Sor Ana María Rodríguez, impulsora del Colectivo Calor y Café

"La sociedad tiene una venda de hipocresía"

Sor Ana María lleva 18 años en Lanzarote. Esta mujer asturiana de 62 años cuando llegó a la isla empezó trabajando con Caritas y hace 11 años fue la promotora del Colectivo Calor y Café. El pasado viernes, 11 de enero, recibió ...

29 de enero de 2008 (17:51 CET)
La sociedad tiene una venda de hipocresía
La sociedad tiene una venda de hipocresía

Sor Ana María lleva 18 años en Lanzarote. Esta mujer asturianade 62 años cuando llegó a la isla empezó trabajando con Caritas y hace 11 años fue la promotora del Colectivo Calor y Café. El pasado viernes, 11 de enero, recibió el Premio Carlos Canseco a la mejor labor humanitaria de Canarias otorgada por los rotarios del Archipiélago. Al centro en el que trabaja esta monja de la congregación Hijas de María Madre de la Iglesia suelen acudir unas 40 personas, que tienen problemas con las drogas, con el alcohol o no tienen los suficientes recursos. Allí se les ofrece un servicio de comedor, ducha, lavandería, un servicio médico y un programa de intercambio de jeringuillas.

¿Cómo ha recibido este reconocimiento?

Lo he cogido con alegría. Para mí lo más importante es que se reconoce que hay gente que tiene necesidad y que debe tener un lugar en el que cubrir sus necesidades básicas, como ducharse, comer o cambiar su ropa.

¿En qué va a invertir esos 3.500 euros que le han donado los rotarios?

En el día a día. Me imagino que me dará para unos 6 o 7 meses, ya que me dan muchas cosas, pero otras también hay que comprarlas y el comedor tiene un gasto diario importante.

A diferencia de Caritas y de otras instituciones, en Calor y Café no se pide a los toxicómanos que estén en tratamiento para que accedan a los servicios que ofrece. ¿A qué se debe?

Yo creo que la decisión de dejar la droga depende de ellos, no de que se les fuerce. Aún así, no solamente les damos de comer, tratamos de hablar y de estimularlos para que haya un cambio en sus vidas, pero de antemano no les planteamos la condición de tener que rehabilitarse para que puedan venir. Aquí las normas que son básicas para que reciban los servicios que les ofrecemos son la educacióny el respeto.

¿Cómo les estimulan para quese produzca esecambio y mejoren sus vidas?

Hablando con ellos. Tenemos el espacio de la consulta médica que da mucho juego para hablar. Vienen, te dicen cómo se encuentran, y siempre tratamos de quepuedan descubrir que sus vidas pueden cambiar.

¿Suele ser habitual que sus vidas cambien?

No es tan fácil. No es fácil dejar las drogas, ni dejar el alcohol, ni tampoco conseguir trabajo. Yo creo que los Servicios Sociales de España, no sólo de Lanzarote, están totalmente en pañales respecto a esta problemática de la gente que está sin recursos. Las respuestas que hay son muy escasas. Comienzas por tramitar una ayuda básica y como no estás empadronado, ya no puedes continuar arreglando papeles. Son tantas trabas las que hay que es un poco difícil salir adelante. Además, nuestra sociedad tiene una venda en los ojos y nos limitamos a decir que o son unos pobrecitos o que son unos golfos que están así porque les da la gana. Ni es una cosa ni es la otra. Son seres humanos, personas como tú y como yo que tienen necesidades y que seguro, ninguno de los que viene aquí desearía vivir de esta manera.

¿Cuál es esa venda que tiene la sociedad?

Es una venda de hipocresía. Comenzamos por el hecho de que alguien dice en un barrioque se vaa construir un centro social para la gente que está en la calle y el levantamiento es unánime. Sin embargo, seguro que no se dicen ni los buenos días cuando se encuentran por la calle o cuando bajan la escalera de casa. Si no colaboramos todos difícilmente el mundo puede cambiar. Hay una frase que dice: seamos tú y yo buenos y habrá dos pillos menos. Si todos nos planteásemos eso seguro que el mundo mejoraría bastante y la situación de esta gente también cambiaría. Creo que la sociedad es generosa a la hora de dar cosas o rascarse el bolsillo, pero creo que les falla la generosidad para compartir el espacio de vida con esta gente. Yo siempre a ellos les digo que es importante respetar para que te respeten.

Respecto a las personas que acuden allí, ¿la mayoría de ellos son gente de fuera que están solos en Lanzarote?

Sí, pero quizá los de fuera no lo pasan tan mal como los que son de aquí. A los de Lanzarote les da más vergüenza encontrarse en esta situación porque los conoce la gente y saben que tienena su familia a la vuelta de la esquina, por lo que les cuesta un poco más verse en esas condiciones.

¿Cómo se sientecuandoacaba el día en Calor y Café?

Satisfecha, porque pienso que mi vida tiene una utilidad. Quealguien que tiene hambre pueda comer un plato de comida caliente o que alguien que tiene los pies destrozados, los zapatos rotos y está sucio pueda ducharse y ponerse unos calcetines limpios creo que es muy importante.

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