El 19 de noviembre de 2008 la Dirección General de Tráfico instaló dos radares de control de velocidad en la isla en la LZ 2 en ambos sentidos. A pesar de que la existencia de estos radares esté señalizada con indicadores verticales, en los tres primeros meses de funcionamiento se incoaron 1.051 expedientes sancionadores por haber sobrepasado los límites de velocidad entre los 676.232 vehículos controlados. Es decir, se registraron más de 11 sanciones al día.
Estos radares fijos se suman a los móviles de los que dispone la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil que se colocan salteadamente en la isla. Según comenta la jefa de la Oficina Insular de Tráfico, Eva Canitrot, "la puesta en marcha de esta medida demuestra que, tal como ha ocurrido en otros países, la velocidad media disminuye y el comportamiento de los conductores se modifica".
Este tipo de medidas adoptadas por la Dirección General de Tráfico para frenar el número de accidentes en Lanzarote parecen haber transmitido precaución a los conductores. El miedo a perder los puntos del carné o las sanciones económicas derivadas de sobrepasar los límites de velocidad controlados por los radares instalados en la isla parecen haber surgido efecto según lo indican los datos de accidentes.
A pesar de que aún sea pronto para evaluar los resultados de esta medida, sí que se ha observado que los accidentes en la isla disminuyeron en 2008 con respecto al año anterior aunque, la diferencia de un año a otro en lo que respecta a las muertes en carretera apenas es perceptible. En 2007 había habido diez accidentes mortales y el año pasado hubo nueve.
Así, los accidentes de tráfico en Lanzarote pasaron de 241 en el año 2007 a 189 en el año 2008, "un descenso considerable" según dice Canitrot. Los motivos de la disminución de los accidentes son, en opinión de la jefa de la Oficina Insular de Tráfico, la entrada en vigor de la nueva Ley del Permiso por Puntos, la reforma del Código Penal, pero, "fundamentalmente, la concienciación de los conductores".
A pesar de que el número de accidentes sí que haya cambiado, las causas de las colisiones siguen siendo las mismas. Éstas son "la distracción de los conductores, ya sea al uso de móvil o cualquier otra acción que desvié su atención", según considera Eva Canitrot.
Instalación espontánea de controles móviles
Además del radar fijo instalado en la Lz 2, también se controla la velocidad de los vehículos desde radares móviles instalados en coches de la Guardia Civil. Ha sido habitual ver las últimas semanas un coche en el arcén de las proximidades del cruce de Costa Teguise desde el cual se controla la conducción de los turismos.
Algunos se quejan de este tipo de medidas; uno de ellos es el conductor de guagua Luis Moreno, residente en la isla aunque natural de Cádiz, que opina que este tipo de control viola las normas de circulación. Y es que, Moreno asegura que "los coches aparcados en el arcén para controlar la velocidad violan la norma que dice que hay que instalar triángulos reflectantes a 50 metros del turismo para alertar de su estacionamiento".
Además, Moreno, con veinte años de experiencia como conductor de guaguas, sostiene que los radares tienen que pasar una revisión cada 90 días así que, "cuando nos ponen una multa por exceso de velocidad porque nos han hecho una foto, deberíamos pedir el certificado de revisión del radar porque si no lo tiene, la multa pierde validez", asegura.
Otra pega que encuentra Moreno a estos radares móviles es la peligrosidad para el resto de conductores. En su opinión "esta medida puede provocar accidentes porque quien va circulando puede pensar que el que está en el arcén necesita ayuda y puede provocar una colisión entre varios turismos por detenerse a auxiliar al del arcén".