Dice en su blog que los guionistas son malas personas, ¿lo es usted?
¿He dicho eso? Ya no sé ni lo que escribo en mi blog? Creo que lo que he dicho en realidad es que los guionistas somos, o debemos ser, muy observadores y muy vampiros con la realidad que nos rodea. En cualquier detalle, en cualquier vivencia, mía o de mis amigos y familiares, puede estar la semilla para una buena historia o un buen diálogo, y en eso sí que creo que estoy ojo avizor para absorber todo lo aprovechable. Muchas veces tomo nota de frases que dicen mis amigos, y en mi caso también ayuda tener amigos muy peliculeros que lo viven todo muy intensamente.
Desde pequeño, tenía la ambición de ser cineasta. Muchos jóvenes parecen tener pájaros en la cabeza, pero en su caso los pájaros han anidado.
Bueno, tener claro lo que quieres hacer, o hacia dónde quieres que se encaminen todas tus decisiones, para mí ha sido importante, claro, pero tampoco es que esta claridad de ideas te facilite las cosas, ni mucho menos. Durante mi adolescencia, la idea de hacer cine siempre estuvo latente, y cobró fuerza y sentido a medida que me fui viendo capaz de hacerlo o de, al menos, intentarlo. Y en ésas estamos.
¿Cómo se gana uno la vida como cortometrajista?
Pues muy malamente? Vamos, yo no he conseguido ganármela. Hay gente que sí da un pelotazo con un corto que, de repente, durante un año gana cincuenta o sesenta premios, y así claro que te lucras, pero no ha sido mi caso. A mí los premios o las ventas de mis cortos a televisiones simplemente me han servido como pequeños empujones para seguir hacia adelante y para verle un poco más de sentido a este berenjenal que he elegido como vida.
Los creadores de cortos son como hombres-para-todo. ¿Con qué tarea dentro de la creación de cine se siente más identificado?
Probablemente con la de guionista. Con el hecho de escribir el guión por las noches en mi casa, yo solo ante el ordenador. Sólo estás tú, con las palabras y los folios, y no dependes de ninguna variable externa que pueda mandarlo todo al garete. También lo paso bien en los ensayos con los actores y en la etapa de montaje, sobre todo cuando lo rodado responde más o menos a tus expectativas.
Lo que menos me apasiona es cualquier aspecto que tenga que ver con la producción. Detesto la producción y admiro a la gente que se dedica a ello por vocación. En cuando al hecho de rodar en sí mismo, a veces es divertido (cuando todo marcha según lo previsto) y a veces es un infierno (cuando nada marcha según lo previsto), así que puede ser tan disfrutable como angustioso.
¿Por qué hace cine?, ¿Cuál es esa razón verdadera?
La respuesta que suelo dar es porque no sería feliz haciendo cualquier otra cosa. No puedo concebir el cine como un capricho, como algo que a uno se le pase por la cabeza un día cuando se levante en plan "pues voy a ser director de cine". En esta carrera, normalmente y a menos que tengas una estrella en el culo o unos cuantos "padrinos", todo cuesta mucho y es muy lento y frustrante, así que mi consejo sería que si eres capaz de ser feliz dedicándote a cualquier otra cosa, dedícate a cualquier otra cosa. A veces, para mí, esta "vocación" es más bien una cruz. Ya me gustaría a mí poder sentirme realizado siendo charcutero en una carnicería de Arrecife, con todos mis respetos hacia los charcuteros de Arrecife, pero me temo que no me queda más remedio que seguir intentando llegar a algo en esto del cine para, al menos, sentirme consecuente.
Está a punto de rodar "Seis puntos sobre Emma", su primer largo, ¿nervios?
Bueno, aún queda tiempo para seguir mentalizándome. Es más, yo que tú no diría ese título demasiado alto, ya que puede que cambie? Hay nervios, claro, pero también la excitación de saber que estás trabajando para que al fin ocurra lo que siempre has deseado.
¿Es fácil dar el salto al largometraje?
¡Qué va a ser fácil! Aquí no hay nada fácil. Nadie da nada por nada, todo hay que pedirlo trescientas veces. El panorama pinta bastante desolador, y encima rodar la peli no es el triunfo último, ya que, después, lo que les ocurre a la mayoría de las óperas primas es que se estrenan de mala manera, aguantan una semana en cartel y pasan completamente desapercibidas? ¿Y luego qué? Pues no lo sé. Está claro que hemos venido al mundo a sufrir.
¿De qué trata el filme?
Es un drama con algunos elementos de comedia. Una historia de personajes. Una historia sobre la ceguera a varios niveles, pero, a fin de cuentas, sobre la ceguera sentimental, que es una de las peores. Sobre los palos de ciego que damos hasta encontrar a la persona adecuada.
El reparto lo encabezan Elena Anaya y Álvaro Cervantes. ¿Qué hace que un director se decante por un actor y no por otro?
Esto no es oficial, ni se han firmado contratos aún. Contamos con sus compromisos, pero aún las cosas pueden dar vueltas. Para mí, eso sí, sí que sería un privilegio trabajar con ambos. Hace ya mucho que pienso en ellos al imaginar a los personajes. A la hora de elegir a los actores, siempre hay una mezcla de factores, un cóctel entre intuición y los trabajos previos que hayas podido ver de ellos. A algunos les evocas rápidamente a la hora de escribir y con otros se da un proceso más paulatino. Pero una vez que decides qué actores van a ser los que den vida a tus personajes, es esencial que confíes a muerte en ellos y en su capacidad para ser los únicos actores posibles.
¿Hay ya fechas de rodaje y estreno?
He descubierto que soy muy supersticioso y, visto lo visto, todo varía dependiendo del día, así que mejor usar la boca pequeña para hablar de ello. Ojalá estemos rodando el año que viene, en el primer semestre.
Se rodará en Tenerife, con producción de La Mirada, ¿por qué allí?
Porque es la isla de La Mirada, donde la productora mejor se mueve y controla el terreno. La historia que cuenta la película es muy universal, podría suceder en cualquier parte, pero desde el principio se planteó que se rodaría en Tenerife, y con esa convicción se ha escrito el guión.
Y ya que habla de la producción en el cine, se intuye que es ardua la tarea de conseguir subvenciones, ¿cómo se portan las instituciones de las islas?, ¿responden a la demanda de los creadores de cultura?
Conmigo se han portado bien, no puedo quejarme. La película cuenta con el apoyo del Gobierno de Canarias y de Televisión Canaria, lo que pasa es que con el dinero que aportan no se cubre la financiación completa de un largometraje, ni siquiera de uno barato como el nuestro. Así que hay que salir fuera a buscar el resto?
¿Espera rodar alguna vez en Lanzarote?
Sí, claro, es la gran asignatura pendiente.
¿Qué opinión le merece la última película de Almodóvar rodada en esta isla?
No la he visto aún, me la estoy bajando? Es broma (risas). Es un deleite visual, aunque en lo emocional me quedo con otras películas de Almodóvar como "Todo sobre mi madre" o "Hable con ella". Eso sí, eché de menos que le sacara más partido a Lanzarote, aunque me gustó el hecho de que huyera del tópico idílico que se asocia habitualmente a la isla. En "Los abrazos rotos", Lanzarote es un lugar gris y ventoso que además termina de desgraciar la vida de los protagonistas, pues es ahí donde el personaje de Lluis Homar se queda ciego y "Pe" muere? No sé yo si a alguien que conozca la isla a través de la peli de Almodóvar le va a apetecer veranear en ella (risas otra vez).
¿Cuáles son sus influencias y a quién se quiere parecer?
Peliaguda pregunta, más que nada porque supongo que todos aspiramos a parecernos lo menos posible a los demás directores. Lo ideal es intentar encontrar tu propia voz, tu propia mirada, aunque sea dificilísimo. Dentro del cine español, me suelo sentir cerca de lo que hacen directores como Miguel Albaladejo o Gracia Querejeta.
¿Qué podría hacer mejorar el nivel de creación de cine en las islas?
Buf, pues no lo sé. Y creo francamente que la creación audiovisual en Canarias está en un buen momento. Hay muchos directores interesantes haciendo cortos con muy buen nivel que ganan premios, que se ven en festivales de todo el mundo. Canarias Cultura en Red lo está haciendo también muy bien con el catálogo "Canarias en Corto", que distribuye cada año lo mejor de la cosecha de cortometrajes del Archipiélago.