Fiestas de Santiago Apóstol en Tahíche

Más de 400 incondicionales del play-back siguieron las actuaciones de sus vecinos en Tahíche

Los desfiles de modelos, las actuaciones del grupo "Acrópolis" y los imitadores del pueblo se intercalaron con las tradicionales actuaciones del cante en diferido

22 de julio de 2005 (01:27 CET)
Más de 400 incondicionales del play-back siguieron las actuaciones de sus vecinos en Tahíche
Más de 400 incondicionales del play-back siguieron las actuaciones de sus vecinos en Tahíche

Los vecinos de Tahíche están aprovechando al máximo los últimos días de las fiestas de Santiago Apóstol. El domingo pasado fue un día dedicado a los niños. A las 12 horas del mediodía comenzaron las actividades para los más pequeños.

Antes de empezar con las actividades y juegos, les prepararon un almuerzo con las cosas que más les gustan, en el que no podía faltar la tradicional tarta de chocolate.

Una vez "recargadas las pilas" y llenos de energía, los niños se dedicaron a hacer lo que más les gusta: jugar. Los organizadores de los festejos habían preparado para ellos diversas actividades lúdicas, entre las que se contaban una piñata, música, bailes, saltos en una colchoneta y otros tantos juegos en el salón de actos.

Hasta hubo una exhibición de ponys, unos de los animales más queridos por los niños por su docilidad. Se organizó un pase de los pequeños equinos, que fueron transportados hasta allí exclusivamente para este público infantil.

El play-back, la joya de la corona en las fiestas lanzaroteñas

Avanzada la tarde llegó el esperado play-back infantil, joya de la corona de las fiestas locales, que año tras año consigue emocionar a un público cada vez más numeroso. Es la actividad que más expectativas crea y que más adeptos reúne. El domingo se concentraron allí unas 400 personas.

Subieron al escenario unos veinticinco niños y niñas de Tahíche que disfrutaron de su pequeño-gran momento de gloria casi tanto como sus progenitores.

Las canciones más coreadas fueron las del festival "Eurojunior" y, como era previsible, no podía fallar el repertorio de Mª Isabel, la niña ganadora de la última edición de este Eurovisión infantil.

La sorpresa de este año llegó cuando, finalizada una de las actuaciones, salió al escenario una pareja de baile del grupo "Acrópolis". Y es que esta vez, entre actuación y actuación de los pequeños, los organizadores quisieron evitar los "tiempos muertos" con la participación de estos virtuosos del baile. Fueron siete las veces que salieron al escenario y bailaron tango, rock&roll y otro tipo de bailes artísticos.

Junto con los más pequeños, también actuaron varios niños y niñas adolescentes. Entre sus elecciones estuvieron los ya clásicos Alejandro Sanz y Shakira.

Las coreografías de todos los participantes han sido concienzudamente preparadas bajo la dirección de Laura, profesora de aerobic, y de Olivia, ambas organizadoras de algunas partes de las fiestas.

Ensayan con los chavales una hora y media cada tarde durante dos meses, ayudándoles a controlar los movimientos de su cuerpo, enseñándoles a expresarse a través del lenguaje corporal. Los pasos de baile se preparan junto con los niños más mayores.

El miércoles también hubo espectáculo de play-back, esta vez dedicado a los años 80. El concierto se llamó "Canciones del recuerdo" y, haciendo honor a su nombre, embarcó al público en un viaje a través del tiempo, hasta llegar a nuestro pasado ochentero.

Los trajes y peinados estaban muy conseguidos y fueron muy aplaudidos y comentados por los asistentes. Aunque los chicos y chicas no pasaban de los 20 años lograron captar la esencia de aquella época.

También en esta ocasión, las actuaciones musicales estuvieron intercaladas con otro tipo de espectáculos. Así, los vecinos treinteañeros más atrevidos, se lanzaron al escenario para hacer reír a sus amigos. Se disfrazaron y se pusieron a imitar a personajes conocidos, entre los que se encontraba el mítico grupo "Pimpinela": dos hombres del pueblo se convirtieron en la pareja que hizo de la discusión un género musical.

Otra de las novedades de este año fueron los pases de modelos. Las chicas y chicos más jóvenes de Tahíche desfilaron por el escenario, biquinis ellas, y bañadores ellos. También posaron con ropa informal, haciendo sus primeros pinitos como modelos de pasarela.

Finalmente llegó el "momento glamour" de la noche. "Drag-Yuki", un profesional del baile sobre plataformones, saltó al escenario para demostrar lo que es capaz de hacer. Le siguieron una serie de hombres disfrazados de mujeres entre los que se podía vislumbrar a la única fémina del grupo.

La canción final estuvo dedicada a "las reberdes", un grupo de mujeres de Tahíche incondicionales del play-back en las fiestas de su tierra, hasta que llegaron los hijos y las responsabilidades mayores. Ahora los niños han crecido y sus vecinos quieren que vuelvan a subirse a un escenario. El año que viene comprobaremos si finalmente lo consiguieron.

La fiesta concluyó con Drag-Yuki y compañía, bailando entre el público, mezclándose con los asistentes e intentando sacar un pase de baile a los más vergonzosos.

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