La asociación medioambiental Viento del Noreste, impulsora del proyecto de Desert Watch Lanzarote, ha denunciado las “nefastas” consecuencias para las aves esteparias que habitan en El Jable “la presencia cada vez más frecuente de perros sueltos en la zona”, sobre todo en estos meses en los que las aves “están en época de reproducción”.
Desde la asociación explican que han observado que “son muchas las personas que acuden con sus perros, grandes o pequeños, y los dejan correr sueltos sin supervisión por El Jable”. “Esta situación propicia que las aves adultas que están protegiendo sus nidos vuelen al sentir al perro correr, y al volar dejan sin protección a los huevos o a los pollos que cuidan”, denuncian desde la asociación, y añaden que al ser desplazados del nido, “éste queda desprotegido y expuesto a dos peligros: a los depredadores y a morir de frío o calor”.
La asociación hace también una llamada a la reflexión sobre “el impacto del arado de fincas sin cultivar en la reproducción de las aves del Jable”. La asociación ha constatado que muchas fincas “son improductivas desde hace muchos años”, pero sin embargo “se les pasa el tractor por encima para dejarlas limpias de hierbas”.
Esta práctica, según la asociación, ocasiona que “se arrase con la escasa vegetación que sirve de cobijo a las aves, ya que éste es el único sitio donde anida la mayoría”. “Nos gustaría que esta actividad, de no poder evitarse, se llevara a cabo en otra época del año para no perjudicar la reproducción de nuevos pollos”, reclama Viento del Noroeste.
Viento del Noreste recuerda a las autoridades en la materia que se necesita “más vigilancia” en El Jable, para evitar que perros, gatos asilvestrados, quads, motos, bicicletas y otros vehículos “circulen fuera de las pistas”. Por otro lado, le piden a la ciudadanía “mayor conciencia y compromiso con la fauna silvestre del Jable, sobre todo en la época de nidificación, con el fin de no causar molestias que hagan fracasar las puestas de las aves”.
Señalan desde la asociación que las aves esteparias y algunos paseriformes, como terreras, bisbitas y alcaudones como las que habitan en el Jable de Lanzarote, “hacen sus puestas en el suelo, a veces abrigadas dentro o bajo una aulaga”.
“No se trata de que no se pueda ir al Jable con el perro, se trata de llevarlo amarrado y controlado como marcan las ordenanzas. Sólo así podemos evitar los descuidos de los dueños y una tenencia no responsable que pone en peligro la supervivencia de estas aves, la mayoría en peligro de extinción”, subrayan desde Viento del Noroeste.