Un técnico en medio ambiente denuncia que la concentración de cloro en el litoral está afectando gravemente a plantas y especies como el mejillón y el burgao

Un vertido de sal amenaza el ecosistema de la costa de Janubio

La desaladora de Inalsa sigue dando de que hablar. Alejandro Perdomo, técnico en Medioambiente, ha denunciado las "afecciones" que un vertido de salmuera está produciendo sobre ...

18 de mayo de 2007 (06:27 CET)
Un vertido de sal amenaza el ecosistema de la costa de Janubio
Un vertido de sal amenaza el ecosistema de la costa de Janubio

La desaladora de Inalsa sigue dando de que hablar. Alejandro Perdomo, técnico en Medioambiente, ha denunciado las "afecciones" que un vertido de salmuera está produciendo sobre el litoral de las Salinas de Janubio. Según el científico, la concentración de cloro emitida por la depuradora está "perjudicando gravemente el ecosistema marino", y se corre el riesgo de que "muchas especies, como los mejillones y percebes, básicas para el mantenimiento del ecosistema, desaparezcan en poco espacio de tiempo".

Alejandro Perdomo alerta sobre el peligro: "El mayor riesgo no es el grado de contaminación, sino la concentración de sal que está aleccionando gran parte de la costa". El vertido de cloro ha aumentado su extensión y, como apunta Perdomo, "ahora se ha multiplicado por cinco su influencia". Además, el técnico apunta directamente como responsable a Inalsa. "Por ahorrarse unos millones en la construcción de más tuberías, han hecho que ahora, el ecosistema del litoral pague las consecuencias del vertido", denuncia el experto.

Daños en el ecosistema

Los hechos se han ido precipitando y en cuestión de poco tiempo, el vertido ha pasado de afectar tan sólo la costa del Janubio a extenderse al faro de Pechiguera. Las consecuencias más palpables de su efecto se han visto en "la aparición de nuevas algas que afectan gravemente al ecosistema" y, sobre todo,cómo denuncia Perdomo en "que la costa se encuentre menos cualificada al perder grandes cantidades de especies importantes, como el mejillón o el percebe" . En cuanto a los efectos que el vertido ha tenido sobre la costa de Pechiguera, el experto argumenta que "ahora los charcos están llenos de zonas blanquecinas que están acabando con el vergel que esto era antes".

La solución a este "desastre ecológico" pasa, según Perdomo, por ampliar en cien metros la longitud de las tuberías. Así, el vertido de cloro "se dispersaría por el mar y no se concentraría, como sucede en la actualidad en el litoral, lo que provoca daños irreversibles en el ecosistema costero", amenazando seriamente uno de los parajes ecológicos más valiosos de la Isla.

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