija?
No sé cuándo será, hasta que la policía lo diga. Porque todavía yo no he podido verla. Todavía están analizando. Yo espero el tiempo que sea, pero que el culpable aparezca es lo que más deseo.
¿Y usted se quedará en España?
Sí. Aunque vaya a República Dominica, vuelvo para acá porque tengo que luchar por mis tres hijos que están en el país, enviarles dinero. Mi familia allí está destrozada.
¿Teme que el caso de su hija no se resuelva?
No. Yo creo que en el caso de mi hija se va a resolver. No se va a quedar impune. Confío en la justicia. Van a encontrar al culpable o los culpables, porque pueden ser más. Sé que el dolor nunca se me va a quitar pero hasta que no encuentren al culpable no estaré tranquila.