Las pequeñas memorias de José Saramago forman parte de su esencia. Sus primeros años de vida, su aprendizaje junto a sus abuelos, Jerónimo y Josefa, alimentaron el humanismo y la moral que está presente en cada una de las obras del Premio Nobel de Literatura. Y es precisamente su último libro, sus "Pequeñas memorias", el origen y el final de "La Consistencia de los Sueños", una exposición que recoge la vida y la obra de José Saramago a través de más de un millar de documentos. Obras inéditas, fotografías del Portugal de principios de siglo XX, anotaciones del autor, vídeos sobre sus viajes, sus premios, sus discursos: una línea de ideas e ideales que ha dado voz a los que no la tienen y que ha sembrado la semilla de la reflexión en lectores de medio mundo.
José Saramago se ha sentido "feliz" y "agradecido" durante la inauguración de esta retrospectiva que le ha emocionado tanto como sorprendido. Rodeado de autoridades, ha decidido faltar al protocolo para expresar su gratitud a la Fundación César Manrique, a la que, como ha declarado, le une "una reciente amistad y un respeto mutuo". De forma especial se ha dirigido al comisario de la exposición, Fernando Gómez Aguilera, quien durante un año y medio ha investigado a fondo los archivos del escritor y ha sacado a la luz documentos y obras que habían quedado en el olvido incluso para el propio Saramago. "No me han faltado motivos para dar gracias a la vida, pero esta razón no estaba dentro de mis previsiones", ha señalado el escritor.
El autor de obras tan destacadas como "El Evangelio según Jesucristo" o "La Caverna" también ha pedido a los conejeros que "tomen conciencia" del privilegio de vivir en Lanzarote, "aunque no falten aquellos a los que le gustaría vender la Isla a una sucursal de Marbella". Saramago ha pedido "solidaridad y trabajo en este sentido para que esta Isla sea un lugar donde la vida tenga sentido".
Bajo una cuadrícula formada por 280 tomos, por años de inspiración y talento, José Saramago ha recorrido por primera vez este sábado la sala que lleva su nombre. A su lado, todo el calor del público, de su mujer, Pilar del Río, el director de la FCM, JoséJuan Ramírez, el comisario de la exposición, Fernando Gómez Aguilera, el secretario general del PSC, Juan Fernando López Aguilar, y del ministro de Cultura del gobierno central, César Antonio Molina, quien apretando el brazo del insigne escritor, ha mostrado su admiración a "este viejo amigo" a quien ha trasladado "un gran abrazo" de parte del presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero.
"Estoy con un hombre ejemplar, un hombre bueno, no sólo uno de los más grandes escritores", ha expresado César Antonio Molina. "Y muchas personas como yo, somos lo que somos porque en medio del camino nos hemos encontrado con él a través de su obra, de su ejemplo y de su vida". El ministro de Cultura también ha hecho referencia a la labor social de Saramago, "un hombre que estando en lo más alto, nunca se ha olvidado de aquellas personas más débiles, desamparadas, que no tenían voz, y que a través de su obra de su vida sí la han tenido".
LA INCONSISTENCIA DE LOS SUEÑOS
Se detenía a cada momento. Quería saber de dónde se había obtenido hasta el más mínimo detalle. José Saramago realizó en la noche de este viernes un recorrido por su propia vida, aún desconociendo algunos de sus pasos. Pasos literarios como los que dio entre los 22 y los 31 años, un periodo inicial en el que el escritor sufrió los primeros impulsos como escritor. "Es cierto que desde el punto de vista literario no son obras comparables a las que va a desarrollar a partir de los años ochenta, pero desde el punto de vista de la reconstrucción del personaje, sí hay rasgos de su personalidad que ya están presentes en estos primeros pasos", asegura Fernando Gómez Aguilera, comisario de la exposición de la Fundación César Manrique.
Durante cerca de dos años, Gómez Aguilera ha recuperado documentos inéditos de sus inicios como escritor. En el año 1947 publicó su primera novela, pero las primeras escrituras, que ahora han salido a la luz, datan de tres años antes. "Además de poesía y novela, escribe teatro, y esto es inédito", ha explicado el comisario de la exposición.
José Saramago es un príncipe de la literatura, un obrero de las palabras. Así lo define Fernando Gómez Aguilera y así lo definen sus propias obras, sus oraciones encadenadas, interminables. Sus secuencias de comas y conjunciones que trasladan al lector a universos inexplorados. Sus insólitos argumentos que trazan cuestiones filosóficas a través de historias concebidas a pie de calle. Al pie de la vida.
ACN Press