Sobre todo cuando a las barreras que ya te depara la jornada, se añaden otras que se hacen llamar arquitectónicas o urbanísticas, a veces incluso provocadas por mis conciudadanos y por funcionarios públicos. Mi preocupación cuando tengo que ir a un edificio oficial va más allá del pánico al"impepinable" martirioburocrático. Comienza por el ingenio paraplanificar cómo llegar y cómo acceder al edificio en cuestión. Y esto me sucede con casi todo: aparcar en la calle Fajardo, cruzar un paso de peatones en la calle Otilia Díaz? por no hablar depasar un día en la playa de Reducto.
Soy una Persona con Movilidad Reducida, pero todo podría ser mucho más fácil. Se trata de unas impresiones figuradas pero podrían pertenecer a cualquiera de los minusválidos que recorren las calles de la capital.
"A Arrecife le falta mucho para ser una ciudad accesible y libre de barreras". Ante esta frase sentenciosa de que hasta hace poco era concejal de Urbanismo del Ayuntamiento, Nuria Cabrera, poco queda por decir, aunque mucho por hacer. Y algunos minusválidos creen que debe ser inmediato. El colectivo Adey Galgue se ha querido solidarizar con ellos denunciando las actuaciones de la administración que consideran contrarias a la ley, tanto en la planificación de la ciudad como en el cumplimiento de la normativa por parte de los mismos funcionarios públicos.
Arrecife sin barreras
La remesa de leyes sobre accesibilidad y supresión de barreras que en estos últimos años han complementado los planes de ordenación y acondicionamiento urbano representan la necesidad de las ciudades de convertirse en verdaderos espacios adaptados para todos. "Tenemos la ventaja de que con éstas no podemos conceder licencias de obras nuevas que no estén adaptadas a los criterios de accesibilidad, pero nos quedan los edificios antiguos", explican desde el Ayuntamiento de Arrecife.
Sin embargo a Francisco García Sotomayor, minusválido, no le satisface. Lamenta que ni siquiera pueda subir las escaleras del Ayuntamiento, porque el elevador no soporta el peso de su silla. "Si yo tengo que sacar un papel tienen que salir fuera del recinto para que lo haga, porque el aparato que pusieron son para sillas de juguetes".
Esta denuncia se extiende a la mayor parte del municipio. "El 99% de las esquinas no tiene rampas, hay bordillos altos en los pasos de peatones. Las instituciones son las primeras que están incumpliendo la ley de supresión de barreras arquitectónicas y reciben dinero para que lo inviertan en esto", reivindica Francisco García.
Menos vados para minusválidos
Hay menos vados en Arrecife que los pintados, porque a menudo la señalización se hace transparente para muchos de los conductores que acostumbran a dejar el coche -"sólo será un minuto"- en los vados reservados para minusválidos. Consideran que hay una inconsciencia social del perjuicio que esto puede causar. Pero lo que más les choca es que en reiteradas ocasiones estas actuaciones se hayan producido por parte de los cuerpos de seguridad.
Carlos Valiente asegura que es una práctica habitual que los policías aparquen el coche oficial en los vados reservados para minusválidos que hay en la acera del Paseo Marítimo, frente a la Comisaría. Las constantes denuncias han hecho que el mismo comisario emitiera un documento oficial por el que prohibía explícitamente que los trabajadores aparcaran en esa zona, sin embargo, los policías siguen aparcando y creen que "o bien el comisario hace el "paripé" o los trabajadores se saltan los mandatos".
Además, la rehabilitación del casco histórico ha supuesto, según algunos minusválidos, la supresión de, al menos, tres vados en la calle Fajardo. "Ya son pocos los vados que hay en la capital, como para que se quiten más", reprocha Francisco García Sotomayo.
Trato cuestionable
Desde este colectivo pretenden también denunciar el trato que, según algunas personas con movilidad reducida, han recibido por parte de la autoridad. Carlos Valiente cuenta que se han hecho eco de varias denuncias sobre el trato que han recibido algunos minusválidos. "Hace poco fue un minusválido a la Comisaría a dar cuenta de que se estaba ocupando un vado reservado y un Policía Local espetó: "Otro cogeta más". Me parece una expresión lamentable. Pedimos que este Policía Local sea sancionado".
De hecho, el Colectivo Adey Galgue advierte que si no se toman medidas se plantearán presentarse como acusación particular y demandar al Ayuntamiento por incumplimiento e incluso a la Comisaría.