Aunque no lo parezca, es el título de una exposición. Durante "Tres días y tres noches de ayuno", el artista Sergio Molina se ha encerrado en el Convento de Santo Domingo sin otra cosa que su pincel. El objetivo era crear. Inspirarse. Y el resultado se ha podido contemplar este miércoles, cuando las puertas del Convento se han abierto, dejando al descubierto el fruto de tanta inspiración. Jugando con la luz, los tejidos, la sal y la pintura, el artista ha hurgado en lo más profundo de su capacidad creativa.
Pero Sergio Molina no ha estado solo en esta aventura. Su compañero de viaje, Luis Villalba, tuvo que ser ingresado en un hospital unos días antes de comenzar el encierro, por lo que no pudo estar a su lado de forma física, pero según afirma el pintor, "estuve en todo momento con Sergio, desde el hospital". Sus pinturas, colgadas ahora de las paredes del Convento de Santo Domingo, así lo atestiguan, creando una atmósfera íntima y variopinta, fruto de la improvisación.
Esta exposición permanecerá abierta al público hasta el próximo 3 de diciembre, de lunes a viernes, entre las 10:00 y 15:00 horas, y los domingos, de 10:00 a 14:00 horas.