El misterio de la inyección voladora

José Fuentes Pérez asegura que en el Hospital General han perdido una valiosa medicina con la que se iba a aplicar un tratamiento de recuperación a su esposa

6 de julio de 2005 (22:59 CET)

Un día sí y otro también se suceden los problemas dentro de la sanidad pública. El último de los denunciados tiene que ver con una fantasmagórica y misteriosa historia de un medicamento que ha desaparecido por arte de magia y que ahora debe ser sustituido, puesto que se tiene que aplicar a un caso urgente. De momento nadie sabe nada, salvo el indignado marido de la sufridora enferma que sigue esperando a que le den una solución a su problema.

José Fuentes Pérez es el indignado vecino que acudió esta semana al programa La Trastienda de Lanzarote Televisión para narrar la odisea que ha padecido en el Hospital General, donde cada vez son más frecuentes las historias similares de otros pacientes usuarios de la sanidad pública. Su esposa se operó hace tres años de tiroides, lo que motivó que la mandaran a Las Palmas para que acudiera a una serie de revisiones, hasta que les trasladaron a Lanzarote a San Roque, donde le iban a poner un medicamento antes de hacerse las pruebas. "Mandaron a buscar el medicamento y no llegó hasta que tuve que pelear mucho, me tuve que poner un poco furioso para que me atendieron", comentó. Hasta ahí todo más o menos normal.

Lo llamativo de su caso surge en el momento de poner el medicamento, donde se evidenció a su juicio el despiste generalizado que había puesto que tuvieron que hacer en el Hospital General varias consultas para averiguar cómo se podía aplicar la medicina. "No sé cómo llegó a ponerle la inyección a mi señora, porque incluso el que supongo que era un ATS dudaba de la forma de hacerlo, y decía que veía muchas venitas", indicó algo alterado, explicando que la cosa terminó ahí con la cita para el día siguiente, el conocido "venga usted mañana".

Al día siguiente José Fuentes y su esposa acudieron al Hospital General para ponerse la segunda inyección, llevándose la monumental sorpresa de que allí les dijeron que no les podían atender porque habían perdido el medicamento. "¿Cómo es posible que estén jugando de esta forma con la vida de las personas?", se preguntó algo más que indignado.

Respondiendo a las preguntas de la atónita redacción del programa televisivo, el ciudadano continuó su versión asegurando que les enviaron a casa bajo la advertencia de que no podrían volver a aplicarse el tratamiento hasta que no apareciera el medicamento o hasta que mandaran uno nuevo desde Las Palmas. "Mi mujer no quería que viniera a los medios", dijo todavía pensando si había hecho bien.

Para ahondar más en lo estrambótico del asunto, Fuentes recordó que el tratamiento que no se le aplica a su señora por razones de este pelaje se tendría que haber puesto en marzo, lo que se ha complicado además de por la ausencia de medicamento por el traslado sorpresivo que se produjo del endocrino del hospital. "Estoy indignado porque no me dan soluciones, y estamos hablando de algo complicado, de un tratamiento que mi mujer necesita. Se lo están pasando todo por la torera", insistió, señalando que no entiende nada de lo que está sucediendo.

Al final decidió acudir al departamento de atención al paciente del Hospital, donde garantizó que no salía hasta que le dieran una solución. "El doctor González, que se ha portado muy bien conmigo, vino a buscar el medicamento y se quedó tan sorprendido como yo", ratificó.

LO MAS LEÍDO