La iniciativa propuesta por el gobierno socialista de aprobar el matrimonio entre personas del mismo sexo, seha calentado a un día de su previsible aprobación en el Congreso de los Diputados, en donde la mayoría del PSOE le daría los 176 votos que como mínimo necesita el Ejecutivo para levantar el veto del Senado. Canarias no está exenta de la discusión y las voces a favor y en contra también se han hecho sentir.
El párroco de San Ginés y arcipreste de Lanzarote, Antonio Perera, dijo tajantemente a esta redacción que la unión de dos personas del mismo sexo no puede estar amparada bajo el nombre de una institución como el matrimonio. A pesar de la crisis de la unión matrimonial, que no se puede extrapolar a todas las parejas, Perera señaló que la defensa que hace la Iglesia del matrimonio está planteada a partir de que es la unión de un hombre y una mujer. "Cristo eleva ese orden natural a sacramento para aquellos creyentes que quieran orientar su vida según el sacramento del matrimonio", comentó. Sin embargo, otras parejas no optan por el sacramento y deciden unirse libremente para transmitirse amor y afecto sin olvidar además que la procreación es uno de los principales objetivos de la unión sea libre o formal. "Dos homosexuales no pueden procrear", anotó el sacerdote, quien reiteró que tanto el hombre y la mujer no solamente son capaces de amarse, sino también de concebir hijos.
Los gays se defienden
Por su parte, Ricardo González, coordinador del colectivo Gama que agrupa a 350 lesbianas, gays, transexuales y bisexuales de Canarias, rechazó la postura de la Iglesia porque entiende que no se rige por las normas democráticas, argumentando que es el Congreso de los Diputados el que regula el orden civil del país. En segunda medida, Gama sostiene que las decisiones del Estado no tienen la obligación de pasar por los "filtros morales religiosos".
González dijo que el discurso de la Iglesia hace referencia a una doctrina religiosa concreta que no tiene nada que ver con las normas establecidas por los ciudadanos en la sociedad, aunque aclaró que su organización no le impone a nadie una u otra tendencia religiosa.
En cuanto al argumento de la procreación, destacó que atendiendo a la Iglesia tampoco serían matrimonios las parejas heterosexuales que no pueden tener hijos por algún problema de fertilidad. "¿No serían matrimonios porque no están abiertos al don de la vida?", preguntó González.
Aludió además a la evolución de la palabra matrimonio porque de otra forma, destacó, las mujeres todavía estuvieran esperando que sus padres las casasen o vendieran a cambio de tierras y animales. Admitió que el matrimonio ha permanecido inmutable a lo largo del tiempo en cuanto quiénes son los que se unen, pero advirtió de que el concepto es mucho más amplio y ha sufrido modificaciones. Por tanto, cree que puede perfectamente modificarse para determinar que no sólo sean parejas heterosexuales las que puedan unirse matrimonialmente.
Distintas organizaciones de homosexuales y lesbianas han puntualizado que la posición de los jerarcas de la Iglesia no puede extenderse a la totalidad del pueblo de Dios. El arcipreste de Lanzarote recordó que la jerarquía es la responsable de orientar las opiniones de la Iglesia porque de otra forma habría millones de opiniones y la organización se convertiría en una debacle.