Los caminos de la isla de los volcanes fueron testigos, un año más, del transcurrir de miles de romeros que desde los puntos más recónditos acudieron a venerar a la Virgen de Los Dolores, patrona de Lanzarote.
Hasta Paulino Rivero acudió un año más a la romería, aunque en esta ocasión como presidente del Gobierno de Canarias. Rivero hizo hincapié en la importancia de este tipo de celebraciones "para conservar la identidad de un pueblo en constante cambio, como es el canario". Además, la presidenta del Cabildo, Manuela Armas, la consejera de Turismo del Gobierno de Canarias, Rita Martín y la consejera de Bienestar Social, Inés Rojas también recorrieron Mancha Blanca luciendo los trajes de romeras junto con otros compañeros.
Los sonidos de los timples, los sabores de los pejines y las potas, además del colorido de los vestidos más tradicionales protagonizaron el pasado sábado, 22 de septiembre, la fiesta con más arraigo entre los conejeros. En honor a la patrona de la Isla, desde todos los puntos de la geografía, los romeros y romeras ataviados con sus provisiones para la caminata recorrieron la isla hasta llegar a Mancha Blanca, donde la Virgen de Los Dolores aguardaba a los devotos.
Un día festivo para todos. Desde los más chinijos hasta los mayores vestían con orgullo los trajes tradicionales de los campesinos de antaño, algo que impregnó el ambiente de celebración con un aire especial de vuelta al pasado.
Cánticos, sorondongos y alguna que otra isa, entre otras muchas músicas pudieron escucharse a lo largo del recorrido, interpretadas por los vecinos de la isla entre los que se encontraban numerosos rostros conocidos. Encarna Páez fue una de las personalidades que se hicieron sentir entre los romeros. Los vecinos de Lanzarote dejaron de manifiesto la gran afición a la canción que existe en la tierra y los ritmos folclóricos impregnaron la romería.
Los animales también fueron protagonistas de la romería ya que los camellos, los burros e incluso alguna iguana, desfilaron por el pueblo de Mancha Blanca en dirección a la Ermita portando los víveres y ofrendas para la Virgen sobre sus jorobas o en carros.
Varias fueron las paradas que los peregrinos hicieron a lo largo de la larga caminata. Los productos gastronómicos más típicos reunieron en el centro sociocultural de Tiagua a todos los peregrinos que acudieron desde el municipio de Teguise. No faltaron en el almuerzo el gofio, las papas arrugadas y una gran paella que aprovisionó de energía a los miles de romeros para que continuasen su particular caminata.