Fiestas de San Marcial de Rubicón

La directora de la escuela de Femés dedica el pregón de fiestas a las personas que "nunca han salido en los libros ni en los papeles"

Josefa Toledo inaugura los actos festivos recordando la tranquilidad del pueblo y los esfuerzos de los vecinos por mantener el colegio abierto

4 de julio de 2005 (21:06 CET)

Tan sólo faltan tres días para que el pueblo de Femés celebre su día grande. El día 7 de julio es la festividad de San Marcial del Rubicón que, además de ser patrón de este pequeño pueblo de Yaiza, es copatrón de Canarias. El jueves, el santo saldrá en procesión a partir de las 19:30 horas, después de la celebración de la solemne función religiosa. Después, la devoción dará paso al jolgorio con la actuación del Mariachi Mazatlán y el prendimiento de un castillo de fuegos artificiales.

Las fiestas de San Marcial del Rubicón, uno de los momentos más esperados en la vida del pueblo, contaron este año con la participación de la profesora y directora del colegio unitario Mararía, Josefa Toledo Hernández, que fue la responsable de escribir y leer el pregón este año, cuando se cumple el 601 aniversario de la fundación de San Marcial del Rubicón.

Las fiestas comenzaron en el salón cultural de Femés el día 1 de julio con la lectura del discurso de Josefa Toledo, que recorrió algunos de los momentos entrañables de la historia reciente de esta población. La profesora, ante la imposibilidad de resumir seis siglos de historia, optó por dedicar el pregón "a aquellas personas que también hacen historia, las que nunca han salido en los libros ni en los papeles. A ésas que han vivido en este lugar y que han forjado este pueblo con su trabajo, con su honradez, con su respeto".

Al comienzo de su lectura Josefa Toledo reconoció que le entraron muchas dudas cuando le ofrecieron abrir las fiestas. "A mi mente vino el recuerdo de eruditos pregoneros que yo he escuchado en años anteriores: literatos, historiadores, doctos en archivos....Yo me preguntaba: ¿Qué les puedo contar yo?, si además yo no conocí a Gadifer de la Salle ni a Jean de Betancourt..."

Aún así, Josefa Toledo dijo tener conocimiento sobre San Marcial antes de llegar a trabajar a Femés, porque en su familia ya había devoción hacia el santo. "Desde pequeña tenía referencias suyas, ya que mi madre nos contaba cómo mi abuelo Antonio todos los años venía desde La Graciosa a cumplir su promesa de ver al patrono de la Isla. Al amanecer del día del santo, se embarcaba mi abuelo en alguno de los barcos que iban a calar y lo dejaban en Las Cañas, a los pies del risco de Guinate. Desde allí se trasladaba caminando hasta Femés, para regresar por la tarde, también caminando, al mismo lugar, donde sus primos volvían a recogerle, para realizar el viaje de regreso a La Graciosa".

Cariño hacia el pueblo

Josefa Toledo aseguró que tiene especial estima hacia Femés por la buena acogida que le dieron los vecinos al llegar a trabajar allí y la ayuda que le han proporcionado cada vez que lo ha necesitado al organizar actividades culturales.

Además, la profesora destacó los esfuerzos de los habitantes de Femés por mantener su escuela abierta, cuando la Consejería de Educación se empeñaba en cerrarla. "La escuela continúa abierta, y lo está porque ustedes, vecinos y vecinas, así lo han querido. Porque cuando ha llegado el momento, han sabido manifestarse y hacer presión para que esta entidad cultural siga abierta, para que sus hijos e hijas, desde muy temprana edad, no tengan que desplazarse a otros centros con el fin de recibir su educación y formación personal", se dirigió la maestra a los vecinos. "Hemos coincidido en que la escuela en el pueblo es un referente cultural, en que es un espacio de encuentro y de intercambio sociocultural, un servicio al que tiene derecho todo pueblo que se precie de ser pueblo".

Femés y el progreso

Josefa Toledo recordó cómo le impresiono la tranquilidad y la limpieza de Femés cuando llegó al pueblo. "Cuando Femés aún no estaba tan iluminado, tomé contacto con ese frescor característico y otra vez con el silencio, de vez en cuando roto por el ladrido de algún perro. Fue entonces cuando mi imaginación empezó a vagar por el Femés de Mararía..."

Toledo lamentó que ahora la tranquilidad haya sido sustituida por el ruido de los coches. "Recuerdo los primeros años cuando desde el cruce de Uga hasta el pueblo de Femés, apenas nos cruzábamos con coches. Pocos y todos de gente conocida. Desde lejos podíamos distinguir quien era su conductor. Bueno, alguno se nos escapaba, ¡seguro que era de Las Breñas! Hoy es tal la cantidad de coches que transitan por esta carretera, y es tal la velocidad que llevan, que nos impide reconocer a los vecinos".

Las fiestas

Finalmente, la directora de la escuela cerro el pregón con una reflexión sobre las fiestas, que son un medio para "recuperar tradiciones y costumbres". Por eso, Josefa Toledo pidió que "lo moderno no arrincone a lo tradicional", porque estos conceptos no están reñidos. Además, pidió implicación por parte de los vecinos: "Las fiestas deben ser participativas. Que no se conviertan en espectáculo ni el pueblo quede reducido a simple espectador. Habrá espectáculo, pero seremos nosotros los verdaderos protagonistas", concluyó.

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