Parte devorado por el material incandescente que arrojó la ferocidad de los volcanes, otra parte protegido e inmutable al devenir de los días. Al parecer, la mayoría de bienes desaparecidos estarían relacionados con la ingeniería hidráulica como los dedicados al almacenamiento de agua, pero las lavas también enterraron asentamientos de los antiguos Majos.
Ahora miles de visitantes recorren cada día esas coladas ajenos al pasado oculto de Lanzarote, que duerme bajo sus pies. Y si la lógica y algunas excavaciones superficiales, siempre sobre ceniza, hacían pensar que el relato histórico de la isla estaba inacabado, el historiador y arqueólogo José de León ha sido capaz de detectar documentalmente parte de esa historia que por el momento, y cercada por la impenetrable lava, permanece escondida.
Historia escrita y sepultada
José de León ha cotejado más de 5.000 documentos entre actas, audiencias y procesos de desamortización de propiedades eclesiásticas, entre los que ha localizado más de 1.500 topónimos anteriores a las erupciones, la mayor parte inéditos ya que han desaparecido debajo de los volcanes, que apuntan la existencia de un legado arqueológico.
"Hemos logrado localizar zonas que tenían la denominación de casas onda, como la casa de bóveda de Guimón, la casa onda de Yaiza, las casas ondas de Timanfaya. El término de casa onda o casa de bóveda hace referencia a las antiguas viviendas de los majos, de los aborígenes. De hecho es un topónimo hoy observable en algunas zonas de la isla, como Muñique y en Texía (cerca de la zona de Ye), donde aparece el término", explica José de León.
Estas edificaciones eran casas semienterradas y abovedadas con material de piedra ya que era la solución constructiva porque en la Isla se carecía de madera. El historiador y arqueólogo ha localizado hasta once puntos de interés arqueológico enTimanfaya, Tíngafa, Maso, Miradero, Uga y Guimón, entre otras zonas.
Patrimonio ¿irrecuperable?
Pero esta modesta Pompeya enterrada bajo las lavas de Timanfaya, podría no salir nunca a la luz. Al menos de momento, ya que es imposible localizar con exactitud las zonas de hallazgos y es una excavación demasiado costosa como para experimentar. Además, hay coladas que alcanzan los 30 metros de espesor, y a esto se suma el agravante de que están localizadas en áreas protegidas.
José de León apuesta por seguir estudiando aquellas zonas cubiertas por ceniza o en borde de colada, donde sea posible establecer sistemas de detección como el cambio de coloración de la arena, el aprovechamiento de piedra en los zocos de las parras o por fotografía aérea para investigar con mayor garantía. La Geria o Madache son por el momentos dos de los puntos donde las indagaciones arqueológicas pueden partir de elementos enterrados en superficie. En principio hay localizados entre cinco o seis lugares que son los que presentan mayor interés, como la zona de las Quemadas en Tinajo ya que se ha detectado afloramiento de material arqueológico.
Anteriores excavaciones
Hasta el momento, José de León ha llevado a cabo pequeñas intervenciones arqueológicas en zonas colmatadas por cenizas o en frentes de coladas. Se hicieron una serie de catas en La Geria y en Testeyna (Taro), en el año 2000. En Testeyna encontraron la estructura exterior de Taro, que es un tipo de construcción circular y abovedada que se utilizaba como almacén, característico de Lanzarote y Fuerteventura.
Otro de los descubrimientos más importantes fue el hallazgo de restos humanos en un barranco colmatado de la zona de El Jable, en uno de los frentes de avance del Volcán de Las Nueces, que, presumiblemente, datan de época aborigen. De León ha destacado también que en estas zonas ya se han localizado varias estaciones rupestres con inscripciones alfabetiformes de carácter líbico-bereber y algunas con escritura en caracteres latinos, del comienzo de la era cristiana, que podrían ayudar a la interpretación fonética de las inscripciones bereberes a las que están asociadas.
Sin embargo, en muchas de estas catas, de León ha dejado el testigo para posteriores investigaciones, y parte del patrimonio recuperado no está datado y suponen las piezas sueltas de un puzzle que hace falta componer. Hay fechas que están todavía poco contrastadas, y no se ha llegado a realizar la prueba del carbono 14, aunque se cree que hasta ahora uno de los materiales más antiguos, el bebedero de Tiagua, dataría de principio de la era. Pero todas estas primeras excavaciones, que en gran parte José de León ha pagado de su bolsillo, son sólo el vértice de una pirámide histórica, que se pierde bajo la lava infranqueable de la isla de los volcanes.
[ENTREVISTA A JOSÉ DE LEÓN, HISTORIADOR Y ARQUEÓLOGO:
"El urbanismo está poniendo al descubierto hallazgos casuales y falta planificación en los trabajos"->12621]